Algunos científicos concluyen que los récords
de calor en verano son por la contaminación y no por causas naturales.
El panorama a futuro es sombrío.
Cada vez
está más claro que el cambio climático ligado a la actividad humana es
responsable de que haya más meses calurosos en el mundo, asegura un
estudio divulgado esta semana.
"Hay de media cinco veces más meses con récords de temperaturas, que no se hubieran registrado si no fuera por el cambio climático", escriben los investigadores del Potsdam Institute for Climate Impact Research (PIK) y la Universidad Complutense de Madrid, en la revista científica Climatic Change.
"En algunas partes de Europa, África y Asia del sur, el número de meses récord se ha multiplicado incluso por diez\', dicen los autores que aseguran que el '80% de estos récords de temperaturas mensuales no se habrían registrado sin la influencia del hombre en el clima".
Los investigadores han desarrollado un modelo estadístico sobre la base de 131 años de datos mensuales de temperatura en más de 12.000 lugares del planeta, proporcionados por la NASA. La frecuencia de los récords ha aumentado mucho en estos últimos 40 años y no puede explicarse por fenómenos naturales como el Niño, dice el estudio.
"Las estadísticas por sí mismas no pueden decir cuál es la causa de una ola de calor, pero muestran un aumento importante y sistemático de muchos récords de calor, imputables al cambio climático", dice Stefan Rahmstorf, coautor del estudio.
"La ciencia es clara: sólo una pequeña parte de estos episodios se deben a causas naturales", advierte.
Otro estudio sostiene que la superficie terrestre que sufrirá olas de calor extremas se doblará en 2020 y se multiplicará por cuatro en 2040
Según explican en este estudio, publicado en la revista "Environmental Research Letters", la superficie del planeta que sufrirá olas de calor extremas en verano como aquellas que azotaron Grecia en 2007, Australia en 2009, Rusia en 2010 o EEUU en 2012, se doblará en el año 2020 y se multiplicará por cuatro para el año 2040.
Predicción hasta 2040
Esta predicción a 30 años, sostienen, se hará realidad con independencia de la cantidad de CO2 que se emita a la atmósfera en los próximos años debido a la gran acumulación de estos gases de efecto invernadero que ya hay en la atmósfera.
No obstante, si se aplican medidas de mitigación eficaces y las emisiones descienden sustancialmente, los efectos positivos empezarían a observarse hacia el año 2040, pues las olas de calor extremo se estabilizarían y dejarían de aumentar. Éste sería el escenario denominado RCP2.6, uno de los dos que presentan los autores, entre los que está también Alexander Robinson, del Departamento de Astrofísica y Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Complutense de Madrid.
El segundo escenario (denominado RCP8.5) contempla que las emisiones de CO2 continúen aumentando al ritmo actual. En ese caso, sostienen, la superficie terrestre que sufriría estas olas de calor extremas se incrementaría un 1% cada año a partir de 2040. Es decir, la mitigación de emisiones contaminantes sí podría reducir el número de olas de calor en la segunda mitad del siglo XXI.
Clasificación de las olas de calor
"Definimos los fenómenos de calor extremo basándonos en la variabilidad que una región ha experimentado en el pasado, año por año. 1-sigma recoge una variabilidad normal. Por lo tanto, 3-sigma indica una desviación tres veces mayor y es un fenómeno muy raro. A mediados del siglo XX prácticamente no se daban pero ahora, debido al calentamiento global, se dan aproximadamente en el 5% de la superficie terrestre", explica el investigador.
Los científicos del clima han clasificado las mencionadas olas de calor de EEUU en 2012 o Australia en 2009 como eventos 3-sigma: "Un buen ejemplo es la ola de calor en Rusia de 2010, que afectó a una amplia zona, desde el Báltico al Mar Caspio. En la región de Moscú la temperatura media durante todo el mes de julio fue 7ºC más alta que lo habitual (unos 25º). En algunas zonas se alcanzaron temperaturas superiores a los 40ºC", afirma el investigador Dim Coumou. "Agosto de 2006 y Julio de 2003 fueron extremadamente cálidos en Europa occidental, sobre todo en Francia. Hubo zonas de España que sufrieron olas de calor 3-sigma", recuerda.
Y es que, según afirman los autores, estos cambios ya son visibles y pueden apreciarse cuando se analizan los registros de temperaturas entre 2000 y 2012. Las intensas olas de calor que se han producido en los últimos años eran prácticamente inexistentes hace unas décadas.
Además, los científicos afirman que se producirán olas de calor mucho más intensas de las que ha habido hasta ahora y que se clasificarán como 5-sigma. Según aclara Coumou, "todavía no se han detectado" pero en el año 2040, vaticinan, afectarán al 3% de la superficie terrestre.
Previsión para 2100
La situación que presentan para finales de siglo si siguen incrementándose las emisiones de CO2 es crítica, pues su modelo climático muestra que para el año 2100 las olas de calor 3-sigma se producirían en el 85% del planeta y las de tipo 5, en el 60%.
"Hay de media cinco veces más meses con récords de temperaturas, que no se hubieran registrado si no fuera por el cambio climático", escriben los investigadores del Potsdam Institute for Climate Impact Research (PIK) y la Universidad Complutense de Madrid, en la revista científica Climatic Change.
"En algunas partes de Europa, África y Asia del sur, el número de meses récord se ha multiplicado incluso por diez\', dicen los autores que aseguran que el '80% de estos récords de temperaturas mensuales no se habrían registrado sin la influencia del hombre en el clima".
Los investigadores han desarrollado un modelo estadístico sobre la base de 131 años de datos mensuales de temperatura en más de 12.000 lugares del planeta, proporcionados por la NASA. La frecuencia de los récords ha aumentado mucho en estos últimos 40 años y no puede explicarse por fenómenos naturales como el Niño, dice el estudio.
"Las estadísticas por sí mismas no pueden decir cuál es la causa de una ola de calor, pero muestran un aumento importante y sistemático de muchos récords de calor, imputables al cambio climático", dice Stefan Rahmstorf, coautor del estudio.
"La ciencia es clara: sólo una pequeña parte de estos episodios se deben a causas naturales", advierte.
Otro estudio sostiene que la superficie terrestre que sufrirá olas de calor extremas se doblará en 2020 y se multiplicará por cuatro en 2040
Según explican en este estudio, publicado en la revista "Environmental Research Letters", la superficie del planeta que sufrirá olas de calor extremas en verano como aquellas que azotaron Grecia en 2007, Australia en 2009, Rusia en 2010 o EEUU en 2012, se doblará en el año 2020 y se multiplicará por cuatro para el año 2040.
Predicción hasta 2040
Esta predicción a 30 años, sostienen, se hará realidad con independencia de la cantidad de CO2 que se emita a la atmósfera en los próximos años debido a la gran acumulación de estos gases de efecto invernadero que ya hay en la atmósfera.
No obstante, si se aplican medidas de mitigación eficaces y las emisiones descienden sustancialmente, los efectos positivos empezarían a observarse hacia el año 2040, pues las olas de calor extremo se estabilizarían y dejarían de aumentar. Éste sería el escenario denominado RCP2.6, uno de los dos que presentan los autores, entre los que está también Alexander Robinson, del Departamento de Astrofísica y Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Complutense de Madrid.
El segundo escenario (denominado RCP8.5) contempla que las emisiones de CO2 continúen aumentando al ritmo actual. En ese caso, sostienen, la superficie terrestre que sufriría estas olas de calor extremas se incrementaría un 1% cada año a partir de 2040. Es decir, la mitigación de emisiones contaminantes sí podría reducir el número de olas de calor en la segunda mitad del siglo XXI.
Clasificación de las olas de calor
"Definimos los fenómenos de calor extremo basándonos en la variabilidad que una región ha experimentado en el pasado, año por año. 1-sigma recoge una variabilidad normal. Por lo tanto, 3-sigma indica una desviación tres veces mayor y es un fenómeno muy raro. A mediados del siglo XX prácticamente no se daban pero ahora, debido al calentamiento global, se dan aproximadamente en el 5% de la superficie terrestre", explica el investigador.
Los científicos del clima han clasificado las mencionadas olas de calor de EEUU en 2012 o Australia en 2009 como eventos 3-sigma: "Un buen ejemplo es la ola de calor en Rusia de 2010, que afectó a una amplia zona, desde el Báltico al Mar Caspio. En la región de Moscú la temperatura media durante todo el mes de julio fue 7ºC más alta que lo habitual (unos 25º). En algunas zonas se alcanzaron temperaturas superiores a los 40ºC", afirma el investigador Dim Coumou. "Agosto de 2006 y Julio de 2003 fueron extremadamente cálidos en Europa occidental, sobre todo en Francia. Hubo zonas de España que sufrieron olas de calor 3-sigma", recuerda.
Y es que, según afirman los autores, estos cambios ya son visibles y pueden apreciarse cuando se analizan los registros de temperaturas entre 2000 y 2012. Las intensas olas de calor que se han producido en los últimos años eran prácticamente inexistentes hace unas décadas.
Además, los científicos afirman que se producirán olas de calor mucho más intensas de las que ha habido hasta ahora y que se clasificarán como 5-sigma. Según aclara Coumou, "todavía no se han detectado" pero en el año 2040, vaticinan, afectarán al 3% de la superficie terrestre.
Previsión para 2100
La situación que presentan para finales de siglo si siguen incrementándose las emisiones de CO2 es crítica, pues su modelo climático muestra que para el año 2100 las olas de calor 3-sigma se producirían en el 85% del planeta y las de tipo 5, en el 60%.
Fuente: DiariodeCuyo.com.ar
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