martes, 30 de agosto de 2011

La enseñanza de la Geografía. Cómo contribuir con la formación integral del perfil del alumno.


Para comenzar, esbozamos la idea de que el gran compromiso docente en este campo específico consiste en lograr que los alumnos sean capaces de pensar como geógrafos.
En cuanto a la problemática concreta de la ciencia geográfica, lo primero que puede observarse es que no es tan concreta. Abarca un espectro tan amplio que trasciende a las situaciones sociales críticas de la época incorporando también aspectos geológicos, biológicos y hasta cósmicos.
Para que los diferentes temas del mundo actual puedan ser bien enseñados, es importante que el educador no se aparte de la realidad cuando ingresa en el aula. Ésta resulta sencilla y comprensible si se la presenta tal cual es, sin rodeos ni tecnicismos; como la brindan descaradamente los diarios y la televisión; aun con sus contradicciones. Es más difícil encubrir que reconocer. Un panorama esbozado con palabras directas es una motivación mucho más efectiva que el más detallado de los análisis. Por ejemplo, cuando se produce una inundación no son de vital importancia los metros cúbicos por segundo ni el dato de la superficie arrasada; es el drama social y ambiental que encierra. La región – cualquiera sea– no se define por listas de efectivos de producción, sino por su carácter. También es importante que el alumno sea guiado en un procedimiento de estudio, alejado de los mecanismos memorísticos, para alentar actitudes críticas ejercidas con un fundamento sólido, que tome la idea de síntesis como principio.
Metodológicamente, la geografía moderna se dirige hacia la realidad para captarla en su complejidad, con criterio de totalidad, atendiendo a los múltiples factores que se combinan y que se integran en cada lugar. Una simple descripción, un mero inventario, escapan a este espíritu. Pero también debemos referirnos aquí, en el mismo orden de apreciaciones, a la mentalidad generalista con que se realizan algunos estudios o se presentan ciertas regiones al alumno, mentalidad que lleva a un desprendimiento de la realidad. Los docentes deben evitar la obediencia a esquemas lineales, con lo cual se presentan en compartimientos separados los componentes de una combinación: clima, relieve, hidrografía, vegetación, actividad humana, etc., sin recurrir a establecer las interferencias, las conexiones de esos hechos y fenómenos que se dan localmente integrados.
La nueva geografía se preocupa mucho más por la explicación lógica que por la reconstrucción histórica, e intenta proponer una interpretación teórica de los fenómenos espaciales: pretende encontrar unos principios a partir de los cuales sea posible comprender su articulación, captar su funcionamiento y reconstruir su lógica interna; y procede de acuerdo con el modelo hipotético-deductivo común a todas las disciplinas científicas, renunciando al privilegio hasta entonces atribuido a la inducción.
Decimos entonces que, la "Enseñanza de la Geografía se torna necesaria ante el nuevo orden internacional" y constituye por lo tanto un reto para el docente, quien tiene compromiso pedagógico-histórico de "Actualizar" la realidad histórica en todos sus niveles y sectores, para divulgar los conocimientos que definen el marco referencial y la dimensión del cambio dado en el espacio Geográfico Mundial, por condiciones históricas concretas. El docente tiene la ineludible responsabilidad de transmitirlos a sus alumnos, a fin de promover en ellos actitudes favorables hacia la comprensión global de los hechos geohistóricos y actitudes solidarias para los problemas que afectan al hombre y a la comunidad local, nacional y universal, mediante una enseñanza de una Geografía desarrollada bajo los principios metodológicos que afirman que "en geografía no hay hechos aislados, todos se relacionan entre sí (principio de conexión) y que todo el espacio queda comprendido en uno mayor y participa de las características de éste (noción de escala)".

¿Cuáles son los rasgos distintivos de nuestra ciencia geográfica?

Para que la geografía pueda ser bien enseñada, es esencial para cualquier profesor de geografía limitarse al campo específico donde se dan los hechos y fenómenos de que se ocupa la Geografía. Dicho dominio es, exclusivamente, la superficie terrestre, por la cual se entiende la zona de contacto de las tres esferas constitutivas del planeta: litosfera, hidrosfera y atmósfera. En consecuencia, el profesor de Geografía debe atender exageradamente a todo lo que se refiera a fenómenos físicos, biológicos y humanos, y a las interrelaciones que se producen entre cada uno de ellos.

Afirmamos esto porque debe tenerse en cuenta que, la comprensión del hecho geográfico debe apoyarse en dos aspectos importantes. En primer lugar, la Geografía es, fundamentalmente, una ciencia de la realidad en el sentido de que responde a la presencia cierta de las cosas tal como se dan. En lo humano, evidentemente, el geógrafo debe ser un expositor fiel de la organización del espacio por los distintos grupos humanos, y le compete señalar aciertos y deficiencias sin parcializar su objetivo.

En segundo término, la Geografía está fundada en una disposición para considerar las cosas en función de la tierra y un hecho le interesa cuando se refiere mediata o inmediatamente, a ella entendida como aporte ineludible de las realidades. Esto es importante para tratar con criterio geográfico ciertas cuestiones humanas en la medida en que pueden delimitarse hechos que a veces se encuentran profundamente relacionados.

El docente que enseña Geografía debe, pues, tener muy en cuenta estas precisiones en cuanto al dominio en que debe situarse y el sentido con el que hay que abordar los objetivos que allí se dan, para no caer en el tratamiento de hechos no geográficos.

¿Por qué es importante enseñar geografía? ¿Cuál es el verdadero valor educativo de la ciencia geográfica?

La Geografía es una disciplina incluida en el área de las Ciencias Sociales que tiene como objeto de estudio a todos los fenómenos físicos, biológicos y humanos existentes sobre la superficie terrestre. Los tiempos que vivimos, de grandes transformaciones, acelerados cambios y numerosos conflictos dan cuenta de un mundo de procesos complejos que necesitan una respuesta global e integradora, de una mirada total, sin parcelamientos de la realidad natural y social.

Es por ello que la Geografía requiere en la actualidad un nuevo enfoque, cuyos objetivos fundamentales sean la comprensión e interpretación de las realidades social, económica, política, cultural y ambiental en permanente proceso de transformación.

Estas realidades se basan fundamentalmente en las relaciones que establece la sociedad con el medio, cuyos rasgos de identificación más marcados son la organización del espacio, la transformación del mismo por efecto de la urbanización, los impactos ambientales, las diversas actividades humanas, las formas de vida política, social, económica y cultural, y los cambios a través del tiempo en un marco de creciente globalización.

Como resultado de todo esto se advierte la importancia de la Geografía que contribuye asimismo a lograr una formación completa e integral de los alumnos.

Del contexto de todo lo dicho hasta ahora puede apreciarse el interés y valor educativo de la Geografía.

El contacto con lo inmediato, la experiencia de lo local debe resultar al alumno una vivencia atrayente y de carácter útil. A través de ello podrá hacerse una idea de las circunstancias que, en mayor escala, afectan a su país y a toda la humanidad. Por esta razón, la Geografía, debe encararse con sentido dinámico y visión de futuro, a fin de que quien la cultive capte la gran tarea actual de los seres humanos en el modelamiento, en diferentes medidas, del mundo del porvenir. Siempre debe mostrarse la lucha permanente del hombre contra los elementos naturales, lucha que llama a la cooperación, al esfuerzo común de las todas y cada una de las generaciones en un empeño mucho más digno de destacar que las guerras que se producen actualmente entre naciones. En este mundo tan pequeño, en el que las distancias han perdido significado, se hace más necesario que nunca elevarse a la noción de humanidad.

En este sentido, muchos de los grandes problemas de la humanidad como el hambre, la miseria, el nivel de vida y el mejoramiento espiritual de los individuos, se ha tornado hoy comunes para el futuro de nuestro planeta, ya que todos somos responsables de ello. De ahí que la enseñanza debe adquirir una orientación más vital, menos deshumanizada. A la Geografía, por la esencia de su objeto y finalidad, le está reservada una gran misión en esta tarea.

En cuanto a la importancia de la Geografía en la formación del niño y del adolescente, pueden conseguirse resultados muy positivos cuando la enseñanza está bien orientada. La Geografía ha dejado de ser una vasta nomenclatura de montañas, ríos, ciudades, países o capitales, cuyo efecto mayor era el desarrollo memorístico. Esto no significa que sea innecesario retener cierta cantidad de nombres; pero la actitud debe ser distinta. Tales esfuerzos de memoria deben apoyarse en la observación, directa o indirecta, y tender a la ejercitación de una memoria visual que guíe al alumno con mayor provecho y facilidad, hacia la comprensión de su entorno y del mundo. Los mapas, croquis y otros elementos similares, son un apoyo inapreciable para este tipo de ejercitación, del mismo modo que sirven eficazmente para el cumplimiento de otras finalidades pedagógicas.

En efecto, la enseñanza de la Geografía debe servir, sobre todo, para desarrollar la capacidad de observación. El medio local, más cercano, será el punto de partida ineludible para la observación directa de hechos y fenómenos geográficos. Pero la imposibilidad del acceso a los distintos lugares y motivos de interés geográfico, impone el recurso de utilizar otros elementos ilustrativos (fotografías, mapas, esquemas) que permitan llegar al conocimiento partiendo de la observación indirecta.

De esta forma, hay que animar, actualizar y convencer al docente de este tiempo, para asumir un compromiso profesional y ético que se nutra de una "Enseñanza Creadora (compromiso con lo nuevo), Dialógica (confrontación y convergencia), Concientizadora (comprensión de la realidad para asumir responsabilidades) y Participativa (sujeto-agente en la realidad) para que ésta trascienda en la formación integral del individuo como persona y como ciudadano. Así mismo, seleccionamos los enunciados de la concepción de formación Integral de Guedez, V., 1987", referidos al grado de capacidad y de sensibilidad humana para saber hacer, saber genérico, saber por qué, saber a través de qué, saber hacia dónde y querer saber.

Lo que se propone a continuación, relaciona lo geográfico y lo didáctico, con la intención de contribuir con la formación integral del perfil del alumno:

1. "Saber hacer y Saber genérico": a nivel general se debe capacitar al educando en la adquisición de las herramientas esenciales para el aprendizaje (como la lectura y la escritura, la expresión oral, el cálculo, la solución de problemas, etc.) y de los contenidos necesarios para que puedan desarrollar plenamente sus capacidades y puedan participar en el reto del desarrollo pleno.

2. "Saber por qué": en educación siempre es importante “Estimular” en el individuo actitudes para la reflexión, análisis, crítica y autocrítica que le conduzcan a una toma de conciencia que como ser social debe comprender acerca de la importancia de su colaboración en la identificación de problemas significativos, tanto en su ciudad de pertenencia como del país.

3. "Saber a través de qué": todo docente debe “Planificar” el aprendizaje hacia la búsqueda, el descubrimiento, la invención y el compromiso con lo nuevo. Se debe favorecer en el educando la iniciativa, originalidad y curiosidad intelectual.

4. "Saber hacia dónde": una de las tareas importantes es “Garantizar”, en los estudiantes, la formación de una actitud para la sensibilización de una conciencia histórica y ciudadana, con la enseñanza de la realidad local, nacional y universal.

5. "Querer Saber": hace referencia a que siempre hay que Interesar y estimular al educando para una participación responsable en los procesos que se operan en la realidad, para que éste asuma un compromiso consciente para la solidaridad del bienestar social.

El conjunto de estos "saberes" nos permitirán hacer propuestas para una intervención pedagógica que garanticen el aprendizaje necesario del educando para la vida y para una formación ciudadana participativa en el mejoramiento de la calidad de vida, el fortalecimiento de la soberanía e integridad nacional y la convivencia regional y mundial.


Fuente: Bonfanti, Fernando Ariel

Revista Digital UMBRAL 2000 – Nº 15- Mayo 2004

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