El presidente Hu Jintao no detalla ese compromiso en la Cumbre del Clima de la ONU.- Obama insta a un acuerdo global contra el cambio climático pero tampoco presenta medidas concretas
EFE- Naciones Unidas (Nueva York) - 22/09/2009
El presidente chino, Hu Jintao, ha anunciado hoy en la Cumbre del Clima convocada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la sede del organismo en Nueva York que China -el país más contaminante- hará un "notable" esfuerzo para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Hu Jintao no ha ofrecido muchas cifras que concreten este compromiso por parte del que ha considerado el "país en desarrollo más grande del mundo", pero ha insistido en que tratará de hacer de China, donde vive una quinta parte de la población mundial, "una nación innovadora y respetuosa" con el medio ambiente.
Previamente al discurso del presidente chino, intervenía el de EE UU, Barack Obama, que ha instado a todos los países a llegar a un acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de evitar una "catástrofe irreversible". "La dificultad no es excusa para la complacencia", ha dicho Obama, quien ha asegurado que el Gobierno de EE UU "está decidido a actuar y a cumplir con nuestras responsabilidades hacia las generaciones futuras". En un discurso acogido con aplausos pero sin entusiasmo por el centenar de líderes mundiales presentes en la Cumbre del Clima, Obama ha destacado el cambio de posición de su país desde su llegada a la Casa Blanca. Sin embargo, conocedor de que tiene las manos atadas por el Congreso de EE UU en este asunto, apenas ha ofrecido propuestas concretas contra el cambio climático.
La Cumbre del Clima pretende acercar posiciones, aún muy distantes, antes de la reunión de diciembre en Copenhague dedicada a intentar llegar a un acuerdo sobre el recorte de los niveles de CO2 que sustituya al Protocolo de Kioto.
El presidente estadounidense, que ha buscado impulsar la lucha contra el calentamiento global desde su llegada a la Casa Blanca, ha reconocido que en el pasado EE UU estuvo lento a la hora de reaccionar pero "ha llegado una nueva era" y Washington "está decidido a actuar". Estados Unidos, ha sostenido, "ha hecho más por promover una energía limpia en los últimos ocho meses que en cualquier otro momento de nuestra historia", con medidas como nuevos estándares para el consumo de los automóviles. Además, ha anunciado, buscará el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles en la cumbre del G20, que se celebrará en Pittsburgh (EE UU) el jueves y viernes, otra cita en la que el cambio climático ocupará un lugar destacado.
Obama ha reconocido que alcanzar un acuerdo "no será fácil", pues se busca en momentos en los que el mundo vive una recesión global y la principal prioridad es la recuperación económica. Hasta el momento, el logro de un acuerdo se ha visto complicado por la resistencia de los países en vías de desarrollo, y en especial de India y China -dos de las naciones más contaminantes-, a recortar sus emisiones. Estos países alegan que Estados Unidos, responsable del 25% de las emisiones mundiales, debe tomar medidas más drásticas.
El recorte de los niveles de CO2 depende en EE UU de la aprobación en el Congreso de la legislación que prevé la reducción para 2020 de las emisiones a los niveles de 1990, pero el Capitolio, centrado ahora en la reforma sanitaria, ya ha indicado que no adoptará medidas hasta el año próximo.
Obama ha dicho que los países desarrollados liderarán la lucha contra el cambio climático mediante la inversión en energías renovables, una mayor eficiencia en el consumo energético y una reducción de emisiones, a medio plazo en 2020 y a largo plazo para 2050. Por su parte, los países en desarrollo, que producen "prácticamente todo el crecimiento en las emisiones de carbono, deben también poner de su parte". Según Obama, "no podremos resolver este desafío a menos que los principales emisores de gases de efecto invernadero actúen al unísono. No hay otro modo".
Al mismo tiempo, es necesario redoblar los esfuerzos para que otros países en desarrollo entren en el camino de un crecimiento sostenible y proporcionarles asistencia para que se adapten al impacto del cambio climático y empleen tecnologías limpias. Uno de los objetivos de un acuerdo, precisamente, sería poner fin a la tala de bosques o la quema de carbón en esos países. "Esas naciones no tienen los mismos recursos para combatir el cambio climático que países como EE UU o China, pero son los que más necesitan una solución inmediata. Son países que ya padecen los efectos de un planeta que se calienta", ha manifestado. Lo que se busca, ha sostenido, "no es simplemente un acuerdo para limitar las emisiones contaminantes. Queremos un acuerdo que permita que todos los países crezcan y mejoren sus condiciones de vida sin poner en peligro la Tierra".
Acallar críticas y aumentar la presión sobre EE UU
"Trataremos de reducir para 2020 en un notable margen las emisiones de dióxido de carbono por unidad de Producto Interior Bruto en relación al nivel de 2005", ha prometido Hu Jintao. China ya ha incluido un objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en su programa de desarrollo económico para el periodo 2011-2015, que aún no ha sido publicado. Hu ha señalado que el objetivo de Pekín es que para 2020 la parte de la energía que se obtiene a partir de combustibles no fósiles ascienda al 15%, así como aumentar notablemente la superficie forestal para que absorba el CO2 que se produce. Hu ha defendido que los países más industrializados y contaminantes deben garantizar el acceso de las economías menos desarrolladas a tecnologías y financiación necesarias para respetar el medio ambiente sin poner en peligro su crecimiento.
Con el compromiso anunciado por Hu, las autoridades chinas probablemente pretenden acallar las críticas de quienes las han acusado de no esforzarse suficientemente en la lucha contra el cambio climático. Además, la postura de China podría incrementar la presión sobre Estados Unidos y otros de los países que más dióxido de carbono emiten para que establezcan el próximo diciembre en Copenhague un nuevo marco a partir del cual atajar el calentamiento global.
(…) En la base de la crisis de la geografia se encuentra sin dudas la amplitud y complejidad del objeto de la geografia. Esto se manifiesta ya en la etimologia del nombre de la disciplina (descripción de la tierra) y en los temas abordados por los geógrafos de la antigüedad clásica: formas y organización del universo, dimensiones y caracteristicas de la Tierra y distribución de los seres vivos y el hombre en la superficie del planeta. Esa enorme amplitud temática dio lugar a una temprana especialización de los estudios en dos grupos fundamentales. Por un lado “la geografia especulativa y filosófica orientada a la descripción y explicación sistemática de la Tierra como parte del Universo” (Aristóteles, Dicearco, Eratóstene, Hiparco, Aristaco). Por otro lado, la “geografía historicista y utilitaria, centrada en la explicación de los hechos históricos a base de un cierto determinismo geográfico ( Herodoto,, Estrabón, Mela). Estas diferencias de concepciones se han repetido varias veces en la historia de la geografia, alterando con intentos de realizar síntesis y confirmando la vocación unitaria de los geógrafos. El primer intento para lograr la síntesis fue la obra de Ptolomeo (siglo II). Como geógrafo especulativo, fue autor de una interpretación del Universo, además de compilar y ordenar sistemáticamente todo el conocimiento de sus predecesores. Esta obra sirvió de base para la confección del primer mapa del mundo conocido. La síntesis de Ptolomeo mantuvo su vigencia, y con ella la unidad de la geografía, durante quince siglos. Su crisis se produjo por causa de los nuevos descubrimientos y exploraciones que ampliaron los límites de la geografía. En el siglo XVII Varenio realizó un nuevo ensayo de síntesis pero sin mayor éxito. El desarrollo del naturalismo y su preferente atención sobre hechos que eran objeto de estudio de la geografía, unido a la especialización impulsada por el positivismo cientificista, dio lugar a la aparición de nuevas disciplinas y atomización del conocimiento, contrario al espíritu geográfico. La reacción geográfica tuvo lugar en Alemania, donde Humboldt (1875) trató de la geografía una “ciencia general de la Tierra”. Resultó tan ambicioso el proyecto que los mismos alemanes procuraron reducir la ambigüedad del objeto a términos más ajustados a la realidad científica de la época. Con ésta intención definieron a la “Geografía como ciencia de los fenómenos de la superficie terrestre en sus combinaciones, su localización y sus relaciones de conexión y causalidad” A pesar de todo la diversficacion de enfoques se impondría de nuevo. Por un lado las implicaciones de la teoría evolucionista en las sociedades humanas inspirarían a Ratzel una concepción fuertemente determinista de la explicación geográfica que ha orientado los trabajos de una escuela medio ambientalista. Por otra parte la atención a las motivaciones socioeconómicas que explican la distribución espacial de los fenómenos ha desarrollado una geografía de la localización. Finalmente otros geógrafos (Hettner, Hartshorne) consideran a la disciplina una ciencia método cuyo único objeto seria fijar diferenciaciones espaciales sobre la base de los hallazgos de las diversas ciencias especializadas. A estos se agregaron algunas escuelas menores que demostraron que el intento alemán de reducir el objeto de la geografía no era suficiente para lograr el fin perseguido. Posteriormente, Vidal de la Blache asumió de nuevo el viejo proyecto unitario de la geografía. Rescató la idea de una disciplina puente entre ciencias de la naturaleza y las del hombre. De este modo, la geografía regional, aunque asumiendo las contradicciones de objeto y método de tan ambicioso proyecto, ha constituido la imagen visible de la disciplina. Hoy el método está en crisis y en consecuencia toda la geografía. De otro modo, se puede reiterar la primera afirmación sobre el problema “ La causa de esta crisis parece hallarse en ultima instancia en la contradicción entre su proyecto y la amplitud y complejidad de su objeto”. (…)
Fuente: CAPITANELLI Ricardo (1998) “Geografia Fisica y Medio Ambiente; Revaloración y Enseñanza, Metodos y Tecnicas de Trabajo” Ecogeo Mendoza 145 pp
Cientos de personas han contribuido al desarrollo de la geografía y el fruto de su trabajo se ha ido acumulando durante varios milenios. Muchos viajeros, topógrafos, exploradores y observadores científicos realizaron su aportación a este cúmulo de información en constante crecimiento. Sin embargo, sólo a partir de finales del siglo XVIII fue posible recoger y consignar una información geográfica precisa y real. El moderno concepto de geografía no tuvo una aceptación general hasta mediados del siglo XIX.
Geógrafos antiguos
Mapa tolemaico de Geografía La Geografía de Tolomeo, a pesar de sus graves incorrecciones, cartografió el mundo conocido en su época a través de un sistema basado en la longitud y la latitud, que influyó en los cartógrafos del renacimiento.Hulton Deutsch
A los primeros geógrafos les interesaba explorar los territorios desconocidos y describir los rasgos que observaban en los diferentes lugares. Estos geógrafos de la antigüedad realizaron largos viajes y anotaban sus observaciones sobre las tierras desconocidas que recorrían. Uno de los primeros mapas conocidos se realizó en una tabla de arcilla en Babilonia, hacia el 2300 a.C. Hacia el año 1400 a.C. se recorrieron las costas del Mediterráneo y se representaron en mapas las tierras exploradas. Durante los siguientes mil años, los antiguos viajantes llegaron a las islas Británicas y exploraron la mayor parte de las costas africanas. Por otro lado, los antiguos griegos proporcionaron al mundo occidental sus primeros conocimientos importantes sobre la forma, tamaño y características generales de la Tierra.
En el siglo IV a.C., el filósofo y científico griego Aristóteles fue el primero en demostrar que la Tierra era redonda. Basaba su hipótesis en los siguientes argumentos: que toda la materia tiende a caer hacia un centro común; que la Tierra proyecta una sombra circular sobre la luna durante los eclipses de luna; y que si se viaja de Norte a Sur pueden verse nuevas constelaciones, mientras que las conocidas desaparecen. El geógrafo griego Eratóstenes fue el primero que calculó con cierta precisión la circunferencia de la Tierra.
Los viajes, conquistas y actividades colonizadoras de los griegos en la región mediterránea dieron lugar a una acumulación de información geográfica considerable y estimularon los tratados de geografía. El geógrafo e historiador griego Estrabón escribió una enciclopedia de 17 volúmenes, titulada Geografía, que fue una importante fuente de información para los jefes militares y los administradores públicos del Imperio romano.
En el siglo II d.C., el astrónomo griego Tolomeo recopiló la mayor parte del saber geográfico de los griegos y romanos que se conocía hasta esa época. También propuso nuevos métodos de realización de mapas, que incluían la proyección y la creación de un atlas. En su célebre Guía geográfica, Tolomeo dividió el círculo ecuatorial en 360º y construyó una red imaginaria de líneas norte-sur y este-oeste donde localizaba la posición relativa de las masas de tierra conocidas, tanto islas como continentes. A pesar de que utilizó mediciones menos precisas de la circunferencia terrestre que las que había empleado Eratóstenes, Tolomeo contribuyó a la ciencia geográfica con mapas y descripciones muy útiles del mundo conocido. Sus mapas indicaban con claridad los problemas que suponía el representar la Tierra de forma esférica en una superficie plana.
Geografía medieval
Mapa de Mercator La proyección cartográfica de Mercator es una de las más conocidas; fue introducida por este cartógrafo flamenco en 1569, e ideada fundamentalmente para la navegación náutica. Conceptualmente, se trata de una proyección cilíndrica, si bien debe derivarse matemáticamente. Tiene la propiedad de que todos los rumbos aparecen como líneas rectas. Como contrapartida, cabe señalar que este tipo de proyección amplía en exceso las superficies de las zonas situadas en las latitudes altas, por lo que es de escasa utilidad para otros propósitos distintos a los de la navegación y para la representación de áreas alejadas del ecuador. Este mapa del Nuevo Mundo fue trazado por Gerardus Mercator en el siglo XVI.Archivo Fotografico Oronoz
En la edad media los europeos realizaron pocos viajes y exploraciones, a excepción de los vikingos de Escandinavia. Sin embargo, los árabes de Oriente Próximo interpretaron y comprobaron las obras de los antiguos geógrafos, griegos y romanos, y exploraron Asia suroccidental y África. En el siglo VII, los eruditos árabes tradujeron los tratados de los geógrafos griegos al árabe. Hubo que esperar a que estos textos árabes se tradujeran al latín para que el saber de los geógrafos griegos se difundiera por Europa. Entre las figuras más sobresalientes de la geografía árabe destacan al-Idrisi, conocido por sus detallados mapas, Ibn Batuta e Ibn Jaldún, que escribieron sobre sus largos viajes. Los mongoles y los chinos también contribuyeron a aumentar el conocimiento geográfico de Asia.
Ibn Batuta En el momento de su muerte, Ibn Batuta era probablemente la persona que más había viajado a lo largo y ancho de la Tierra. Su periplo se inició con la peregrinación a La Meca y continuó con varios viajes por el Viejo Continente europeo, Asia y África; en los que visitó los lugares fundamentales de las grandes civilizaciones.James L. Stanfield/National Geographic Society
Los viajes del explorador italiano Marco Polo, en el siglo XIII, las cruzadas cristianas, en los siglos XII y XIII, y los viajes españoles y portugueses para explorar nuevas tierras durante los siglos XV y XVI, abrieron nuevos horizontes a los europeos y estimularon la aparición de obras y tratados geográficos. En el siglo XV, Enrique el Navegante de Portugal impulsó y apoyó las exploraciones de las costas africanas y se convirtió en uno de los principales promotores de estudios geográficos. Asimismo, los viajes y cartas náuticas de Giovanni Caboto, Juan Díaz de Solís, Vicente Yáñez Pinzón, Juan de la Cosa y Américo Vespucio fueron fundamentales en los avances geográficos de la época. Entre los relatos de viajes y descubrimientos más destacados que se publicaron en el siglo XVI se encuentran los de Giambattista Ramusio, en Venecia, los de Richard Hakluyt en Inglaterra y los de Theodore de Bry en la actual Bélgica. Los viajes y estudios que se realizaron en este periodo probaron, sin que hubiera duda alguna, que la Tierra es una esfera. Antes de esto, muchas personas, sobre todo en el mundo cristiano, creían que la Tierra era plana.
La geografía desde el siglo XVII hasta el siglo XX
En la historia del método geográfico cabe destacar la obra Geographia generalis (Geografía general, 1650) del geógrafo alemán Bernhardus Varenius (Bernardo Varenio). El interés de esta obra radica en la distinción que establece entre geografía general y geografía especial (o regional); la primera de ellas la concibe como una geografía esencialmente física y astronómica, mientras que la geografía regional se centra en el estudio y comparación de las diferentes regiones de la Tierra, sus límites y rasgos característicos. Su obra constituyó un dogma indiscutible durante más de un siglo.
Durante la primera mitad del siglo XVII destacó la obra del geógrafo inglés Nathaniel Carpenter, que recalcó las similitudes espaciales, entre las características físicas de las distintas superficies de la Tierra. Su enfoque se convirtió en un hito geográfico de gran importancia.
Otros muchos autores europeos contribuyeron a aumentar el conocimiento geográfico durante los dos siglos siguientes. En el siglo XVIII, el filósofo alemán Immanuel Kant desempeñó un papel decisivo al colocar a la geografía en el marco de las ciencias. Kant dividió el conocimiento adquirido a través de la observación en dos categorías: una comprende los fenómenos registrados de conformidad con la lógica, lo que da lugar a clasificaciones como órdenes, géneros y especies vegetales y animales, sin importar cuándo o dónde tienen lugar. La otra incluye los fenómenos que se perciben en términos de tiempo y espacio; la clasificación y descripción que tiene en cuenta el tiempo se considera historia, y la clasificaciòn y descripción que tiene en cuenta el espacio se considera geografía. Kant subdividió la geografía en seis ramas, una de las cuales, la geografía física, es esencial para las otras cinco. Las otras ramas señaladas por Kant fueron la geografía matemática, la moral, la política, la comercial y la tecnológica.
Alexander von Humboldt y Carl Ritter, ambos alemanes, realizaron grandes contribuciones a la teoría geográfica a principios del siglo XIX. Humboldt, que fue un gran viajero y un brillante observador del terreno, aplicó sus conocimientos sobre los procesos físicos a la clasificación sistemática y a la descripción comparativa de las características geográficas observadas en el terreno. Concibió métodos para medir los fenómenos que observaba en el marco natural desde una perspectiva histórica, interesándose por su evolución y cambios. Este hecho supuso una ruptura con el pensamiento dominante hasta ese momento, que consideraba la naturaleza como algo estático e inamovible. Humboldt realizó muchos estudios geográficos excelentes basados en sus viajes a América, que ayudaron a conocer la realidad geográfica de este continente. Es muy conocida su obra Viajes a las regiones equinocciales de América. Su obra Cosmos (1844), que describe la geografía física del Universo, se considera una de las mejores obras geográficas de todos los tiempos.
El punto de vista de Ritter difiere en parte del de Humboldt. Mientras que este último se centraba en el estudio sistemático de los rasgos físicos considerados de manera independiente, Ritter respaldaba un enfoque regional de la geografía; hizo hincapié en el estudio comparativo de áreas determinadas y en los rasgos que caracterizaban a cada una de ellas, pero prestando mucha menos atención a los aspectos físicos y poniendo el acento en los fenómenos sociales e históricos, con el fin de establecer relaciones entre el medio físico y el hombre. Su obra en 19 volúmenes, La geografía y su relación con la naturaleza y la historia de los hombres (1822-1859), es un análisis geográfico excelente de Asia y de algunas partes de África. Ritter fue un agudo observador del terreno, con una buena base en ciencias naturales e historia. Denominó a su trabajo geografía comparada, ya que su conocimiento procedía de la observación y comparación de un hecho concreto, a partir del cual llegaba a establecer leyes y principios. Ritter creía que sin análisis regionales sistemáticos no era posible realizar ningún estudio fiable.
Otro geógrafo alemán, Friedrich Ratzel, también realizó una importante aportación al conocimiento geográfico. Célebre por su obra Antropogeografía (1882-1891), intentó demostrar que las fuerzas naturales han determinado la distribución de las personas en la Tierra. Describió la geografía como ciencia de distribución y apoyó el estudio de áreas concretas, de las cuales afirmaba que podían proporcionar las bases para realizar generalizaciones sobre áreas más extensas o sobre el mundo en su totalidad. Los geógrafos alemanes Ferdinand von Richthofen y Alfred Hettner recogieron las ideas de Humboldt, Ritter y Ratzel; Geografía: su historia, su naturaleza, y sus métodos (1927), de Hettner, es una obra de gran valor sobre la historia de los métodos geográficos.
Entre los geógrafos franceses de finales del siglo XIX destaca Paul Vidal de la Blache, que se opuso a la idea de que el medio físico determina de un modo estricto las actividades humanas. Él defendió que el ser humano podía modificar su entorno físico. Favoreció los estudios regionales, dando importancia tanto a los procesos físicos como a los humanos en la distribución de los elementos de la Tierra.
En el siglo XIX, con el desarrollo del imperialismo europeo que permitió el conocimiento de nuevos territorios, surgieron y proliferaron muchas sociedades geográficas. Fueron muchos los que patrocinaron estudios geográficos, exploraciones y revistas geográficas. Las sociedades más antiguas de este tipo se fundaron en París, Berlín y Londres (Real Sociedad Geográfica), entre 1820 y 1830. En los Estados Unidos se fundó la Sociedad Geográfica Estadounidense en 1851 y la Sociedad Nacional Geográfica en 1888. Desde 1876 existe la Real Sociedad Geográfica de Madrid. Se iniciaron también las conferencias internacionales geográficas en 1871, en Amberes, Bélgica.
El siglo XX
Imagen SIG Un Sistema de Información Geográfica (SIG) es un sistema informático que sintetiza, analiza y representa los diferentes tipos de datos geográficos de una forma comprensible. Esta imagen generada por SIG muestra las localizaciones de las industrias que emiten productos químicos tóxicos en el condado de Los Ángeles en Estados Unidos (representadas por puntos negros), combinadas a su vez con áreas de diferente código de color, que muestran la distribución de los diferentes grupos raciales. La imagen ilustra cómo un SIG puede combinar ambos datos y representar muchos tipos de información para una determinada área geográfica.L. Burke/National Center for Geographic Information and Analysis
Durante la primera mitad del siglo XX, muchos geógrafos continuaron la tradición de los antiguos pioneros de la geografía. Realizaban estudios de pequeñas áreas por todo el mundo, a través de observaciones sobre el terreno, extendiendo las fronteras del conocimiento geográfico, pero manteniendo los métodos heredados del siglo XIX. Sin embargo, a comienzos de la década de 1950, los geógrafos comenzaron a utilizar cada vez más los métodos cuantitativos. El cambio en la metodología que tuvo lugar en las décadas de 1950 y 1960 fue tan rápido que se ha hablado de revolución cuantitativa. Los geógrafos ampliaron sus esfuerzos en la búsqueda de aplicaciones prácticas para los estudios geográficos.
Los métodos cuantitativos fueron especialmente útiles al aplicarlos a la teoría de la localización, una rama de la geografía que estudia los factores que influyen en la localización de elementos como ciudades o fábricas. El economista y terrateniente Heinrich von Thünen fue el iniciador de la teoría de la localización; el geógrafo alemán Walter Christaller hizo, por su parte, importantes aportaciones a esta teoría en la década de 1930, al analizar la localización de los centros urbanos, pero sus teorías no cobraron valor hasta veinte años después.
En la década de 1960, la geografía se dividió en diferentes escuelas de pensamiento. Surgieron, a menudo, desacuerdos entre los eruditos de las diferentes escuelas: por un lado, las que apoyaban los métodos cuantitativos y, por otro, las que defendían un enfoque descriptivo. Sin embargo, desde la década de 1970, los diferentes métodos se combinan y aplican a las nuevas áreas del estudio geográfico.
El Atlas Ambiental de Buenos Aires es una enciclopedia interactiva de lenguaje accesible, sencillo y amigable, que permite reunir y articular información proveniente de las diferentes áreas del conocimiento que estudian los fenómenos producidos en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Este proyecto de investigación y desarrollo fue financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Contó con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como institución adoptante, con el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (CONICET) y la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (UBA) como entidades beneficiarias.
Accesible gratuitamente a través del sitio web, esta herramienta brinda información detallada sobre la situación ambiental de la Ciudad y el Área Metropolitana. El objetivo del proyecto es volcar toda la información ambiental sobre mapas del Área Metropolitana de Buenos Aires y hacer que esa información gráfica se enlace con textos e imágenes.
Gran parte del proyecto fue financiado por el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT) a través del instrumento Proyectos de Investigación y Desarrollo (PID) el cual tiene como objetivo la generación y aplicación de nuevos conocimientos en ciencia y tecnología para la obtención de resultados precompetitivos o de alto impacto social.
Trasmitir una percepción amplia del ambiente, que supere las habituales reducciones sectoriales, fue el sustento conceptual en la elaboración del Atlas. Con ese fin la dirección del proyecto realizó una primera selección de los aspectos físicos, bióticos y culturales más significativos que intervienen e interactúan en el ambiente urbano y convocó a más de 60 especialistas, que produjeron información original y actualizada sobre los diversos temas. Dicha selección apuntó a cumplimentar uno de los objetivos académicos del Atlas, que se refiere a la calidad, transparencia y jerarquización de la información.
Datos de Contacto: Nombre del investigador responsable Dra. Paulina E. Nabel. Dirección Museo de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” Av. Ángel Gallardo 470 P. 4 - Ciudad de Buenos Aires. Teléfono (011) 4981-9365 - E-mail :penabel@gmail.com.
Directora: Paulina E. Nabel - Dra. en Cs. Geológicas - CONICET - MACN
Codirector: David Kullock - Planificador Urbano y Regional - FADU/UBA - GCBA
Equipo de trabajo: Sistemas de información geográfica: Benedetti, Julio - Ing. Geógrafo . Tecnología: Aizemberg, Ariel - Lic. en Cs. de la Computación. Edición general: Bisman, Hernán - Editor_ Dirección de arte: Alba Posse, Jorge – Diseñador gráfico. Equipo de edición:Contenidos naturales: Caretti, Magdalena - Lic. Cs. Biológicas. Análisis de imágenes y modelado espacial: Becerra Serial, Rodrigo - Lic. Cs. Biológicas - Parimbelli, Matías - Lic. en Gestión Ambiental - Rugiero, Valeria - Lic. Cs. Ambientales - Saucedo, Mario - Técnico Geógrafo. Equipo de diseño gráfico: Cosatti, Maximiliano - Vélez, Mónica Fotógrafo: Erlich, Juan.
Instituciones relacionadas: Agencia de Promoción Científica y Tecnológica, CONICET, MACN, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA) y Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
El cambio climático y la presencia humana han puesto en peligro uno de los últimos paisajes vírgenes del planeta: el bosque boreal o taiga. Según ha descubierto un equipo de investigadores, este área, que se extiende a lo largo del norte de Rusia, Canadá, Alaska y Escandinavia, se encuentra bajo una amenaza creciente.
Hasta la fecha, las vastas extensiones de bosques boreales habían permanecido intactas debido a la escasa presencia humana en esas latitudes. "Mucha de la atención mundial se ha concentrado en la pérdida y degradación de los bosques tropicales en las últimas tres décadas, pero ahora el bosque boreal ha pasado a convertirse el próximo Amazonas", afirma el profesor Corey Bradshaw, de la Universidad de Adelaida.
Científicos de esta universidad australiana, junto a investigadores de la Universidad Memorial de Canadá y la Universidad de Singapur, han pedido medidas urgentes para preservar los bosques boreales y asegurar la biodiversidad, además de prevenir la pérdida de uno de los mayores sumideros de CO2 del planeta. Los bosques boreales comprenden un tercio del área boscosa mundial y un tercio del carbono almacenado.
Según explica el estudio, históricamente el fuego y los insectos han sido los protagonistas del equilibrio de los ecosistemas boreales. Sin embargo, la creciente demanda de recursos ha hecho que la minería, la industria maderera y el desarrollo urbano hayan aumentado estos años, provocando una extensa pérdida de bosque en algunas regiones,
El fuego, es el principal artífice del cambio y la actividad humana provoca un mayor número. Hay pruebas de que el cambio climático está aumentando la frecuencia y el riesgo de incendios en el área boreal. El bosque ruso es el más degradado y ha sufrido un gran daño en las últimas décadas. Países con bosques boreales protegen de la explotación maderera menos de un 10% de sus zonas arboladas, excepto Suecia donde la cifra se sitúa en el 20%.
Los hallazgos han sido publicados en la revista 'Trends in Ecology and Evolution', bajo el título 'Conservación urgente del almacén de carbono boreal y la biodiversidad'. Aunque los gobiernos no reconozcan el cambio que se produce, se considera que solo un 40% del total de estos bosques permanece intacto, y el grado de fragmentación entre ellos aumenta.
Un estudio revela el impacto en las viñas. En San Juan, el grueso de vides del valle Tulum sería perjudicado.
De mantenerse en el mundo el cambio climático, en las próximas décadas las zonas cálidas serían más calientes y las zonas frías, más cálidas, lo que podría generar un corrimiento de las zonas vitivinícolas en el país. Esta es una de las conclusiones a las que llega la ingeniera agrónoma Carla Aruani, del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) en la primera parte de su informe Cambio Climático y Vitivinicultura. "Si la temperatura sigue aumentando cambiará totalmente la industria en las zonas cálidas. Por ejemplo en la Patagonia, donde ya hay plantaciones, en futuro habrá nuevas zonas que se dediquen a la vitivinicultura porque si bien la temperatura hoy es fría, ésta aumentaría en los próximos años y las condiciones climáticas serían propicias. Claro, esto nos dejaría un nuevo mapa vitivinícola en el país, siempre y cuando lo que predicen los modelos sea verdad", dijo a DIARIO DE CUYO Aruani. Por todo esto, asegura que los cambios ambientales producidos por el calentamiento global, "traerán consecuencias importantes en el manejo de los viñedos y en la producción vitivinícola de nuestro país". Las proyecciones realizadas en base a modelos globales del calentamiento en el mundo, indican que esta tendencia al calentamiento continuará durante el siglo XXI junto con un aumento de la frecuencia de eventos extremos (olas de calor, sequía, granizo). Por eso las zonas vitícolas de climas templados-cálidos, aquellas donde hoy se registra mayor calor, como el Valle del Tulum en San Juan (ver aparte), serán probablemente las más afectadas, ya que si la temperatura en esa zona aumenta más de lo "ideal", el proceso biológico de la planta se producirá más rápidamente y esto dará como resultado una acumulación acelerada de los azúcares y pérdida de acidez por respiración, produciendo vinos "sosos" y poco balanceados. En cambio resultarán beneficiadas las zonas frescas-frías, donde los cambios hacia un clima más benigno generarían condiciones más propicias para la producción de azúcares, compuestos fenólicos (responsables del color de los vinos) y compuestos aromáticos, lo que aumentaría la calidad y variedad de esos vinos. Más calor, más sequía, más pestes, heladas extratemporales, mayor temperaturas nocturnas (que disminuyen la productividad de la vid), menos nieve, mas lluvia y más granizo. El panorama del cambio climático de las próximas décadas no es nada alentador para la vitivinicultura. Sin embargo las perspectivas son buenas si se comienza a investigar y a trabajar desde ahora, según concluye el informe. Los cambios "Investigar, investigar, investigar", repite Aruani, para reforzar la idea de que de ello depende la supervivencia de parrales y bodegas en el país. Pero, ¿investigar qué? ¿para qué? Aruani destaca que hay que estudiar en profundidad las nuevas zonas vitícolas, nuevas variedades -resistentes a las nuevas características climáticas-, nuevos estilos de vino y nuevas tecnologías. Mientras tanto, sugiere como estrategias de adaptación, la contratación de seguros agrícolas, el uso de malla antigranizo, adoptar sistemas de riego por goteo para aumentar la disponibilidad y la eficiencia en el uso de agua. También propone el documento del INV disminuir el raleo de hojas alrededor de los racimos, para evitar daños extremos; y ordenar el territorio, para localizar las actividades agrícolas en lugares que minimicen la vulnerabilidad. "¿El futuro? Es super incierto. Muchos productores y bodegueros me han dicho que no tenían ni idea de todo esto, pero ese es un gran paso, que se informen y tomen conciencia de los cambios que se vienen", dijo la ingeniera.
Los acuíferos han disminuido 109 kilómetros cúbicos en solo seis años
Los científicos aseguran que el único factor causante es la agricultura
La India se seca por dentro, y por fuera. Más de 33 centímetros cúbicos de aguas subterráneas desaparecen cada año debido a la sobreexplotación de los acuíferos en el segundo país más poblado del planeta. Así lo han constatado los satélites de la NASA, cuyos datos han sido analizados y presentados ahora por científicos de la Universidad de California (EEUU).
Sus conclusiones, que corroboran lo que ya venían avisando algunos expertos y activistas científicos, como Vandana Shiva, fundadora de Navdanya, son devastadoras: en sólo seis años (entre 2002 y 2008) han desaparecido más de 109 kilómetros cúbicos de estas aguas en el noroeste del país, la mayoría debido a la irrigación de campos de cereales. Esta cantidad es el doble que lo que contiene la mayor reserva de agua dulce de India, el Waiganga Superior, y tres veces más que el Lago Mead, el embalse más grande de Estados Unidos.
Los investigadores, dirigidos por Matthew Rodell, recogieron los datos que han ido llegando de los dos satélites GRACE (Gravity Recovery and Climate Experiment) que fueron lanzados por la agencia americana en 2002. A bordo llevan instrumentos que permiten medir diminutas variaciones en el campo de gravedad de la Tierra. Explican los expertos que la gravedad es la sombra de la masa, y la masa es una parte fundamental de la ecuación para muchos procesos físicos.
De este modo, teniendo mediciones de esa masa cuando fluye se pueden evaluar fenómenos como la disminución del espesor de las placas de hielo, las lentas corrientes de magma en el interior de la Tierra o el flujo de agua en los acuíferos subterráneos, como ha ocurrido en este caso.
Sofisticados instrumentos
Aunque la resolución espacial de los GRACE no es muy alta (160.000 kilómetros cuadrados) y los datos se tomaban sólo 10 días al mes, sus radares y radiómetros han demostrado ser los mejores para detectar todos los niveles de los acuíferos. Es así como detectaron anomalías en los estados de Rajastán, Punjab y Haryana, incluyendo el área de la capital, Nueva Delhi.
Rosell, que ha publicado los resultados en la revista 'Nature', lo expresa con claridad: "Si no se toman pronto medidas para un uso sostenible de este agua, las consecuencias para los 114 millones de habitantes de la región pueden incluir el colapso de la agricultura, así como una severa escasez de agua potable y conflictos y sufrimientos".
La tremenda sequía que azota este año al país, donde los monzones no han dejado las lluvias esperadas, no lo pone fácil: la necesidad obliga a abrir nuevos pozos que sangrarán aún más el interior de la tierra, como se teme el científico Raj Gupta, que trabaja en el Centro Internacional para la Mejora del Maíz. Al mismo tiempo que esto ocurre, el Gobierno del Partido del Congreso, el que consagró la llamada Revolución Verde, con Indira Ghandi al frente, anunciaba ayer que importará alimentos para dar de comer a sus 700 millones de campesinos.
Los científicos de California constatan con sus datos que ni la falta de lluvias ni el cambio climático están detrás del brutal descenso, sino precisamente un sistema agrícola que no es sostenible. Es más, en los años estudiados incluso aumentaron las precipitaciones, que permiten que el agua se filtre si el suelo es poroso y ha sido bien tratado. Así, lentamente, se van creando unas reservas subterráneas que pueden durar miles de años y otras que bajan y suben según los monzones.
"En general, no se trata de si llueve más o menos, sino de que cuando este agua se usa para la agricultura intensiva, como ocurre en un 80% en esta zona de la India, tardará años en ser reemplazada, por lo que se convierte en una amenaza global para la seguridad alimentaria de millones de personas", admite Jay Flamiglietti, otro de los hidrólogos que ha participado en el trabajo.
Para corroborar sus datos, también analizaron la calidad del suelo, las reservas acuíferas en superficie, la vegetación y los glaciares cercanos del Himalaya. El único factor determinante de la pérdida resultó ser el humano.
Por si hubiera dudas, un reciente informe del Gobierno indio constataba que en la zona afectada la irrigación de los campos de arroz se ha multiplicado por siete. "Los granjeros deben parar ya, hoy o mañana, de plantar estos cultivos que han favorecido el Gobierno y sustituirlos por otros que precisen menos agua", reclama Gupta.
Hace tiempo que su compatriota Vandana Shiva, premio nobel alternativo, viene alertando de que la India se seca por dentro por culpa de semillas inapropiadas al ecosistema. Ahora la NASA le da la razón.
La Revolución Verde
Hay quien defiende la necesidad de trasladar a África la Revolución Verde que, en los años 60 y 70, convirtió a la India en un granero de trigo y arroz, con semillas mejoradas, fertilizantes e irrigación para acabar con el hambre.
Hoy, aquel éxito se pinta cada vez más como un fracaso, incluso desde la Organación Mundial de la Alimentación: sigue habiendo millones de hambrientos, los campesinos se arruinaron y el agua se contaminó y ahora está desapareciendo. "El error fue no contar con la sabiduría de los campesinos, que conocían su tierra y sus semillas. Ahora hay que volver la vista hacia ellos", aseguraba en una entrevista a EL MUNDO Vandana Shiva.
Unos seis millones de latinoamericanos han decidido migrar a países de la región Argentina, Costa Rica y Venezuela son los principales destinos.
El vallenato rezumba por todas las esquinas de los barrios de Catia y Petare, en Caracas (Venezuela). Nada extraño si no es porque se trata de una música típica del caribe colombiano. Se ha asentado como lo han ido haciendo miles de personas que tuvieron que salir del país vecino. La situación es semejante según se baja en el mapa. Villa 31, el asentamiento urbano más poblado de Buenos Aires (30.000 personas), es el hogar de miles de paraguayos, bolivianos, peruanos... El 50,6% que allí vive nació fuera de Argentina. Ambos casos son el reflejo de la otra inmigración latinoamericana, la que no ha partido hacia Estados Unidos ni tampoco ha podido o querido saltar el charco para buscar una mejor calidad de vida en Europa. Los inmigrantes latinoamericanos y caribeños representan un 13% del total mundial, un porcentaje superior al de la proporción de América Latina y el Caribe sobre la población de todo el mundo, cerca del 9%, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Estados Unidos y España son los destinos principales de los 26 millones de latinoamericanos que dejan su país. Un poco más de seis millones de personas, sin embargo, han decidido migrar dentro de la región. Argentina, Venezuela y Costa Rica son los tres países en los que tienen más presencia. "En muchos casos, la emigración parece haber contribuido a aliviar el impacto de las tensiones entre las tendencias demográficas y la generación de empleo, de las originadas en conflictos socio-políticos, éticos y religiosos, y de las asociadas con formas agudas de degradación ambiental", explica Roberto Kozak, experto en inmigración de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).
Son pobres, pero no los más. Aunque cuentan con menos recursos económicos que los que llegan a España, no necesariamente se tiene que hablar de una migración pobre, si se tienen en cuenta las extremas condiciones en las que viven millones de personas en toda América Latina. "Las personas más pobres no emigran, no tienen esa capacidad, se quedan en sus países", matiza Jorge Martínez, investigador de la Cepal. "Tradicionalmente, los migrantes más calificados tendieron a trasladarse a países lejanos, fuera de la región, mientras que a los países limítrofes fueron personas con menores niveles de escolaridad, con una mayor probabilidad de pertenecer al mundo rural", añade Kozak, que puntualiza: "Esta diferencia ya no es tan nítida"
El mismo idioma, una misma cultura que facilita la inserción. Y, a diferencia de España, unos controles fronterizos mucho más livianos. Son pocos los países latinoamericanos que exigen visados, y los cruces en las fronteras están menos vigilados. Además, como explica Eduardo Domenech, profesor de la Universidad de Córdoba (Argentina), "viajar a España implica un gasto de cuatro mil a cinco mil dólares". Nora Pérez, experta en políticas migratorias de la Universidad de Buenos Aires, añade: "La capacidad de pagar o no el dinero del viaje es un elemento que compone la decisión de migrar, pero no es determinante. Suponerlo significa perder de vista varias cosas: no todos quieren ir a España o salir de América Latina; esa elección responde a ecuaciones personales o del grupo familiar que más allá de generalidades escapa a la compresión total de quienes no son parte".
Argentina, un país de tradición migratoria, es el hogar de 1,5 millones de extranjeros, un 4,2% de su población. Las principales oportunidades que encuentran los inmigrantes en Argentina tienen que ver con la agricultura, la construcción y el trabajo doméstico. La mayoría son bolivianos, chilenos, uruguayo y paraguayos. Precisamente Paraguay es uno de los países del mundo con mayor índice de emigración. Uno de cada cuatro hogares tiene un familiar en el extranjero.
La frontera de Venezuela con Colombia también baila al son del vallenato. De los más de 600.000 colombianos censados en algún país de América Latina, el 90% residen en Venezuela. La bonanza del petróleo, que generó puestos de trabajo a principios de los 90, unido a la brutal violencia vivida durante décadas en Colombia, ha propiciado este fenómeno.
Las tensiones políticas y sociales que arrecieron en Nicaragua y El Salvador durante los años setenta y ochenta obligaron a miles de personas a huir. Costa Rica fue el destino de muchos de ellos. Hoy es el quinto país que más extranjeros acoge, apenas 296.000 extranjeros, pero que suponen un 7,5% de su población.
Los casi 1.200 kilómetros que separan a México de Centroamérica son un corredor para los inmigrantes que buscan un mejor nivel de vida y, en última instancia, llegar a Estados Unidos.
Un informe del Congreso mexicano de 2007 apunta que en el último decenio unos siete millones de personas han cruzado por la frontera sur de México de forma ilegal, mientras que sólo unos 300.000 centroamericanos han elegido establecerse en el país azteca. En total, un 98% de los trece millones de centroamericanos que han dejado su país han elegido como destino final los EE UU.
El inmigrante que se aventura a cruzar la frontera entre México y Guatemala se enfrenta a asaltos, la corrupción de algunas autoridades policiales -como reconoce el informe del propio congreso mexicano-, accidentes por la pobre calidad de las vías y los abusos de las mafias.
Las condiciones sociopolíticas y económicas de un momento concreto influyen en el proceso migratorio. Pero cuando estas finalizan, el proceso continúa. En Chile, asolado por una dictadura militar durante años, se ha producido un incremento de la inmigración, especialmente peruana. Incluso en El Salvador, país emigrante por obligación, las tornas se han invertido. A fin de cuentas, "el intercambio de población entre los países de la región está enraizado en la historia social y económica de América Latina", recuerda Roberto Kozak.
La crisis reduce la migración a EE UU
Llegan menos y envían menos dinero. La crisis económica ha disminuido el flujo de inmigrantes latinoamericanos hacia Estados Unidos. En 2006, más de un millón cruzaron la frontera de forma ilegal. En 2008, sólo llegaron unos 636.000, poco más de la mitad, según un estudio del Pew Hispanic Center. Las previsiones para 2009 indican que este año no rebasarán el medio millón.
La recesión ha sido más efectiva para detener el ingreso de inmigrantes ilegales que el aumento de la seguridad en la frontera entre México y Estados Unidos. Entre 2006 y 2008, las detenciones en la zona se han reducido un tercio, según cifras de la patrulla fronteriza de EE UU.
El freno económico también ha afectado al envío de remesas, que tendrán una caída estimada de al menos un 6%, de acuerdo con las previsiones del Banco Mundial. Los mexicanos son los más afectados por la crisis: enviarán a su país un 18% menos que el año pasado. Además, un 12,3% de los inmigrantes latinoamericanos están en el paro, una cifra tres puntos superior a la media estadounidense.
El panorama desalentador, sin embargo, no ha convencido a los inmigrantes para que vuelvan a casa. La cifra de ciudadanos que han regresado se ha mantenido estable desde hace tres años. El Gobierno de México, de donde provienen la amplia mayoría de los inmigrantes latinoamericanos que llegan a Estados Unidos -un 66%-, calcula que en 2008, unos 430.000 mexicanos volvieron a su país. La cifra incluso es menor a las registradas en los dos años anteriores. "El incremento en la vigilancia policial ha hecho que sea más peligroso y caro entrar a Estados Unidos. Una vez que las personas entran ya no quieren volver", explica Jeffrey Passel, uno de los responsables del informe.
La ley de Protección de Glaciares 26418 se aprobó por unanimidad en Diputados, y en Senadores solo tuvo tres votos en contra. Sin embargo, y a pesar de ser impecable por sus objetivos, rigor y prohibiciones, encontró un inesperado obstáculo. El veto de la ley es producto de una presidente que conoce poco de cuencas hídricas y glaciares, una Secretaría de Minería más interesada en los metales que en el agua, algún gobernador pro minería, Barrick Gold y el oro. Porque ésta es la respuesta trágica. El veto condenó las fábricas de agua de los Andes para que pudiera seguir siendo extraído el metal más teñido de sangre de la historia humana: el oro.
El los Andes funcionan fábricas muy frágiles de agua, dónde interactúan el clima, los hielos y el deshielo y la montaña. La ley, impulsada por Laura Maffei, tuvo en cuenta ésta fragilidad. Su articulado no solo protege los glaciares, que son masas de hielo perenne en movimiento, sino también a los periglaciares y sus suelos congelados (permafrost). Como parte de ecosistemas de montaña más extensos, generan el agua que alimentan cuencas hídricas clave, como el río Jáchal en San Juan. La ley era necesaria porque en pleno calentamiento global, que reduce la masa glaciar y el permafrost, tanto la megaminería como la explotación petrolera aceleran su destrucción. Minas como Pascua Lama de Barrick Gold, extendida sobre ambientes andinos de Chile y Argentina, que apenas operará veinte años, pero dejará huellas ecológicas cuya reparación demandará siglos. Y la provincia de San Juan, mayoritariamente semiárida, perderá un trozo de su fábrica andina de agua.
En el sector chileno de Pascua Lama, la minera Barrick Gold pretendió trasladar los glaciares Toro I, Toro II y Esperanza para explotar el oro ubicado por debajo. Su propuesta era trozar el hielo y llevarlo en camiones hasta el glaciar Guanaco. Desde FUNAM le explicamos a los diputados chilenos que si bien el hielo de un glaciar podía trasladarse, el ecosistema glaciar y la nieve que lo alimentaba no. Al destrozarlo, se perdía un glaciar que funcionaba. Captaron el mensaje, y el gobierno chileno le dijo “no” al traslado.
En la Argentina, las minas de oro ya afectaron ambientes glaciares y periglaciares de San Juan, y la invasión de otras mineras extranjeras anticipa la muerte de más cuencas hídricas. Pero la respuesta del gobierno nacional fue un veto. Le dijeron “no” al agua y “si” al oro.
Fuente: Revista Rumbos 29/03/2009
Por Raúl A. Montenegro. Biólogo, presidente de FUNAM y premio Nobel Alternativo 2004.
Se trata de una anomalía sólo comparable al Periodo de Calentamiento Medieval
Examinaron los sedimentos de los huracanes que cruzaron Norteamérica
Nunca en los últimos 1.000 años se había registrado una frecuencia tan alta de huracanes en el Atlántico como en la actualidad, según las conclusiones de un estudio de la Penn State University de EEUU publicado en la revista "Nature".
Científicos de esta Universidad, dirigidos por el profesor Michael Mann, examinaron los sedimentos de los huracanes que han atravesado la costa de Norteamérica y del Caribe, y constataron que el número actual de huracanes es históricamente alto.
En la última década se ha registrado una media de 17 huracanes y tormentas tropicales, el doble que a principios del siglo XX y una cifra sólo comparable e incluso superada, según el estudio, durante la anomalía climática que se produjo durante el medievo (el Periodo de Calentamiento Medieval) hace aproximadamente 1.000 años.
La investigación no evalúa si existe una relación entre el incremento de los episodios de este fenómeno meteorológico y el cambio climático y se limita a ofrecer los datos empíricos.
Para elaborar la serie histórica los investigadores estudiaron los sedimentos que dejan tierra adentro, especialmente en las lagunas próximas a la costa, los vientos de hasta 300 kilómetros por hora de los huracanes que llegan a impactar en la tierra.
Se analizaron los sedimentos de siete lagunas en la costa de EEUU y de una laguna en Puerto Rico, y se hizo un cálculo aproximado del número de huracanes ocurrido en cada época a partir del numero de ellos que alcanzó la costa (muchos se pierden en el mar).
El equipo del profesor Mann también estudió modelos previos de ordenador sobre generación de huracanes y tuvo en cuenta los principales factores que influyen en la virulencia del fenómeno: la temperatura de la superficie en la franja tropical del océano Atlántico, los ciclos de El Niño y La Niña, que se generan en la costa este del océano Pacífico, y la oscilación del Atlántico Norte.
La investigación sugiere que pese a que la frecuencia e intensidad de los huracanes de hoy y de hace 1.000 años son las mismas, no tienen detrás las mismas causas ni características.
Hace 1.000 años, explicó Mann, un prolongado desarrollo de La Niña (circunstancia que influye en la generación de huracanes) coincidió con una climatología relativamente cálida en el Atlántico, lo que convirtió el fenómeno en algo más azaroso y circunstancial.
En la última década, sin embargo, el alto número de huracanes sólo tiene que ver con un calentamiento del agua del Atlántico, lo que establece una pauta más sencilla y más peligrosa, porque todo apunta a que la temperatura del océano aumente en las próximas décadas.
"Aunque los niveles de actividad son similares, entre hace 1.000 años y ahora, los factores implicados son diferentes", dijo Mann. Y advirtió: "Esto implica que si todo lo demás se mantiene igual, entonces el calentamiento de la zona tropical del Atlántico debería derivar en un creciente aumento de la actividad ciclónica".
Unos cazadores nómadas de hace 13.660 años, que seguramente habitaban en Francia, y cruzaban los Pirineos en busca de pieles, fueron los autores del que ha sido calificado como el primer mapa cartográfico de Europa Occidental.
Estos individuos de la cultura Magdaleniense, se alojaban en la cueva de Abauntz, en Navarra, y desde allí, uno de ellos se entretuvo en grabar en una pequeña piedra de margosa (dura por dentro y blanda por fuera) el panorama que tenía a su alrededor, señalando los cerros, los ríos, los pasos o puentes sobre el agua, las zonas inundables y hasta las áreas en las que se encontraban con más frecuencia los animales que iban a buscar.
El hallazgo y desciframiento de este tesoro cartográfico, que ha sido publicado en la revista 'Journal of Human Evolution', ha sido fruto del tesón del equipo de la arqueóloga Pilar Utrilla, de la Universidad de Zaragoza. Junto a este mapa también se encontraron otras dos piezas de gran valor: una lámpara lítica de sebo, en la que también están grabadas escenas de caza, y otra piedra que representa la cabeza de un caballo y aún no se ha publicado.
"Seguramente eran nómadas que venían al valle del Ebro de caza y que hacían un croquis de todo lo que podía ser de interés para otras visitas o para quienes llegaran detrás de ellos. Como un mapa del tesoro en el que les dejaban señalados los puntos clave", explica la arqueóloga aragonesa.
Como todo mapa del tesoro, descifrarlo ha llevado mucho tiempo. Las piedras, explica Utrilla, aparecieron dentro de la cueva en 1993, durante unas excavaciones en la que llevaba trabajando casi 20 años.
Estaban en un nivel que, gracias a una muestra de carbón, se pudo datar en la última etapa del Magdelaniense, unos 3.000 años más recientes que las pinturas de las cuevas de Altamira. Al principio, lo que más llamó la atención fue que las figuras de los animales que aparecían en ambas estaban en perspectiva, con figuras más precisas en un primer plano y más esquemáticas al fondo.
El bloque 1 (el mapa) estaba junto a lo que fue un antiguo hogar y no lejos había varios buriles de piedra, con los que había sido grabado, por lo que se dedujo que habían sido hechos 'in situ'. Pero la superficie era un auténtico galimatías, y durante mucho tiempo no se supo interpretar. Incluso se publicó el hallazgo como una pieza artística, muy interesante, pero sin un contenido intrínseco especial.
Un día, por casualidad, observando la foto de una parte de la piedra, Utrilla se dio cuenta de cómo se parecía una de las figuras al perfil del Monte San Gregorio, que justamente está enfrente de la cueva. Volvieron al lugar y vieron la luz: allí estaban grabados el río y sus afluentes, el prado inundable, los ciervos, que estaban en zonas llanas, como corresponde, las cabras en las montañas y los caminos, señalados con puntos suspensivos.
Puntos geográficos importantes
Junto a las cabezas de las ciervas se ven unos semicírculos que bien podrían ser señales de la berrea de los machos que oyen las hembras, o indicar que olfatean el peligro. Comprobaron que señales similares se repiten en otras piezas encontradas en el Cántábrico.
Unos puntos circulares más profundos marcaban los lugares del agua, o donde recoger piedras de sílex. Incluso hay el esquema de una figura humana, que fue la última en dibujarse.
De hecho, parte del trabajo ha consistido en determinar las superposiciones de diferentes capas de figuras, para averiguar cómo fue el proceso de elaboración.
"En Europa Oriental existen piezas de hueso que parece que reproducen el paisaje, como es el caso de la encontrada en Moravia [Chequia] en la que se ve un río y sus meandros, pero en Europa Occidental sólo hay algunos casos que podrían ser paisajes, pero están en discusión, como es el bastón de mando encontrado en la cueva de El Pendo, de Cantabria", explica Utrilla.
"Sin duda, este es el ejemplo más claro del intento de hacer un mapa para que sirva de guía a otros cazadores que, como ellos, iban en busca de pieles hasta esta zona", concluye la investigadora, cuyo equipo ha revelado las capacidades cartógráficas de nuestros antepasados.
- ¿Cuando fue la independencia de nuestro país? - “El 25 de Mayo de 1816”- responden firmemente los alumnos en varias evaluaciones. - ¿Cuáles fueron los hechos que llevaron a la Revolución Argentina? Y con total seguridad afirman los chicos en clase - “es a causa de que Fernando VII fue tomado prisionero por Napoleón”- al asociar directamente el término Revolución con los acontecimientos de Mayo de 1810. Ejemplos como esos tenemos miles, tanto de historia como de geografía pero cabe preguntarnos: ¿son alumnos con orejas de burro? ¿Son ellos el problema? ¿Son los docentes los causantes de tantas falencias? Este cuestionamiento no es de hoy. Estos planteos vienen llevándose a cabo desde hace algunos años ya. La implementación de la Ley Federal de Educación en nuestra provincia significó una modificación en la cantidad de espacios curriculares existentes y una disminución de horas cátedras de ciertas materias que en otros momentos eran consideradas imprescindibles dentro de la formación integral del alumno. Espacios como Historia y Geografía redujeron sus horas a la mitad, y las consecuencias se pudieron ver claramente al poco tiempo: las horas de dictado de clases eran mínimas como para que el alumno pudiera asimilar los contenidos, los programas anuales eran muy largos pero no podían concluirse jamás, o si se cumplían era sacrificados la mitad de los temas para poder llegar a fin de año con todos los requisitos acorde lo pide el Ministerio de Educación. ¿Pero la culpa es del alumno, que actualmente está despreocupado ante la enseñanza y dedicación del Profesor? ¿La culpa es del profesor porque no sabe “administrar” el tiempo que le corresponde y hacer una clase magistral? El espíritu de la nueva Ley de Educación Nacional es recuperar nuestra identidad, revalorizar nuestro conocimiento del pasado para que no se produzca ese olvido colectivo que nos convierte en un país sin memoria ante tantos atropellos hacia los Derechos Humanos, intenta que logremos un conocimiento complejo de nuestro espacio para su mejor utilización. Aprovechando este objetivo, creo que es el momento oportuno para replantearnos una recuperación de la carga horaria que se perdiera en las mencionadas materias tras la implementación de la Ley Federal de Educación. Debemos reflexionar acerca del cambio que queremos producir en nuestra enseñanza, o si meramente será un cambio de nombre en la Ley. Luchemos juntos para que nadie pueda decir que nuestros alumnos tienen “orejas de burro”.
La desertificación es un fenómeno complejo relacionado con el deterioro de los ecosistemas por las variaciones climáticas y las actividades humanas, señalan expertos.
Ciudad de México.- La alteración en las lluvias y el calentamiento global hacen que extensas zonas del mundo sean cada vez más áridas, fenómeno que en México es una seria amenaza, pues la mayor parte del país podría desertificarse, alertó experto de la UACH.
Durante el Segundo Coloquio de Geografía Ambiental en la UNAM, Guillermo Ramírez, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), indicó que 98.98 por ciento del territorio nacional es susceptible de desertificarse, y según datos del Instituto Nacional de Ecología (INE) 48.05 por ciento ya está en alto riesgo.
La desertificación es un fenómeno complejo relacionado con el deterioro de los ecosistemas por las variaciones climáticas y las actividades humanas, explicó Ramírez García.
Por desertificación se entiende la conversión de tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, y entre sus causas destacan el cambio climático, provocado por modificaciones en el patrón de lluvias y el aumento de temperaturas.
También se cuentan las malas prácticas como el pastoreo, los monocultivos, la siembra en laderas sin técnicas de conservación y aspectos sociales, como el aumento de la población y la aplicación de políticas inadecuadas.
Indicó que el interés mundial por la desertificación se disparó a partir del gran desastre provocado por una serie de sequías en África entre 1968 y 1973; por esta razón, en 1977 se creó la Conferencia sobre Desertificación de las Naciones Unidas.
Explicó que la geografía ambiental es una línea nueva de las ciencias ambientales, y ha emergido como una disciplina que pretende vincular todos los elementos del medio físico, sobre todo ahora, que se percibe un fuerte impacto en los recursos y su relación con el medio social.
Un geógrafo reconstruye la historia natural de la 'Gran Manzana'Revela cómo era hace 400 años, cuando la habitaban los indios Lenape.
Los castores abrevaban en Times Square. Los osos negros campaban a sus anchas por los altos de Harlem. Y los pumas y los lobos acechaban a los 5.000 indios Lenape que se abrían paso a duras penas en la fronda selvática de Mannahatta, la isla de «muchas colinas».
Así era la Gran Manzana, emparentada en la lejanía con el jardín del Edén, cuando la vislumbró por primera vez Henry Hudson en 1609. Y así la ha reimaginado cuatro siglos después Eric Sanderson, en ese fascinante proyecto que recupera el nombre y el espíritu original de Manhattan, increíblemente reverdecida ante nuestros ojos.
"Como Henry Hudson, vine a Nueva York buscando algo, pero una vez aquí he encontrado algo distinto, algo que no esperaba", confiesa Sanderson, ecologista del paisaje, que ha logrado trazar un puente inaudito entre la jungla de asfalto y el bosque impenetrable de robles y castaños.
Primero fue un libro, 'Mannahatta', un canto ecológico y poético, deudor de Henry David Thoreau y Walt Whitman. La idea se desborda ahora en una de las exposiciones imprescindibles del verano, en el Museo de la Ciudad de Nueva York de la Quinta Avenida y la calle 103. Aunque el prodigio visual llega hasta internet, donde cualquier neoyorquino puede ver cómo era la vida en su manzana hace 400 años con un simple click .
"En Mannahatta había 627 especies diferentes de plantas, 233 variedades de pájaros y una biodiversidad por hectárea superior a la de Yellowstone o Yosemite», asegura Sanderson. «Si hubiera subsistido como tal, la isla sería hoy en día la auténtica joya de los parques naturales».
Los propios indios Lenape, con los incendios controlados y la agricultura incipiente, fueron los primeros en alterar el paisaje con prácticas que hoy se considerarían 'sostenibles'.
El Bajo Manhattan encajó en el siglo XVII la huella de la civilización, encarnada en los pioneros de Nueva Ámsterdam. Los británicos arrasaron gran parte de la isla y la convirtieron en fortín durante la Guerra de la Independencia. Pero el golpe de gracia llegó en 1811, con la rejilla urbana que convirtió la isla en una lacónica sucesión de calles y avenidas.
A golpe de dinamita, se allanaron gran parte de las 500 colinas. Hasta lo que hoy es Central Park pasó por un meticuloso proceso de reducción topográfica. Con el tiempo llegarían los rascacielos, anclados en la roca granítica.
Destrucción de la vida silvestre
"No hemos llegado a matar la naturaleza en Manhattan, pero es cierto que la vida silvestre ha estado mortificada por las decisiones urbanísticas", admite Eric Sanderson. "Se han cegado los cauces naturales, se han rellenado los humedales, se le ha ido ganando terreno al río Nueva York está enclavada en un estuario, en un ecosistema muy delicado y muy expuesto a los efectos del cambio climático".
Sanderson se rebela contra la idea de la jungla de asfalto que enfrenta a la naturaleza contra la creación humana: "Las ciudades no pueden crecer de espaldas a la naturaleza. Los arquitectos y los urbanistas hablan cada vez más de la biomímesis y de cómo debemos construir la ciudades como si fueran econsistemas, imitando a la naturaleza. La gente se está dando cuenta además de que vivir en una ciudad es mucho más eficiente y sostenible desde el punto de vista ecológico". Sin ir más lejos, la huella de CO2 del neoyorquino (7,1 toneladas métricas al año) es tres veces inferior a la del norteamericano medio (24,5 toneladas).
La tierra recuerda, y la diversidad cultural de la isla donde se hablan más de 100 lenguas es de algún modo el reflejo de "la increíble biodiversidad que existía hace cuatro siglos".
Sanderson empieza a ver señales muy claras del espíritu redivivo de la vieja Mannahatta: del Parque High Line inaugurado sobre los raíles elevados de Chelsea a los bosques de Inwood, que han sobrevivido milagrosamente intactos al norte de la isla. "Creo que las semillas están ya plantadas bajo el asfalto", afirma Sanderson, que culmina su libro con una visión utópica de Nueva York en 2409, cuajada de tejados verdes: "Los neoyorquinos amamos tanto esta ciudad que es muy posible construir una versión aún más sostenible de Manhattan".