domingo, 13 de junio de 2010

Entrevista a Edward Soja. (Parte 3/11)


MT: ¿Cómo toma usted en cuenta estas dialécticas en un caso de estudio?

ES: Esta es, de nuevo, una de esas cuestiones sobre las que he estado escribiendo mucho. Pero básicamente, mi argumento es que hay dos, o mejor dicho, tres poderosas fuerzas (la globalización, la formación de una nueva economía o reestructuración económica, y las nuevas tecnologías de la información o la comunicación) que en conjunto son las fuerzas mayores que han estado cambiando las cosas. La siguiente parte de mi argumento es que yo divido lo que han sido los cambios mayores (aunque los mantenga en asociación cerrada) entre la reestructuración social y sus efectos, y los efectos territoriales, y los veo como un entretejido muy estrecho. Una vez, hace mucho tiempo, escribí un informe sobre la dialéctica socio-territorial diciendo que las relaciones sociales forman el territorio, pero que a su vez las relaciones territoriales forman las relaciones sociales y de clase, y que esto ha sido en parte la razón de mi alejamiento de una perspectiva marxista más explícita, porque por muchos años yo fui un geógrafo marxista "duro". Yo no he rechazado el marxismo en todo, yo me considero todavía de algún modo un geógrafo marxista, pero no sólo un geógrafo marxista. En parte porque era muy difícil para los marxistas entender y aceptar este poder de lo espacial para cambiar la vida social.

Pero para empezar a dar una respuesta directa: lo que ha estado ocurriendo a través de estas 3 fuerzas, la aparición de grandes cambios en la estratificación social, en la organización de los mercados de trabajo, en las ciudades (inmigración, heterogeneidad cultural, los flujos del trabajo) crea una nueva división étnica del trabajo en ciudades como Los Angeles, que está dando forma a mucho de lo que la sociología está haciendo y está también creando sus nuevos términos. Algunos de estos son ahora tan familiares que no los reconocemos como términos que han provenido de la reestructuración de la sociedad urbana: yuppie, underclass, homeless; hay otro término, no sé si lo conoces: DINK, double income, no kids (doble ingreso sin niños).

En los Estados Unidos aparecen el inusual alargamiento de la jornada laboral, el crecimiento del trabajo part-time y la desaparición y reorganización del Estado de bienestar a nivel local (en los Estados Unidos más que en el sistema de bienestar europeo), la crisis masiva de salud, la crisis del seguro de salud, la expansión de la cantidad de gente sin hogar, la carencia masiva de viviendas, el crecimiento de la cantidad de trabajadores pobres. Este es otro concepto, el trabajador pobre, un tema que está llegando a ser importante en los Estados Unidos, no tanto en los estados del este o en Chicago sino en Los Angeles y el oeste. Aunque esto ha ocurrido también en New York, es algo que va mucho más allá de la vieja división entre la ciudad de los negros contra la ciudad de los blancos y de una simple división racial, es mucho más complejo que eso.

Todo esto forma parte de esos cambios sociales, cambios en la sociedad urbana y en la estructura de la sociedad urbana, que también se pueden vincular a la globalización, la reestructuración económica, las nuevas tecnologías, las discusiones sobre la división digital. La conclusión más importante, para mi, a partir de la nueva literatura sobre la reestructuración (quiera uno llamarla postmetrópolis o no) y de todos los cambios que han tenido lugar en los últimos 30 años, el más importante descubrimiento para mi es que, insertos dentro de estos procesos de cambio, hay grandes fuerzas conduciendo a una polarización social en aumento, ensanchando las brechas de ingreso, y la creación de lo que yo llamo la ciudad fractal. Que no es simplemente una ciudad dual, sea burguesa o proletaria, o negra o blanca, o simplemente de ricos y pobres, esto es algo mucho más complicado.

Los viejos y simples dualismos que gobernaban nuestras vidas no son ahora tan aplicables como alguna vez fueron. Este es entonces el aspecto clave, lo que es realmente importante en la parte teórica de lo que estoy haciendo, y también en la práctica o en el aspecto político, porque esto deviene en un tema político muy interesante, como puedes suponer, al tratar el control de la globalización. Ahora bien, los efectos de las manifestaciones antiglobalización son muy importantes porque están diciendo, y ahora lo estamos reconociendo, que la globalización es algo que está afectando profundamente nuestras vidas y nuestras ciudades, y que si se la deja sola ("esto está ocurriendo, así que es natural" o "no, esto es solo el capitalismo haciéndolo de nuevo", que no ayuda), si se deja sola a la globalización sin ninguna especie de reacción, va a crear cada vez peores problemas.

Lo que debemos hacer es entonces encontrar modos de controlar la globalización, para crear sociedades más democráticas y equitativas. Porque esto es posible; nosotros hemos producido nuestros espacios y podemos cambiarlos. Esto es una parte vital de todos los efectos territoriales, el entorno sobre el que me preguntabas. Los temas ambientales son aquí de varios tipos. Esta polarización y esta geografía, las ciudades divididas en coronas en las que se necesitan dos horas y media para ir a trabajar, todo esto está creando situaciones que tienen impactos muy negativos sobre el medio ambiente.

El medio ambiente incontrolado que los globalistas quieren no sólo va a intensificar las desigualdades sociales, sino también la degradación ambiental. Por esas mismas razones necesitamos empezar a desarrollar algún grado de control sobre estas fuerzas que vienen desde arriba hacia abajo, y también sobre algunas de las fuerzas que vienen de abajo hacia arriba, como gran parte de la reestructuración de la economía. Yo no me focalizo en eso, pero es parte vital del argumento que estoy planteando.

Yo estoy interesado, en particular en lo que concierne al ambiente, en el desarrollo de lo que en los Estados Unidos se llama movimiento por la justicia ambiental, y mi atracción aquí tiene varios motivos. Como geógrafo, en particular, porque el movimiento por la justicia ambiental, si lo miras de cerca, trata realmente sobre temas geográficos, no solamente sobre el ambiente físico sino también sobre la localización de la industria, los equipamientos públicos, los residuos peligrosos, y el famoso NIMBY, not in my back yard (no en mi patio trasero). Todo esto tiene relación con la geografía, por eso he estado desarrollando un concepto para algunas investigaciones que estoy haciendo (como así también para mis propias visiones políticas) sobre la noción de justicia territorial. Aquello por lo que necesitamos luchar, y por lo que el movimiento por la justicia ambiental está trabajando, es para producir geografías socialmente más justas. Esto es un aspecto poderoso y central de todo lo que hago.

Todo este conocimiento sobre la globalización es cada vez más aburrido. Yo enseño medio ambiente urbano porque lo hago en un programa urbano, con estudiantes orientados a la práctica. Si yo enseñara en un programa de geografía o en un departamento de sociología podría ser teórico todo el tiempo, pero mis estudiantes de un programa urbano ambiental no me dejarían serlo. Por eso, siempre tengo que concretar mis teorías en algo realmente utilizable, y entonces lo que estoy tratando de hacer es, en un modo práctico, teorizar esta noción de justicia territorial. Porque esta se está convirtiendo en una fuerza en la práctica, no solo para el ejercicio de la planificación. Estoy hablando de organizaciones comunitarias, sindicatos y coaliciones que están comenzando a formarse en las ciudades, algo que es muy "sociológico".

Esto es lo que los buenos sociólogos deberían estar mirando, esas nuevas clases de coaliciones y nuevas organizaciones que se están formando en las ciudades. Un sindicato, un grupo comunitario local, una asociación residencial, pueden hacer muy poco o casi nada por si mismas. Esas ciudades que yo mencioné, dispersas y encalladas en California, con esos largos viajes al lugar de trabajo, por si mismas no pueden hacer nada. Lo que hace falta es construir una especie de coalición entre el gobierno de la jurisdicción, por un lado, y las organizaciones no gubernamentales por el otro: organizaciones comunitarias, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones étnicas, organizaciones de inmigrantes, organizaciones religiosas, etc., apuntando a trabajar juntas para pelear por lo que yo llamaría justicia territorial y democracia regional. Mencioné lo regional porque es mi vínculo con Cataluña, porque no estoy aquí solo para dar unas conferencias, sino que estoy trabajando con Barcelona Regional en nuevas formas de pensar el planeamiento regional en Cataluña. Esto tiene entonces una finalidad.


Fuente: cafedelasciudades.com.ar

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