Según mi opinión "Todo es Geografía", en el siguiente informe te explico por qué. CLIC AQUÍ o en la imagen para ver la infoirmación.
jueves, 21 de julio de 2022
jueves, 28 de enero de 2016
Yo soy geógrafo.
domingo, 7 de septiembre de 2014
Las guerras del fin del mundo.
Veinticinco años después de que Fukuyama proclamara el fin de la historia, civilización y barbarie siguen combatiendo en el escenario global. El enemigo es ahora el radicalismo islámico
jueves, 6 de diciembre de 2012
Analogías docentes.
lunes, 30 de abril de 2012
Qué hay que saber hoy sobre Geografía. Una ciencia para comprender los territorios.

miércoles, 20 de octubre de 2010
Maradona como metáfora argentina.

Se dice con frecuencia que la solución a los problemas de la África subsahariana es la educación; que los recursos naturales abundan y si solo se pudiera proporcionar un buen nivel educativo a la gente el continente despegaría. No necesariamente. Miren el caso de Argentina. Todos los recursos naturales que quieran, una bajísima densidad de población y, a lo largo de la mayor parte del siglo XX, índices escolares que no han tenido nada que envidiar a Europa occidental. Pero hoy, en un país que hace 100 años era uno de los 10 más ricos del mundo, la tercera parte de los recién nacidos están condenados a crecer en la pobreza, si es que logran crecer. Ocho niños menores de cinco años mueren al día debido a la desnutrición en un país que debería ser, como hace tiempo fue, el granero del mundo. Semejante aberración florece en un contexto político en el que a lo largo de más de medio siglo juntas militares han alternado el poder con Gobiernos populistas, corruptos o incompetentes. El actual Gobierno peronista de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (como el anterior, de su marido Néstor Kirchner) es más afín al de Hugo Chávez en Venezuela o al de Daniel Ortega en Nicaragua que a los Gobiernos pragmáticos y serios de Brasil, Chile o el vecino Uruguay donde, por cierto, hoy se consume más carne per cápita que en Argentina. ¿Dónde ha quedado la famosa Justicia Social proclamada hasta el cansancio por el peronismo que ha gobernado la mayor parte del período democrático instaurado en 1983? ¿Cuál es el problema?
El problema es Diego Maradona. O, para ser más precisos, lo encarna, como símbolo, Maradona, el "Diez", "el Dios Argentino", el ídolo nacional por goleada. La idolatría a los líderes redentores, el culto a la viveza y (su hermano gemelo) el desprecio por la ética del trabajo, el narcisismo, la fe en las soluciones mágicas, el impulso a exculparse achacando los males a otros, el fantochismo son características que no definen a todos los argentinos, pero que Maradona representa en caricatura payasesca y que la mayoría de la población, aquella misma incapaz de perder la fe en el peronismo, aplaude no con risas sino con perversa seriedad. El punto de partida es la negación de la realidad. Este es el terreno en el que opera Maradona y en el que su legión de devotos se adentra -como por ejemplo los 20.000 que fueron al aeropuerto de Ezeiza para darle las gracias tras la desastrosa actuación en el Mundial de Sudáfrica- para adorarle.
Esos mismos que disfrutaban como locos con las grotescas actitudes y dichos del ídolo -"¡que la chupen!"- fueron en manada a vitorearlo al llegar a Buenos Aires después de la goleada de 4-0 que Alemania le propinó, expulsando a su selección del Mundial. Presos de la nostalgia, no olvidan nunca que "ÉL" hizo el famoso gol con la "mano de Dios"; o sea que su mano y la mano de Dios son la misma mano. "EL" es uno con "DIOS". La manada entonces, mientras grita para adentro, "¡Si estamos unidos a Dios Maradona compartiremos toda su gloria!", grita para afuera: Maradooooooona, Maradooooooona. Y no olvidemos el dicho nacional, al mismo tiempo jocoso y lleno de convicción, "¡Dios es argentino!".
Diego Maradona fue un monumental jugador de fútbol. Pero la fama justificada no da títulos, ni derechos, ni conocimientos para opinar con absoluta certeza acerca de casi todo y al mismo tiempo desautorizar a todo aquel que no esté de acuerdo con sus ideas. En Argentina, mientras avergonzaba a algunos, hacía gritar de entusiasmo a muchos más. Creían, orgullosos, que unidos al " ídolo" todo el mundo "se la chupaba". En realidad el que se ha chupado todo, desde alcohol hasta cocaína, ha sido Maradona. Nadie lo acusa ni lo maltrata por su triste enfermedad. Solo se trata de señalar su soberbia desconsiderada, de carácter profundamente narcisista, base de sus penosas afecciones del alma, metáfora de la patología crónica de un país.
Hace 15 días Maradona dio su primera entrevista desde la debacle de Sudáfrica. El ex director técnico de la selección argentina, al que se le oyó diciendo minutos antes de aquel partido que su equipo iba a dar una lección de fútbol a los alemanes, no ofreció ni análisis, ni explicación por la derrota, salvo decir que el portero alemán estuvo "muy seguro" y después del 2-0 "nos vinimos abajo". Con un poco de suerte (la magia de la suerte lo abandonó, ¿el otro Dios estaba en su contra?) el partido se hubiera ganado. Culpa por el desastre no aceptó ninguna.
En cuanto a la victoria argentina 4-1 el mes pasado contra el campeón del mundo, España, bajo el mando de un nuevo seleccionador, confesó que prefirió no ver el partido. Claro. Porque ver aquel partido hubiera significado chocarse con la realidad y arriesgar salir del autoengaño enfermizo que le permitió afirmar en la misma entrevista que -avalado por el ex presidente Néstor Kirchner, que en una reunión la semana pasada le "felicitó" por el Mundial- él seguía siendo el candidato idóneo para dirigir la selección. "Daría la vida", dijo, "daría un brazo" por recuperar el puesto.
El fracaso de Maradona en el Mundial fue el espejo del fracaso de Argentina como país. Por un lado, una falta de rigor y humildad en la planificación; por otro, un derroche de los recursos disponibles. Talento sobraba, salvo que por amiguismo, ceguera, populismo patriotero o sencilla idiotez Maradona decidió no convocar a la mitad de los mejores; no solo no explotó los recursos que tenía, no los quiso ni ver. El nuevo seleccionador, Sergio Batista, puso en el campo contra España a cuatro jugadores básicos que Maradona ni siquiera había convocado para Sudáfrica y lo que se vio fue un equipo sólido que hubiera sabido competir contra Alemania, como contra cualquiera en el Mundial. Es decir, el sentido común existe en Argentina; solo que demasiadas veces, obliterado por la luz maradoniana, brilla por su ausencia.
En el sistema maradoniano solamente brilla la ilusión. Dentro de este sistema de pensamiento las cosas terminan no teniendo ni pies ni cabeza. Resultado: fracaso en la vida y arrastrando en el fracaso, en este caso, a la selección argentina, pero también se puede arrastrar a toda una nación. Recorriendo la historia del siglo XX sabemos la potencia destructiva de la ilusión cuando no es contrabalanceada por la realidad terrenal, nunca tan agradable ella como los espejismos de la ficción.
Cuando llevados por la fantasía se eligen directores técnicos o presidentes o sistemas de características populistas, autoritarios y antidemocráticos, con pocos pies sobre la tierra, el resultado inevitable es el fracaso. Un director técnico que no tiene ni ha tenido capacidad para manejar su vida, que además no es director técnico (por preparación) y por lo tanto al titularse así toma las características de un impostor, tuvo como resultado el descalabro de la selección argentina. Puede ocurrir nuevamente algo similar con la Argentina misma si los directores técnicos, léase la pareja que lleva siete años en el poder, siguen el camino compulsivamente repetitivo de la tergiversación permanente de la realidad. El endiosamiento de seres Ídolos-Dioses a los que no se debe criticar, como a Perón, Evita, Maradona, Cristina Fernández o Néstor Kirchner, intocables seres sin errores, lleva al fracaso reiterativo y doloroso que arrastra a millones de argentinos al sufrimiento. El granero del mundo se va convirtiendo en un país lleno además de granos de pústulas creadas por el sistema: fracaso, pobreza, desnutrición, inseguridad, criminalidad, destrucción de las instituciones, ataque permanente a la prensa opositora, ataque a la ley, destrucción de la educación (eso también) y llegamos entonces a que la fantasía de ser un pueblo "protegido" por los Dioses cae en una triste y ridícula realidad.
Las sociedades propensas a alimentar estas ilusiones, caen en la seducción hipnótica de líderes de estas características. Son sociedades cerradas, como dice Karl Popper, con un fuerte carácter autoritario, convicciones inamovibles y preponderancia al pensamiento mágico. En estos casos el horizonte de expectativas está absolutamente distorsionado por las ilusiones y las consecuencias se traducen en un sinnúmero de fracasos compulsivamente repetitivos. Decía Albert Einstein que la locura era repetir lo mismo una y otra vez, esperando diferentes resultados. Eso es lo que propone Maradona al reafirmar su derecho a dirigir la selección de fútbol. Al apoyar su estrambótica candidatura, los Kirchner, eso sí, están siendo consecuentes. Ellos también piden, pese al fracaso mundialista de su gestión, como el de los regímenes peronistas que los precedieron, que se prolongue su dinastía en las elecciones generales del año que viene. Es probable que lo consigan. Sería la victoria del pensamiento mágico maradoniano, sobre el que el sol de la bandera argentina nunca se pone.
John Carlin, periodista, vivió 10 años en Argentina; Carlos Pierini trabaja como médico psicoanalista en Buenos Aires.
Fuente: ElPais.com
jueves, 7 de enero de 2010
El hombre en el espejo. (fragmento)

Un hombre es esclavo de sus palabras, reza el refrán; para muchos suena a sentencia; tal vez porque no hay una correspondencia entre lo que se predica y lo que se ejecuta. La palabra es acción pero también, abstracción; a veces se congela en discursos inertes que no salen de la retórica.
No creo que sea el caso de Michael Joseph Jackson.
Antes que se desate el vendaval, la inevitable vorágine de peros y acusaciones, aclaro que este escrito no es la obra de una fan cegada en su idolatría; no puedo llamarme a mí misma fan cuando puse al propio Michael entre paréntesis durante aquella época en que era moda pegarle. Sería una falta de respeto a los verdaderos seguidores llamarme fan. Aún así, hago esto motivada por otra necesidad. Tras el furor de su muerte, decidí apagar las voces de los medios, de los filtros que tomaban su historia como el pan caliente que salvaba la venta, y en una soledad que agradezco me permití escucharlo, estudiarlo en el contexto de su obra, siempre con la pregunta ¿Quién fue ese hombre en el espejo?
El ser humano suele percibir parcialidades, construir imágenes desde ángulos que luego propaga como totalidad. Creer que se puede entender a Michael Jackson a través de la óptica de una cámara lo veo erróneo. Nada cuesta correr el lente y aumentar la perspectiva.
Lo que voy a exponer a continuación no es un análisis absoluto, sólo un acercamiento a su faceta solidaria. No es sencillo hacerlo ya que estamos hablando de una de las personalidades más fascinantes como complejas de este último tiempo, aún así se puede hacer un recorte dentro de su producción como uno de los caminos para llegar al hombre
A través de un corpus de canciones, sobre todo de índole social como así también discursos, entrevistas y reflexiones por él publicadas, se puede encontrar en el pensamiento y acción de Michael cuatro pilares sólidos: espacio- semilla- plan de acción- ejecutores, bajo una conjugación y una armonía entre los mismos.
El lugar es la tierra, la naturaleza. Hay una especie de mirada telúrica en torno al planeta, seguramente sustentada por sus influencias religiosas. Lo natural se construye como un espacio sacro, donde cada elemento es manifestación de lo divino. Michael Jackson expresa abiertamente su fascinación y profundo respeto por los elementos naturales. Refleja su armonía y equilibrio en conexión directa con el ser humano. Se trata de un todo vital donde cada pieza se corresponde y retroalimenta en una misma energía
(...)
En esta unión, si la mano del hombre construye, los beneficios serán evidentes, pero si destruye, las consecuencias se acercarían a la catástrofe. De ahí que, junto con el mensaje de alabanza, aparezca la reflexión.
La canción más significativa en ese plano es “Earth song”. Por medio de la pregunta retórica nos coloca en el foco de la tormenta como los máximos destructores del medio ambiente. Existe una oposición entre un pasado de sueños frente a las acciones humanas que a lo largo de la historia contribuyeron al daño paulatino. Si quebramos el ciclo natural anticipamos esa especie de “Apocalipsis”.
¿Qué hay del amanecer?
¿qué hay de la lluvia?
¿qué hay de todas las cosas
que dijiste que tendríamos que gana?
¿qué hay de los campos de concentración?
¿Tienes un momento?
¿qué hay de todas las cosas
que dijiste que eran tuyas y mías?
(……….)
¿Qué le hemos hecho al mundo?
Mira lo que hemos hecho
¿Qué hay de toda la paz
que le prometiste a tu único hijo?
¿qué hay de los campos florecientes?
¿Tienes un momento?
¿Qué hay de todos los sueños
que dijiste que serían tuyos y míos?
(Earth song)
La toma de conciencia tuvo un correlato en la vida del propio Michael : Neverland zoo, la participación de embajadores y comisiones de Heal The world y Heal L.A en congresos y foros de medioambiente; el albergar en su rancho Neverland víctimas de desastres naturales como inundaciones e incendios; donaciones y obras benéficas para restaurar parques, monumentos históricos.
(...)
Michael se trazó un camino, más allá de las curvas impensadas, tuvo clara su meta y la impulsó bajo una sabiduría que fascina; supo reconocer los elementos cruciales que nuclean la existencia humana. Los cuatro símbolos que me he permitido discriminar como parte de este análisis se presentan como un todo indivisible; marcan la coherencia con la que él siempre se manejó. No leo un mensaje entre líneas ni contradicciones en su accionar solidario.
De pronto, esos retratos del hombre excéntrico que duerme en una cámara de oxígeno, que compra los huesos del hombre elefante, que pierde sus rasgos a través de cirugías, que niega el tiempo y su raza, se me hacen chismes de viejas.
Prevalece otro rostro, otras orientaciones, prevalecen Heal The wolrld, Heal L.A, Heal The Kids, las estadísticas y los testimonios certeros de todas sus obras, la fuerza de sus palabras, su transparencia; la capacidad para preocuparse y ocuparse, siempre mirando al frente, aún en sus días finales.
Al comienzo de este escrito me hice una pregunta ¿Quién fue ese hombre en el espejo? Ahora, después de la breve odisea (sólo la punta del ovillo de Ariadna) puedo contestarla: uno de los últimos grandes humanistas de nuestro tiempo.
por Prof. SILVANA BORTOT
Descargar el artículo completo aquí
lunes, 24 de agosto de 2009
El veto le dijo no al agua y si al oro.

La ley de Protección de Glaciares 26418 se aprobó por unanimidad en Diputados, y en Senadores solo tuvo tres votos en contra. Sin embargo, y a pesar de ser impecable por sus objetivos, rigor y prohibiciones, encontró un inesperado obstáculo. El veto de la ley es producto de una presidente que conoce poco de cuencas hídricas y glaciares, una Secretaría de Minería más interesada en los metales que en el agua, algún gobernador pro minería, Barrick Gold y el oro. Porque ésta es la respuesta trágica. El veto condenó las fábricas de agua de los Andes para que pudiera seguir siendo extraído el metal más teñido de sangre de la historia humana: el oro.
El los Andes funcionan fábricas muy frágiles de agua, dónde interactúan el clima, los hielos y el deshielo y la montaña. La ley, impulsada por Laura Maffei, tuvo en cuenta ésta fragilidad. Su articulado no solo protege los glaciares, que son masas de hielo perenne en movimiento, sino también a los periglaciares y sus suelos congelados (permafrost). Como parte de ecosistemas de montaña más extensos, generan el agua que alimentan cuencas hídricas clave, como el río Jáchal en San Juan. La ley era necesaria porque en pleno calentamiento global, que reduce la masa glaciar y el permafrost, tanto la megaminería como la explotación petrolera aceleran su destrucción. Minas como Pascua Lama de Barrick Gold, extendida sobre ambientes andinos de Chile y Argentina, que apenas operará veinte años, pero dejará huellas ecológicas cuya reparación demandará siglos. Y la provincia de San Juan, mayoritariamente semiárida, perderá un trozo de su fábrica andina de agua.
En el sector chileno de Pascua Lama, la minera Barrick Gold pretendió trasladar los glaciares Toro I, Toro II y Esperanza para explotar el oro ubicado por debajo. Su propuesta era trozar el hielo y llevarlo en camiones hasta el glaciar Guanaco. Desde FUNAM le explicamos a los diputados chilenos que si bien el hielo de un glaciar podía trasladarse, el ecosistema glaciar y la nieve que lo alimentaba no. Al destrozarlo, se perdía un glaciar que funcionaba. Captaron el mensaje, y el gobierno chileno le dijo “no” al traslado.
En
Fuente: Revista Rumbos 29/03/2009
Por Raúl A. Montenegro. Biólogo, presidente de FUNAM y premio Nobel Alternativo 2004.
miércoles, 5 de agosto de 2009
¿Alumnos con orejas de burro?

- “El 25 de Mayo de 1816”- responden firmemente los alumnos en varias evaluaciones.
- ¿Cuáles fueron los hechos que llevaron a la Revolución Argentina?
Y con total seguridad afirman los chicos en clase - “es a causa de que Fernando VII fue tomado prisionero por Napoleón”- al asociar directamente el término Revolución con los acontecimientos de Mayo de 1810.
Ejemplos como esos tenemos miles, tanto de historia como de geografía pero cabe preguntarnos: ¿son alumnos con orejas de burro? ¿Son ellos el problema? ¿Son los docentes los causantes de tantas falencias?
Este cuestionamiento no es de hoy. Estos planteos vienen llevándose a cabo desde hace algunos años ya.
La implementación de la Ley Federal de Educación en nuestra provincia significó una modificación en la cantidad de espacios curriculares existentes y una disminución de horas cátedras de ciertas materias que en otros momentos eran consideradas imprescindibles dentro de la formación integral del alumno. Espacios como Historia y Geografía redujeron sus horas a la mitad, y las consecuencias se pudieron ver claramente al poco tiempo: las horas de dictado de clases eran mínimas como para que el alumno pudiera asimilar los contenidos, los programas anuales eran muy largos pero no podían concluirse jamás, o si se cumplían era sacrificados la mitad de los temas para poder llegar a fin de año con todos los requisitos acorde lo pide el Ministerio de Educación.
¿Pero la culpa es del alumno, que actualmente está despreocupado ante la enseñanza y dedicación del Profesor? ¿La culpa es del profesor porque no sabe “administrar” el tiempo que le corresponde y hacer una clase magistral?
El espíritu de la nueva Ley de Educación Nacional es recuperar nuestra identidad, revalorizar nuestro conocimiento del pasado para que no se produzca ese olvido colectivo que nos convierte en un país sin memoria ante tantos atropellos hacia los Derechos Humanos, intenta que logremos un conocimiento complejo de nuestro espacio para su mejor utilización.
Aprovechando este objetivo, creo que es el momento oportuno para replantearnos una recuperación de la carga horaria que se perdiera en las mencionadas materias tras la implementación de la Ley Federal de Educación. Debemos reflexionar acerca del cambio que queremos producir en nuestra enseñanza, o si meramente será un cambio de nombre en la Ley.
Luchemos juntos para que nadie pueda decir que nuestros alumnos tienen “orejas de burro”.