jueves, 7 de julio de 2011

Los ríos españoles han perdido cerca de un 10% de su caudal.


El impacto del cambio climático se percibe ya de forma clara en los ríos del planeta, en forma de pérdida de biodiversidad y disminución de caudal. Y en España estos efectos son especialmente graves. La pérdida de caudal en los ríos españoles podría estimarse en el 10% como media, y va en aumento. Los investigadores mencionan entre las causas los embalses, las canalizaciones y los transvases realizados sin tener en cuenta criterios científicos, y planes de regadío no adaptados a los recursos hídricos actuales ni a las previsiones sobre los impactos del cambio climático en la región.

Madrid ha reunido estos días a algunos de los mayores especialistas del mundo en ecosistemas fluviales en las jornadas llamadas 'Conservación fluvial. Amenazas, retos y oportunidades para un futuro sostenible', organizadas por la Fundación BBVA. El congreso ha tenido lugar precisamente cuando el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino está a punto de decidir si da el visto bueno a la evaluación de impacto ambiental que permitiría construir el embalse de Biscarrués, una gran presa prevista en el tramo medio del río Gállego y que estaría destinada a regar las secas tierra de los Monegros.

Un ejemplar de nutria en un río español. | Fundación BBVA

Un ejemplar de nutria en un río español. | Fundación BBVA

"Los embalses alteran claramente el funcionamiento de los ecosistemas fluviales", explicó Sergi Sabater, científico del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA). "En los tiempos actuales, la decisión sobre la construcción de una presa de este tipo debería star muy muy justificada. Hay que recordar que España es el país del mundo con más embalses por kilómetro de río, con un total de 1.200 grandes embalses con una altura superior a los 15 metros".

Pese a que su finalidad es precisamente garantizar el suministro de agua, "los embalses y canalizaciones suponen una amenaza para las especies que viven en los sistemas fluviales, empobreciendo sus poblaciones y afectando la capacidad natural de los ríos de mejorar la calidad del agua", dicen los organizadores. "El río necesita que el agua fluya por su cauce; es falsa esa idea de que el agua que llega al mar se pierde".

El entorno está menos protegido

Además, los científicos ponee en duda que el necesario trabajo de vigilancia ambiental se esté haciendo correctamente. "La normativa marco del agua es muy estricta, pero mi temor es que los controles ambientales estén disminuyendo por la falta de fondos que conyeva la crisis", explicó Damiá Barceló, director del ICRA. "El medio ambiente está menos protegido desde una perspectiva ambiental".

Cartel informativo. | FBBVA

Cartel informativo. | FBBVA

El británico David Dudgeon, de la Universidad de Hong Kong, expuso en la rueda de prensa ofrecida en la sede madrileña de la Fundación BBVA el resultado del primer análisis que relaciona el suministro de agua en regiones muy diversas del planeta con la gestión de los ríos, publicado recientemente en 'Nature'.

"Lo que vemos es que siempre que se pone en peligro la biodiversidad y el ecosistema del río peligra también el suministro de agua", explica Dudgeon. "Los países ricos han podido solventar el problema mediante la tecnología, construyendo más y más embalses, pero este abordaje no es exportable a las regiones más pobres, ni es sostenible a largo plazo". Este experto aboga por buscar soluciones más respetuosas con el cauce natural del río.

El empobrecimiento de los ríos debido a su pérdida de caudal es especialmente grave en la cuenca mediterránea. "España es el país del mundo con más embalses por kilómetro de río", recuerdan los organizadores. Esto, combinado con los efectos del cambio climático, hace que los ríos españoles sean muy vulnerables.

El Mediterráneo afectado por el cambio climático

"En la cuenca del Mediterráneo el cambio climático puede derivar en una menor disponibilidad de recursos hídricos", señalan Sabater y Elosegi. "Los modelos concluyen que las regiones mediterráneas están entre las más afectadas por la sequía de verano, y que experimentarán una mayor frecuencia de inundaciones y temperaturas más altas".

Además, "hay que añadir la sobreexplotación de los recursos hídricos", prosiguen. En las cuencas del norte de la Península Ibérica el porcentaje de consumo del agua respecto al total de recursos disponibles es de solo el 7,4%; en la cuenca mediterránea, en cambio, esta relación oscila entre el 55% y el 224% (esta última cifra corresponde a la cuenca del Segura, en la que pese a los trasvases los ríos permanecen secos varios meses del año).

Los investigadores han alertado también sobre la presencia cada vez mayor en los ríos de los llamados 'contaminantes emergentes', como los fármacos de uso humano y veterinario. Son un tipo de contaminantes inesperados para los que no existe regulación y que, en general, escapan a las depuradoras. Ahora, por primera vez, se empieza a analizar cómo afectan estos compuestos al ecosistema del río, y se confirman los temores: los antiinflamatorios, betabloqueantes, antibióticos, ansiolíticos y demás medicamentos tienen "un claro efecto negativo sobre la biodiversidad", explica Damiá Barceló.

Dudgeon aportó datos muy reveladores sobre el estado de salud de estos ecosistemas. El 10% de las especies del mundo vive en el 0,1% de la superficie que ocupan las masas de agua dulce. El 37% de las especies de peces de agua dulce están amenazados a escala mundial y la cifra llega al 39% en EEUU. el 45% de las especies de ranas está en peligro de extición.

En los próximos cien años habrá una extinción "catastrófica" de los animales de agua dulce, "comparable a la de los dinosaurios", dice Dudgeon. "¿Beberían ustedes agua de un río dode los peces se han extinguido? Yo creo que no sería muy buena idea".


Fuente: ElMundo.es

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