Cuando se analiza la interacción entre el hombre y el entorno físico, se encuentra que la ocupación del espacio es un proceso que incide determinantemente en configurar las condiciones del ambiente humano. El hombre va en busca de aprovechar los recursos naturales para su bienestar y para ello, los pone en valor de acuerdo a ciertos modos de producción. Pero la base de los recursos naturales, su calidad y disponibilidad, a su vez condicionan el carácter de las actividades económicas que se realizan, contribuyendo a conformar su hábitat.
Cuando la ocupación del espacio se ha realizado en forma espontánea, dentro de la línea de “dejar hacer libremente”, la historia destaca abundantemente las situaciones de anarquía que han generado y la tendencia siempre manifiesta a la explotación irracional de los recursos naturales.
El espacio tienen que analizarse integralmente. No basta ordenar a la ciudad y su región; es el territorio como un todo, incluyendo a la población y sus actividades económicas-sociales, y considerando los recursos naturales, pues son la base de la ordenación territorial.
La búsqueda del desarrollo lleva al hombre por múltiples senderos. Pero si solo se persiguen las riquezas para alcanzar su elevación social, quedara insatisfecho si no logra que su vida tenga por escenario un ambiente propicio, que pueda producirle un bienestar integral y expresarse y moverse libremente, sin perjudicar a la naturaleza. La ordenación del territorio es el camino que conduce a buscar una distribución geográfica de la población y sus actividades, de acuerdo a la integridad y potencialidad de los recursos naturales que conforman el entorno físico, en la persecución de unas mejores condiciones de vida.
La ordenación del territorio es un instrumento para crear un nuevo sistema de valores para que el hombre pueda subsistir como especie, para que desarrolle una ética con respecto a los recursos y a los ecosistemas que los conforman. Es por ello que una política responsable para los naturales de parte de la presente generación consiste en el establecimiento de una sede de reglas, estímulos y medidas, en lo concerniente al uso de dichos recursos, que permitan que la economía de manera eficiente y auto-sostenida garantice permanente un consumo suficiente para toda la sociedad, sin que se dañe el ambiente físico en una forma irreversible, ni se le imponga un riesgo mayor a las generaciones futuras. De estos conceptos se justifica que la ordenación del territorio en el ámbito general de una estrategia deliberada de desarrollo.
De gran importancia es la definición de los fines que deben cumplir las diversas porciones de un espacio físico, pues de ello resultara el proceso de ocupación territorial que habrá de ocurrir durante los próximos años. Este problema tiene un significado singular, ya que todo el espacio no puede ser desarrollado homogéneamente, ni a través de las mismas actividades y su aprovechamiento debe hacerse en función del conocimiento de los distintos ecosistemas: su balance dinámico, las condiciones edáficas de las tierras, el clima, las disponibilidades de agua y su accesibilidad, entre otros factores bióticos y fisiográficos determinantes. Por otra parte, de esta extensión deben sustraerse aquellas áreas cuya ocupación no es posible por estar cubiertas de agua: lagos y lagunas cauces de ríos, por sus condiciones topográficas; por restricciones legales (parques nacionales y reservas de fauna) o aquellas tierras que por su fragilidad ecológica, a la luz de los conocimientos científicos y técnicos actuales, no pueden ser aprovechadas.
Definición, alcance e instrumentos
La ordenación del territorio tiene por objeto ordenar las actividades productivas y sociales sobre el espacio, orientando el proceso de poblamiento en la búsqueda de una mejor calidad de vida y del bienestar del hombre, mediante el aprovechamiento racional de los recursos naturales.
La ordenación territorial tiene un interprete: la población, la cual, a través de sus actividades, incide sobre el entorno físico al ocuparlo para aprovechar los recursos naturales.
La ordenación territorial tiene como escenario la extensión total del país y comprende inclusive los ámbitos urbanos. La organización de un territorio es una adaptación de las funciones económicas y sociales que resultan de su relieve, de su hidrológica, de su suelo, de sus potencialidades energéticas y de lo que la historia ha hecho de él.
La ordenación territorial tiene un objetivo fundamental: el desarrollo del hombre en su concepción más integral, a través del aprovechamiento racional de los recursos naturales. Esto implica su constante superación desde el punto de vista económico y social, en armonía con su entorno.
La ordenación del territorio, es también, un proceso tendiente a alcanzarla imagen objetivo. Puede decirse que la ordenación territorial que comprende entre otras funciones las siguientes:
-lograr la mejor ubicación de las actividades económicas y sociales con relación al aprovechamiento racional de los recursos naturales.
-la desconcentración y descentralización económica en la búsqueda de un desarrollo interregional más armónico.
-la delimitación de los fines y usos de la tierra de acuerdo a su vocación ecológica y la demanda que exista sobre ella. El ordenamiento territorial debe establecer la cronología en que permitirán cambios para usos más intensos, siempre y cuando sean compatibles con sus características intrínsecas y la demanda que se impone sobre ellos esté en armonía con el proceso previsto de ocupación del espacio.
-la localización geográfica del proceso de asentamientos humanos.
-el señalamiento de los espacios sujetos a un régimen especial de protección, conservación o mejoramiento.
-la ocupación del espacio en la zona de interés Geográfico.
-la conservación, defensa y mejoramiento de los recursos naturales renovables.
-la coordinación de todos los organismos del sector publico que intervienen en el proceso de ordenar el territorio.
-la adopción de una imagen-objetivo del país.
-el equipamiento del territorio de manera de habilitarlo para el cumplimiento de los planes de ordenación.
-etc.
El ordenamiento territorial tiene objetivos definidos y esenciales, la ordenación de las actividades económicas, la ordenación de las actividades sociales y la ordenación física. Los instrumentos del ordenamiento territorial son elementos que van unidos al proceso. Los instrumentos para orientar y concretar la ordenación del territorio son: la ley, el plan y la organización institucional.
Fuente: Azpurua, Pedro y Gabandon, Arnoldo "Definición y alcance de la ordenación del territorio. En revista Interamericana de planificación", Volumen 16, n° 62, México 1982