lunes, 22 de marzo de 2010

¿Que son los terremotos?

Más de un millón de veces por año la corteza de la Tierra se mueve bruscamente (un temblor cada 30 segundos aprox.). La mayor parte de estos movimientos se concentran en las cercanías de los límites de placas tectónicas (Figura 1a). La zona andina de Argentina, relacionada a un margen de placas convergente, es un ejemplo de lo anterior (Figura 1b). Muchos de estos sismos
son prácticamente imperceptibles para la población y otros apenas se sienten como temblores. Sin embargo algunos de ellos alcanzan magnitudes suficientes para destruir cualquier tipo de construcción humana. Los terremotos constituyen los fenómenos naturales más destructivos y son los que ocasionan más pérdidas de vidas humanas.


Figura 1: a) Esquema de las placas tectónicas que integran la corteza terrestre. b) Corte transversal de los diferentes tipos de límites de placas y procesos tectónicos relacionados. La Cordillera de Los Andes correpondería en este esquema a la cadena desarrollada en un margen convergente, relacionado a subducción.

Un terremoto es la liberación repentina de energía acumulada en un sector de la corteza terrestre producido como consecuencia de movimientos en las zonas de fallas de las rocas. Los movimientos del suelo se producen por el desplazamiento de las ondas sísmicas con su lógico impacto sobre las obras de infraestructura y viviendas (Figura 2).
Los terremotos que tienen lugar en el fondo de los océanos pueden formar grandes olas que avanzan por miles de kilómetros hasta llegar a alguna costa en la que producen grandes destrozos y dado lo repentino pueden provocar gran cantidad de muertes. Estas olas conocidas como tsunamis o maremotos pueden viajar a más de 400 Km/h y son más bien pequeñas hasta que llegan a una zona costera. Ahí el agua se ¨apila¨ formando una pared de agua de varias decenas de metros. La ola más grande registrada alcanzó 80 m y fue en Japón.
En la costa atlántica de Argentina es muy poco probable que ocurran este tipo de eventos (por
suerte!).

Figura 2: Esquema de un corte de la corteza con indicación de foco y epicentro de un sismo.

Un gran terremoto hace que la superficie ondule como si fuera un líquido viscoso. Estas ondulaciones del terreno pueden romper los cimientos de la mayor parte de las construcciones. Los científicos que estudian los terremotos se conocen como sismólogos. Los sismólogos analizan las vibraciones u ondas que atraviesan rocas y suelos utilizando aparatos especiales (sismógrafos). Existen dos formas de medir los terremotos. Una es la escala de Richter que mide
directamente la magnitud del terremoto (la energía y aceleración), mientras que la escala de Mercalli Modificada se basa en la observación de los efectos de los terremotos y es una escala cerrada de doce grados (Figura 3). La escala de Richter es una escala abierta es un valor instrumental que mide la energía elástica liberada y propagada por ondas sísmicas en el interior y en la superficie de la tierra, siendo los de magnitud 8 y 9 los mide con sismógrafos y el valor obtenido es independiente de la distancia entre el hipocentro o foco y la estación sismológica. La escala de Mercalli tiene 12 grados de intensidad, siendo el más intenso de XII en la cual la destrucción puede ser total.

Figura 3: Comparación entre escala de Intensidad (Mercalli Modificada) y Magnitud (Richter)

En Argentina, el principal evento, en función del número de víctimas mortales fue el terremoto de San Juan (1944) que tuvo una magnitud de 7,4 (Ver igura 4) y ocasionó más de 10.000 muertos (sobre una población total de 90000 personas). Además de este, se registran numerosos sismos de gran magnitud y que han generado numerosos daños en el país, entre ellos
se destaca el terremoto de Mendoza de 1861 con una magnitud de 7, que destruyó la vieja ciudad y es el terremoto porcentualmente más destructivo de nuestra historia, ya que generó 6000 muertes sobre una población total de 18000 habitantes. El sismo de mayor magnitud registrado en Argentina ocurrió al noroeste de la provincia de San Juan en el año 1894, alcanzó una magnitud de 8 en la escala de Richter y generó grandes daños en varias provincias. El terremoto de Caucete, San Juan, de 1977 con una magnitud de 7.4 generó también grandes daños y numerosas víctimas.

El sismo más grande registrado en la historia es el Terremoto de Valdivia, Chile, en 1960 que alcanzó una magnitud de 9.5 y produjo daños enormes e incluso se sintió fuertemente en la zona de Bariloche. El segundo sismo más grande se dio en Alaska, en 1964 y alcanzó una magnitud de 9.2. El reciente sismo de Chile (Concepción) alcanzó un valor de 8,8. Los sismos de magnitud 5, suelen ser los mas frecuentes en la región andina argentina y si bien son claramente percibidos por la población no suelen causar daños significativos ni pérdidas de vidas. Al efecto destructor de un sismo se suma su acción como elemento disparador de fenómenos de remoción en masa (aludes, desprendimientos, caídas de rocas y movimientos de terrenos en zona de pendientes montañosas (Figura 5). En general se utiliza en término temblor para los sismos pequeños o medianos, mientras que el término terremoto se reserva para los más fuertes, sin embargo usar terremoto como sinónimo de sismo es correcto, independientemente si es fuerte o no. Una vez producido un terremoto mayor pueden producirse durante varios días sismos asociados, generalmente de menor magnitud, que se conocen como réplicas.

Predecir temporalmente los terremotos es prácticamente imposible, por lo que la prevención se encamina en la construcción de estructuras que soporten movimientos del terreno. Estas construcciones llamadas sismorresistentes son obligatorias en algunas provincias de nuestro país donde los terremotos de gran magnitud son más probables, como por ejemplo en San Juan y Mendoza. En el mapa se observa una zonificación sísmica realizada por el INPRES (Figura 6).
Dado que los terremotos no se pueden evitar y es muy difícil predecir, la prevención es la herramienta más importante para disminuir los daños potenciales. Además del desarrollo de técnicas constructivas sismorresistentes y de la aplicación de códigos de edificación en zonas sísmicas; la elaboración de planes de emergencia y la difusión de información a la población, son medidas simples y que minimizan las pérdidas de vidas.

Figura 4: Daños generados por el terremoto de San Juan, 1944

Figura 5: Terremoto 2004 en Catamarca


Figura 6: Mapa de Zonificación sísmica de la Argentina

Fuente:
Gacetilla elaborada por:
Dirección de Geología Ambiental y Aplicada
IGRM (Instituto de Geología y Recursos Minerales
SEGEMAR (Servicio Geológico-Minero Argentino)
Elaborado sobre la base de materiales realizados por el INPRES (Instituto Nacional
de Prevención Sísmica), Defensa Civil, Defensa Civil de México, Cruz Roja de México,
USGS (Servicio Geológico de EEUU), FEMA
Para mayor información consulte páginas web de estos y otros organismos
relacionados.
Para contacto:
fernap@minproduccion.gov.ar
olapid@minplan.gov.ar
++54 11 4349 3125/3176
Este material puede reproducirse libremente citando la fuente

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