A pocos años de que caduque el Protocolo de Kioto, el principal debate se centra en qué objetivos de emisiones establecer para el siguiente periodo y, sobre todo, cómo conseguirlos.
Un nuevo método desarrollado por algunos de los mayores expertos en política climática propone asignar los objetivos de reducción de emisiones teniendo en cuenta el nivel de vida de los individuos, independientemente de su nacionalidad.
En los últimos años, mucho se ha debatido sobre el desequilibrio que hay entre países a nivel de emisiones de gases de efecto invernadero. No sólo se trata de la desigualdad en la cantidad global de CO2 liberado a la atmósfera según las naciones, sino también en la asimétrica repartición de emisiones entre ciudadanos de una misma nacionalidad.
Uno de los ejemplos más citados es China, la mayor economía emergente actual, que se ha convertido en uno de los principales emisores del planeta. Sin embargo, si se calculan las emisiones per cápita, es decir, por individuo, éstas son muy bajas: un chino emite como promedio unas 3,6 toneladas anuales, por debajo de las 5 toneladas de media mundial. Un europeo, en cambio, emite unas 11, y un estadounidense, unas 22 toneladas al año. Todo depende de los hábitos de vida.
No obstante, éstas siguen siendo cifras que reflejan promedios nacionales que no incluyen otras variables. El nuevo método, creado en la Universidad de Princeton (EEUU), tiene en cuenta la correlación entre nivel de ingresos y emisiones. El objetivo ya no es calcular las emisiones per cápita, sino "identificar a los individuos más emisores del mundo y que están presentes en todos los países", explican los investigadores en su artículo, entre los que se encuentran Stephen Pacala, profesor de Ecología y Biología Evolutiva de la citada universidad, Robert Socolow, profesor de mecánica e ingeniería aeroespacial, el físico Shoibal Chakravarty y el economista Massimo Tavoni.
Grandes emisiones en manos de unos pocos
"La mayoría de las emisiones mundiales provienen desproporcionadamente de los ciudadanos más prósperos del mundo", dice Chakravarty. Las emisiones elevadas están relacionadas con el uso de aviones, coches, calefacción o aire acondicionado; elementos que conforman el estilo de vida lujoso de los países industrializados pero también de las elites económicas de los países en desarrollo. "Estimamos que en 2008 la mitad de las emisiones vino de unos 700 millones de personas" en todo el globo.
El equipo multidisciplinar de Princeton pretende con esta fórmula establecer unos topes más justos en las emisiones para cada individuo. De hecho, quienes sean grandes emisores deberán recortar su CO2, pero otros tres millones de personas en el mundo deberán tener derecho a aumentar sus emisiones para cubrir las necesidades básicas energéticas.
Para los autores del estudio, este nuevo método muestra cómo es posible reducir la pobreza y al mismo tiempo recortar las emisiones de CO2 en el mundo redistribuyendo mejor los objetivos.
Sus creadores esperan poder influir a los dirigentes de distintas naciones que se reunirán el próximo mes de diciembre en Copenhague para acordar un nuevo tratado post-Kioto que permita reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de forma eficaz y combatir así el cambio climático.
fuente: elmundo.es
estudio del 'PNAS'
imagen: Kalipedia
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