Contaminantes y sustancias tóxicas resultantes de actividades industriales amenazan la salud de 125 millones de personas en el mundo, especialmente en los países en vías de desarrollo donde 80 millones están en riesgo de morir prematuramente o perder calidad de vida a causa de este contacto.
Contaminantes y sustancias tóxicas resultantes de actividades industriales amenazan la salud de 125 millones de personas en el mundo, especialmente en los países en vías de desarrollo donde 80 millones están en riesgo de morir prematuramente o perder calidad de vida a causa de este contacto.
"Los problemas derivados de la contaminación amenazan la salud de casi 125 millones de personas en todo el mundo", aseguró hoy en teleconferencia la directora ejecutiva de la Cruz Verde de Suiza, Nathali Gysi, durante la presentación del "Informe Mediambiental 2012".
El informe, presentado por la Cruz Verde Suiza y el Instituto Blacksmith de Nueva York, identifica a los diez peores contaminantes de todo el mundo y cuantifica a escala global el daño que las sustancias tóxicas producen a la salud.
El documento mide la repercusión que estos productos en la salud humana y para ello se basa en el número de DALY, un instrumento de medida que utiliza la Organización Mundial de la Salud.
El DALY contabiliza los años de vida que pierden en todo el mundo las personas afectadas por una enfermedad; para obtener esta cifra se tienen en cuenta las muertes prematuras y el empeoramiento de la calidad de vida de estos enfermos.
Los 125 millones de personas afectados por los contaminantes pierden en su conjunto 17 millones de años de vida, una cifra similar a la de las tres mayores enfermedades contagiosas del mundo, como el SIDA que provoca la pérdida de 28 millones de DALY entre todas las persones afectadas; la tuberculosis, 25, y la malaria, 14.
Con respecto a la forma en que se realizó el informe, el jefe del proyecto del Blacksmith Institute, Bret Ericson, indicó que las investigaciones se han realizado en 2.600 zonas industriales de 49 países con niveles de ingresos bajos o moderados en las regiones de Latinoamérica y el Caribe, del este de Europa, de Asia y de África.
Según el informe, en estos lugares, en los que residen el 64 % de la población amenazada por productos tóxicos, "las consecuencias para la salud de la contaminación industrial son más significativas que en los países desarrollados".
En este sentido, Stephan Robinson, gerente en la Cruz Verde Suiza, concretó que la contaminación es en la mayoría de los casos el resultado de actividades industriales desreguladas y a pequeña escala, con grandes cargas de productos nocivos para la salud.
El texto revela que en Latinoamérica y el Caribe hay 20 millones de personas potencialmente en peligro de entrar en contacto con sustancias perjudiciales para el organismo.
Algunos de los productos tóxicos más dañinos son el plomo, el cromo, el mercurio, el amianto o el asbestos cuando entran en contacto con los seres humanos en procesos como el reciclaje de baterías, la fundición de plomo, la minería y procesamiento de minerales.
Estos contaminantes también afectan a personas que trabajan en vertederos de residuos industriales y domésticos, y en otros procedimientos como la curtiduría, la minería artesanal, la fabricación de productos -electrónica, baterías o recubrimientos metálicos-, la producción química o la industria del tintado textil.
(Agencia EFE)
Contaminantes y sustancias tóxicas resultantes de actividades industriales amenazan la salud de 125 millones de personas en el mundo, especialmente en los países en vías de desarrollo donde 80 millones están en riesgo de morir prematuramente o perder calidad de vida a causa de este contacto.
"Los problemas derivados de la contaminación amenazan la salud de casi 125 millones de personas en todo el mundo", aseguró hoy en teleconferencia la directora ejecutiva de la Cruz Verde de Suiza, Nathali Gysi, durante la presentación del "Informe Mediambiental 2012".
El informe, presentado por la Cruz Verde Suiza y el Instituto Blacksmith de Nueva York, identifica a los diez peores contaminantes de todo el mundo y cuantifica a escala global el daño que las sustancias tóxicas producen a la salud.
El documento mide la repercusión que estos productos en la salud humana y para ello se basa en el número de DALY, un instrumento de medida que utiliza la Organización Mundial de la Salud.
El DALY contabiliza los años de vida que pierden en todo el mundo las personas afectadas por una enfermedad; para obtener esta cifra se tienen en cuenta las muertes prematuras y el empeoramiento de la calidad de vida de estos enfermos.
Los 125 millones de personas afectados por los contaminantes pierden en su conjunto 17 millones de años de vida, una cifra similar a la de las tres mayores enfermedades contagiosas del mundo, como el SIDA que provoca la pérdida de 28 millones de DALY entre todas las persones afectadas; la tuberculosis, 25, y la malaria, 14.
Con respecto a la forma en que se realizó el informe, el jefe del proyecto del Blacksmith Institute, Bret Ericson, indicó que las investigaciones se han realizado en 2.600 zonas industriales de 49 países con niveles de ingresos bajos o moderados en las regiones de Latinoamérica y el Caribe, del este de Europa, de Asia y de África.
Según el informe, en estos lugares, en los que residen el 64 % de la población amenazada por productos tóxicos, "las consecuencias para la salud de la contaminación industrial son más significativas que en los países desarrollados".
En este sentido, Stephan Robinson, gerente en la Cruz Verde Suiza, concretó que la contaminación es en la mayoría de los casos el resultado de actividades industriales desreguladas y a pequeña escala, con grandes cargas de productos nocivos para la salud.
El texto revela que en Latinoamérica y el Caribe hay 20 millones de personas potencialmente en peligro de entrar en contacto con sustancias perjudiciales para el organismo.
Algunos de los productos tóxicos más dañinos son el plomo, el cromo, el mercurio, el amianto o el asbestos cuando entran en contacto con los seres humanos en procesos como el reciclaje de baterías, la fundición de plomo, la minería y procesamiento de minerales.
Estos contaminantes también afectan a personas que trabajan en vertederos de residuos industriales y domésticos, y en otros procedimientos como la curtiduría, la minería artesanal, la fabricación de productos -electrónica, baterías o recubrimientos metálicos-, la producción química o la industria del tintado textil.
(Agencia EFE)
Fuente: LaInformacion.com
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