En la República Argentina
el 89% de la población vive en áreas urbanas mientras el resto lo hace en áreas
rurales. De acuerdo con la clasificación del Instituto Nacional de Estadísticas
y Censos, se considera urbana a toda aglomeración que supere los dos mil
habitantes, por lo cual la población argentina es predominantemente urbana.
La Argentina en su porción continental americana, tiene una superficie de 2.780.000 kilómetros
cuadrados y 40.117.096 habitantes según el Censo Nacional de Población y
Viviendas 2010 por lo cual resulta una densidad de población de 14,4 habitantes
por kilómetro cuadrado.
La
distribución de la población argentina tiene relación con factores físicos y
humanos. Así es posible encontrar áreas de gran concentración de población también
llamados focos demográficos como es el caso de las grandes ciudades y en
contrapartida, espacios escasamente habitados o vacíos demográficos como la Patagonia por ejemplo.
Entre los
factores físicos se pueden mencionar a la altitud, la latitud, el clima, la
proximidad al mar, la disponibilidad de agua y la fertilidad del suelo. Entre
los factores humanos se destacan los históricos, políticos y económicos.
Algunos de ellos siempre han influido de manera favorable como latitudes
medias, llanuras, fertilidad de los suelos, riqueza minera del subsuelo;
mientras que otros se han comportado de manera desfavorable como el caso de las
altas latitudes, mayores alturas, extrema aridez, climas cálidos y húmedos.
La relación
entre la distribución de la población y los factores físicos permiten
clasificar a la Argentina
en diversas regiones o zonas: Según la altitud se puede dividir al país en
planicies al este y montañas al oeste tomando como límite a la isohipsa de 500 metros sobre el
nivel del mar. La Argentina
de las planicies presenta una distribución de la población continua con el
mayor número de ciudades y pueblos con alta disponibilidad del recurso hídrico.
Por su parte, la Argentina
montañosa se caracteriza por asentamientos esporádicos y de carácter disperso,
con presencia humana en los oasis de los valles y en torno a los escasos cursos
fluviales.
Según el
clima, se puede tomar en consideración el volumen de las precipitaciones: la
isohieta de 500mm es la que divide al territorio argentino en una Argentina
húmeda al oriente y una Argentina árida al occidente. En este caso, la mayor
presencia de población se da en la porción húmeda y solo en los oasis formados
en torno a los ríos se aglutina la
población en la Argentina
árida. De acuerdo a la temperatura, se puede distinguir una Argentina
subtropical al norte de la isoterma de 20º C, una Argentina templada hasta la
isoterma de 10º C y una Argentina fría al sur de la misma. De todas ellas es la Argentina templada la
que concentra la mayor cantidad de población.
Los factores
humanos (históricos, económicos y políticos) hicieron de la región pampeana la
llamada área nuclear del país. El desarrollo de la ganadería, la agricultura
hacia fines del siglo XIX y principios del XX, la colonización, las grandes
corrientes migratorias europeas de igual periodo y la organización política centrada en la ciudad de Buenos
Aires incidieron de modo tal que la
Pampa se convirtiese en la porción del territorio argentino
más densamente poblada.
Es así que mientras
en la llanura pampeana se
concentra más del 60% de la
población, con una densidad muy alta, otras áreas como la meseta patagónica y las zonas áridas del oeste tienen
una densidad de población bajísima – menos de un habitante por km².
De esto resulta que
un tercio de la población reside en el área metropolitana de Buenos Aires,
conformada por la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y veinticinco partidos de la Provincia de Buenos
Aires. Un segundo tercio de la población se localiza en el área pampeana (resto
de la Provincia
de Buenos Aires y parte de las Provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos).
El tercer tercio de población corresponde al resto del país.
La población argentina está distribuida
de un modo desigual. Esta característica no es en sí misma un problema. El problema
de la concentración de la población es que muchas veces, se asocia a servicios
deficientes, desigualdad en la distribución de la riqueza, y que desde los
lugares donde se concentra la población y el poder, se toman decisiones con una
perspectiva centralista que a menudo ignora a otras regiones más postergadas.
Fuente:
Daguerre,
C. y Sassone, M (2007). “Geografía de
Argentina Configuración y Organización del Territorio”. Buenos Aires, Ed. Kapelusz.
Programa Conectar Igualdad