lunes, 30 de julio de 2012

Encuentran un valle tan profundo como el Gran Cañón bajo el hielo antártico.

Situada en Antártida Occidental, esta depresión ayuda a explicar la importante pérdida de hielo que padece esta región

british antarctic survey
La Corriente de Hielo de Ferrigno desemboca en la bahía de Eltanin, en Antártida Occidental 
Más de 1.500 metros de desnivel escondidos bajo una inmensa capa de hielo. Científicos del British Antarctic Survey (BAS) han encontrado un profundo valle en Antártida Occidental tan hondo como el Gran Cañón del Colorado.
El descubrimiento se ha realizado bajo la Corriente de hielo Ferrigno, en una región considerada remota incluso para los estándares antárticos. Antes de la visita de los científicos del BAS, sólo se había ido una vez, hace medio siglo. Las corrientes de hielo son regiones heladas que se desplazan a mayor velocidad que las de su alrededor. El caso más típico es el de las lenguas glaciares.
Según el grupo de científicos, que ha publicado su trabajo en la revista Nature, este valle bajo el hielo está conectado con el mar. El océano transmite a través de éste su potencial calorífico tierra adentro, y favorece la fusión del hielo. Puesto que ésta es la región de la Antártida que más hielo pierde cada año —y es responsable ella sola del 10% del aumento del nivel de los óceanos—, comprender su geomorfología es de vital importancia científica.

Fusión del hielo

«Durante los últimos 20 años hemos usado satélites para monitorizar las pérdidas de hielo de la Antártida. Y hemos sido testigos de un deterioro del mismo en prácticamente toda su costa», afirma Robert Bingham, glaciólogo y coautor del trabajo. «En algunos glaciares, incluyendo la Corriente de hielo Ferrigno, esta pérdida ha sido especialmente pronunciada. Para entender los motivos necesitábamos saber qué había bajo la superficie helada».
«Lo importante es que este espectacular valle cuadra a la perfección con los registros de descenso de hielo superficial de los que se tenía constancia gracias a las mediciones por satélite», recalca Bingham.
Para llevar a cabo el análisis geomorfológico de la zona, los investigadores arrastraron un radar —capaz de atravesar el hielo— con una moto de nieve a lo largo de más de 2.500 kilómetros. Toda la zona tiene una superficie relativamente plana, lo que ayudó a la tarea. Bajo la planicie helada, otra planicie rocosa atravesada por el escarpado valle de más de 1.500 metros de profundidad. «Si pudieses quitar todo el hielo de ahi, verías algo tan gigante como los valle tectónicos africanos y de una profundidad tan destacada como la del Gran Cañón del Colorado», dice Bingham.
 
Fuente: ABC.es

 

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