sábado, 24 de octubre de 2009

Detectan un error en el método para calcular reducciones de CO2

Un error de cálculo en los tratados sobre cambio climático podría conducir a una mayor deforestación en todo el mundo. La voz de alerta la ha dado un grupo internacional de científicos a través de una serie de estudios difundidos este jueves por la revista 'Science'.

De no corregirse, este error en el método utilizado para calcular las emisiones podría minar los esfuerzos para reducir los gases invernadero y alentar la deforestación, según los científicos.

Básicamente, el fallo consiste en que no se ha determinado con precisión la cantidad del dióxido de carbono liberado en la atmósfera como resultado de la producción de bíocombustibles de acuerdo a su origen.

Según los investigadores y expertos agrícolas, el problema es importante de cara a las discusiones sobre cambio climático y el uso de biocombustibles que se realizarán en diciembre en la Cumbre de Copenhague (Dinamarca).

La quema de bioenergía y de energía fósil libera cantidades comparables de dióxido de carbono en la atmósfera. Sin embargo, la bioenergía puede reducir las emisiones si la biomasa es resultado de un mayor cultivo de plantas específicamente para ese uso.

Esto se debe a que las plantas cultivadas para la bioenergía absorben dióxido de carbono de la atmósfera y esto neutraliza las emisiones de una eventual quema de biomasas para destinarla a energía.

Por otra parte, la quema de bosques libera carbono en la atmósfera de la misma forma que los combustibles fósiles. Por estas razones, las consecuencias del uso de bioenergía en lo que se refiere a los gases invernadero tienen una gran variación según cual sea el origen de la biomasa.

Un error que puede solventarse

Por desgracia, según Daniel Kammen, profesor de energía y recursos de la Universidad de California, las normas de contabilidad del Protocolo de Kioto, el Sistema de Emisiones de la Unión Europea y un proyecto aprobado por la Cámara de Representantes de EEUU no consideran el dióxido de carbono emitido por la bioenergía, según el origen de la biomasa.

De acuerdo con los científicos, esto hace que de forma legal la bioenergía de cualquier fuente, incluso la generada por la eliminación de los bosques del mundo, sea una manera barata, pero falsa, de reducir las emisiones de gases invernadero de las empresas petroleras, las plantas de energía y las industrias.

"El error es grave, pero se puede resolver sin problemas", manifestó Timothy Searchinger, científico de la Escuela Woodrow Wilson, de la Universidad de Princetonn. "Al aproximarnos a las negociaciones más importantes sobre el clima en la historia, es vital que se evalúen adecuadamente las tecnologías, como las de los bíocombustibles", indicó.

Según Jerry Melillo, científico del Laboratorio Biológico Marino, las grandes emisiones de gases invernadero resultantes del uso indirecto de la tierra tienen consecuencias no previstas en los programas de biocombustibles: "Esas consecuencias se suman al problema del cambio climático en vez de ayudar a resolverlo", afirmó.

El uso directo de la tierra se refiere a las extensiones dedicadas exclusivamente a la producción de bioenergía. El indirecto ocurre cuando la producción de bíocombustibles se realiza en tierras donde se han desplazado otras actividades agrícolas.


Fuente: ElMundo.es

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