La población mundial alcanzó oficialmente el pasado lunes los 7.000 millones de habitantes. Hace apenas 12 años éramos 6.000. Pese a todo, el ritmo de crecimiento se ha frenado. Los anteriores 1.000 millones se ganaron también en 12 años (de 1987 a 1999), pero como se partía de 5.000 millones el aumento de la población fue del 20%. Ahora, en los últimos 12 años, el incremento (también 1.000 millones), representa el 17%.
Quizá este relativo freno explique la tranquilidad con que el Fondo para la Población de Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés) ha elaborado el informe correspondiente. Lejos de los mensajes más preocupantes lanzados cuando se llegó a los 6.000 o a los 5.000 millones -riesgo de falta de recursos, guerras por el agua-, el fondo ha preferido enfocar el asunto desde el punto de vista de los 7.000 millones de oportunidades que este número de habitantes representa.
La calma ha sido manifiesta en la presentación del trabajo que ha tenido lugar esta mañana en la casa de América de Madrid. El jefe de Población y Desarrollo del FNUPA, José Miguel Guzmán, expuso que "no hay problemas de espacio para esa cantidad de personas". "Cabrían en Puerto Rico", dijo. A lo mejor Guzmán exageró, pero lo que sí es cierto es que si se toma el territorio de mayor densidad de población del mundo, Macao (18.534 personas por kilómetro cuadrado), ese número de habitantes cabría en 377.684 kilómetros cuadrados. Prácticamente la superficie de Japón (377.873 kilómetros cuadrados), y menos que España (504.782 kilómetros cuadrados). Otra cosa es que ese número de habitantes exija hacer "equilibrios" entre el agua disponible, los alimentos y la energía, indicó Guzmán. "A más población, esta relación es más difícil", afirmó.
Porque la ausencia de un mensaje preocupante no quiere decir que la ONU no crea que el crecimiento debe limitarse. Así lo demostraba a las claras la presencia en la rueda de prensa de esta mañana de la representante de la Federación de Planificación Familiar Estatal, Isabel Serrano. Y es que casi la mitad de estos 7.000 millones son menores de 25 años, lo que indica una potencialidad reproductiva tremenda si no se consigue asegurar que las mujeres tengan capacidad para espaciar sus embarazos a voluntad (o evitarlos). Algo que casi 300 millones de mujeres en edad fértil no tiene a su alcance, bien por cuestiones políticas (Gobiernos que no permiten el uso de anticonceptivos), religiosas o de género (acceso a preservativos, posibilidad de negociarlo, hábitos culturales asociados a la reproducción y la sexualidad como la mutilación genital.... etcétera). Y esto no es exclusivo de los países menos desarrollados. "No es casual, como se ve en Latinoamérica, que a peor política de planificación familiar -Nicaragua, El Salvador- haya menor desarrollo", indicó Serrano.
Pero este mundo mayoritariamente joven es, a la vez, el que mayor número de personas mayores ha tenido nunca. Casi 900 millones, el 12% del total, lo es, lo que representa nuevos retos, dijo Guzmán. Hasta ahora, en los países pobres, las personas no llegaban a viejos, y los que lo hacían eran los que tenían mejores condiciones (más dinero, salud), por lo que podían ayudar a los más jóvenes. Pero eso está cambiando, por lo que habrá que plantear servicios que protejan su salud, sus derechos. Y, de nuevo, esto tiene una perspectiva de género, ya que las cuidadoras son, en todo el mundo, mayormente mujeres.
Respecto al futuro del planeta, Guzmán no quiso hacer un vaticinio. "En 2100 la población podrá ser de menos de 7.000 millones o de 12.000 millones. Basta con que la media de hijos por mujer sea 0,5 más o menos para producir esa variabilidad", afirmó. Lo que parece claro es que para entonces solo África estará aumentando de población (en Asia se espera que empiece a bajar en 2050).
Esto tiene otra implicación: que si aumentan los habitantes de los países pobres, van a tener que contaminar para crecer. Un debate que ya se ha planteado en las cumbres del clima. Y que puede ser otra fuente de conflictos.
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