La falta de tratamiento de las aguas residuales en los países emergentes ha contribuido a la contaminación de los recursos hídricos subterráneos y superficiales. De hecho, se calcula que cada día llegan dos millones de toneladas de desperdicios a los ríos del mundo.
Según datos del programa "Aguas y Ciudades" de Naciones Unidas, alrededor de 800 millones de personas residen cerca de ríos contaminados, muchos de ellos en infraviviendas, sin servicios básicos ni saneamiento adecuados, expuestos a altos índices de contaminación por productos químicos y riesgo de enfermedades contagiosas.
Por estos motivos y bajo el lema "Agua para las ciudades: respondiendo al desafío urbano", la ONU celebra hoy el Día Mundial del Agua 2011 con el objetivo de informar sobre el impacto del crecimiento de la población, la necesidad de saneamiento en las zonas urbanas, el aumento de la contaminación por los vertidos industriales y la sobreexplotación de los recursos hídricos.
Actualmente, según datos de la ONU, 1.100 millones de personas carecen de instalaciones necesarias para abastecerse de agua y 2.400 millones no tienen acceso a sistemas de saneamiento.
El problema del agua en las ciudades
Según la ONU, la mitad de la humanidad vive en la actualidad en ciudades y las previsiones indican que hacia 2030 casi el 60% de la población mundial habitará en núcleos urbanos. Este crecimiento urbano es mayor en los países en desarrollo, donde la población de las ciudades aumenta en 5 millones de habitantes más al mes aproximadamente.
Para Naciones Unidas, los principales desafíos hidrológicos que acechan a los asentamientos urbanos son dos: la falta de acceso a agua potable y a saneamientos y los desastres naturales relacionados con el agua (inundaciones y sequías).
La falta de servicios adecuados de suministro de agua y saneamientos conduce a enfermedades como diarrea o brotes de malaria y de cólera. Según un informe de ONU-Hábitat La mitad de la población urbana de África, Asia y Latinoamérica sufre una o más enfermedades relacionadas este problema. Además, se estima que sólo de diarrea al año mueren 1,6 millones de niños, la gran mayoría por problemas de higiene y acceso deficiente a las infraestructuras de acceso al agua y saneamiento.
No obstante, hay datos positivos. Entre 1990 y 2008, 1.052 millones de ciudadanos mejoraron su acceso a fuentes de agua potable y 813 millones, a saneamientos. Sin embargo, en el mismo período de tiempo la población urbana creció cerca de 1.089 millones de personas. El crecimiento de las ciudades es tan rápido que la ONU estima que aumenta al ritmo de 2 habitantes más por segundo.
Por otra parte, la mala protección de los recursos hidrológicos y la contaminación del agua tienen un precio más allá de la degradación medioambiental. En 2010, el Banco Mundial cifró el coste económico de esta situación en más del 1,4% del PIB de Banlgadesh, el 1% del PIB colombiano o el 0,6 del PIB de Túnez.
Fuente: ElMundo.es
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