¿Hasta cuándo durará el 'efecto ceniza'?
La persistencia en suspensión de la ceniza que emite el volcán islandés, aún en activo, es impredecible. La Agencia Europea de Control Aéreo prevé que los problemas continúen al menos hasta el fin de semana. El viento es la clave, pues es el responsable de la dispersión de estas partículas. La situación ha sido excepcional por la rápida expansión de la nube, y si el fuerte viento no cesa, la ceniza seguirá propagándose.
¿Sigue proyectando ceniza el volcán islandés?
Sí, la erupción emite aún grandes cantidades de ceniza a la atmósfera, y los expertos estiman que la situación podría alargarse al menos dos días más. La erupción remitirá en los próximos días, porque hay una cantidad limitada de magma emisible, pero las cenizas que continúen en suspensión no dejarán de causar problemas hasta que el cielo esté completamente limpio.
¿Cómo ha llegado tan lejos la ceniza?
Las erupciones volcánicas de tipo explosivo emiten a la atmósfera grandes cantidades de ceniza volcánica. La ceniza está formada por partículas bastante finas y de composición silícea, que varían en tamaño de menos de un micrón hasta varios milímetros. "Dependiendo de la intensidad de la erupción, estas partículas se inyectan a varios kilómetros de altura", explica Arnau Folch, vulcanólogo e investigador en el Centro de Supercomputación de Barcelona, "desde unos pocos kilómetros para erupciones de baja intensidad hasta 30-40 kilómetros en las erupciones más intensas, llamadas de tipo pliniano". Una vez en la atmósfera, continúa, "la ceniza forma una nube que es arrastrada por los vientos dominantes y transportada a centenares o incluso miles de kilómetros de distancia del volcán".
¿Qué impacto ha tenido la erupción en el tráfico aéreo?
La situación geográfica de Islandia es un problema añadido a la magnitud de nube de ceniza. Se encuentra en una de las rutas clave de navegación aérea entre Europa y EEUU y las condiciones meteorológicas adversas que ya han colapsado el tráfico en el norte del viejo continente podrían causar también problemas al cielo asiático. Los aeropuertos de 16 países europeos continúan cerrados este jueves, aunque Irlanda y Suecia están comenzando a reanudar la actividad normal.
¿Qué peligros entraña una erupción volcánica?
Cuando entra en actividad, el volcán emite gases altamente tóxicos: dióxido de azufre, dióxido de carbono y fluoruro de hidrógeno. Las columnas de ceniza, como la que está sembrando el caos en el norte europeo, pueden elevarse a más de 20 kilómetros y reflejar las radiaciones solares, lo que provocaría un descenso de las temperaturas. La lava puede caer por la ladera del volcán a una velocidad de hasta 240 kilómetros por hora. Es una mezcla de roca fundida y fragmentos sólidos de piedra que arrasan todo lo que encuentran en su camino.
¿Cómo afecta la ceniza a los aviones?
Cuando está en el aire, la ceniza es muy peligrosa para los aviones por varios motivos. "En primer lugar porque es muy abrasiva y daña ventanillas, filtros, tubos de Pitott, etc.", aclara Arnau Folch, "sin embargo, la amenaza principal es para los motores del avión". Resulta que la ceniza volcánica se funde (se transforma en vidrio volcánico) a temperaturas del orden de 800-900ºC. Dado que en las turbinas de los aviones las temperaturas de régimen son más elevadas, la ceniza que penetra en las turbinas se funde y obstruye el escape de los gases, cosa que hace que se detengan los motores del avión en pleno vuelo. Folch recuerda que "ha habido bastantes casos registrados, afortunadamente sin víctimas mortales todavía".
¿Se verá afectado el medio ambiente?
Joan Martí, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) considera que la nube de ceniza es "relativamente pequeña" y no constituye "nada del otro mundo". Desde su punto de vista, la contaminación que ha generado por el momento es "relativamente baja", aunque "habrá que tenerla en cuenta si la nube alcanzara un volumen más importante". Por esta razón, considera que la erupción no constituye hasta el momento "ninguna catástrofe ambiental". Cuando la lluvia disuelve las sustancias ácidas contenidas en la ceniza, puede contaminar el agua y dañar la vegetación. Los depósitos de ceniza, sin embargo, pueden ser beneficiosos para el entorno, porque mejoran la fertilidad del suelo.
¿Puede suponer un riesgo para la salud?
La nube está situada en capas bajas de la atmósfera y por tanto no afecta a la capa de ozono, la "piel del planeta", que protege al ser humano de las peligrosas radiaciones ultravioletas del espacio. Por otro lado, contiene partículas muy finas de ceniza volcánica, que sólo causarían problemas de salud de descender hasta el aire respirable, en especial a las personas que ya padezcan de afecciones de las vías respiratorias.
Fuente: ElMundo.es
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