miércoles, 16 de noviembre de 2016

¿Por qué hay cada vez más contaminación?

Un niño con mascarilla monta en bici en medio de una espesa neblina en Nueva Delhi/EFE
Es una consecuencia de alcanzar una cierta riqueza y una forma muy mal entendida de considerase algo rico.  Si se consigue suficiente dinero como para comprar un coche se quiere utilizarlo y se rechaza cualquier limitación a su uso. Esto ocurre en Madrid, en Delhi y en Shanghai y Beijing. El coche es un símbolo de prestigio y camiones y camionetas, herramientas de trabajo.  Lo que emita el coche, es indiferente para la mayoría de la población.

En lugares fríos es necesaria la calefacción, sobre todo si los edificios están mal diseñados y peor construidos.

Transporte y calefacción se consiguen, hoy, quemando compuestos de carbono, o carbono contaminado con compuestos no combustibles.

Los motores diésel utilizan un producto del destilado del petróleo que contiene partículas sólidas que no se queman y que salen a la atmósfera con los gases de la combustión.  Y la combustión a alta temperatura, sea el que sea el combustible, combina el nitrógeno del aire con el oxígeno formando óxidos de nitrógeno.  

El resultado de utilizar la combustión de carbono para obtener energía es, indefectiblemente, la emisión al aire de micro-partículas y gases nocivos.

Si a esto añadimos una consecuencia de esa quema, que es el cambio climático y una de sus consecuencias, el aumento de los días sin lluvia en muchas zonas del planeta, tenemos una combinación ''mortal'' (en sus dos sentidos, figurativo y literal).

En Madrid y otras ciudades españolas no se usa ya en carbón para la calefacción, pero aún se utiliza el gasóleo. Se emiten toneladas de micro y nano-partículas que se mantienen días y semanas en la atmósfera y van penetrando los pulmones de las personas de donde ya no vuelven a salir, cegando los bronquiolos y dificultando cada vez más su respiración, la absorción de oxígeno necesaria para la vida. En las ciudades chinas si se utiliza el carbón para la calefacción. El carbón, además de emitir micro-partículas, emite óxidos de azufre, precursores del ácido sulfúrico.

El problema, como tantos de la economía y la sociología, es no lineal, contiene realimentación positiva. En ciudades contaminadas como Madrid, ¿cómo se va a utilizar la bicicleta que exige aumentar la frecuencia respiratoria, inhalando aún mas porquería que si las personas se desplazan en coche?

Las soluciones propuestas por unas autoridades casi siempre ignorantes y con visiones del mundo bastante antiguas pasan generalmente por fastidiar al usuario y emplear la coacción. Se insiste en el uso del transporte colectivo, y en las prohibiciones de circulación e incluso de la calefacción en ciertas condiciones.

Y sin embargo... , sin embargo hay soluciones a la contaminación química, como a la que genera el cambio climático, y estas soluciones respetan la voluntad de las personas y aumentan su comodidad.

Las personas se quieren mover, y quieren hacerlo libremente, sin coacciones. Las personas tienen derecho a vivir en casas razonablemente calientes en invierno, razonablemente frescas en verano.

Un coche particular tiene la inmensa ventaja de que está razonablemente cerca de donde uno vive cuando se coge para moverse, de donde uno trabaja.  Y es un coche propio que cada persona puede arreglar y disponer a voluntad.  Los transportes colectivos exigen desplazamientos desagradables y viajes apelmazados de maneras compulsivas.

Hoy ya se puede proporcionar a los ciudadanos triciclos (los triciclos son esencialmente estables al revés que las bicicletas. Los pueden utilizar las personas mayores y todas aquellas que no hayan montado nunca en una bici, sin problemas). Puesto que los triciclos son muy ligeros, su consumo eléctrico es muy reducido, de forma que pueden recargarse con suma facilidad mientras no están moviéndose. Las calles de las ciudades pueden llenarse, literalmente, de triciclos eléctricos, que esperan a los clientes no solo en las ''almendras'' centrales de las ciudades, sino en todas las zonas de las mismas incluyendo las zonas residenciales que las rodean. Los triciclos pueden ser de muy diversos tipos: monopersonales, para muchas personas y cargas muy diversas. Si su oferta es atractiva, es decir, un servicio cómodo, agradable y más barato que el coche particular, las personas lo elegirán sin compulsiones.

Para desplazamiento fuera de las ciudades se puede conseguir lo mismo con transportes colectivos tan cómodos, rápidos y baratos que se prefieran frente al vehículo particular.

La clave está en algo tan de primer curso de los estudios de económicas que parece mentira que sea tan difícil de comprender. Se trata de que la oferta de transporte no contaminante sea competitiva para las personas: Cómoda, rápida, barata y sin compulsiones totalitarias.

Exactamente lo mismo se puede conseguir respecto a las calefacciones de los edificios. En primer lugar, se puede reducir substancialmente la necesidad de calefacción aislando adecuadamente los edificios, y esto tanto en los nuevos como en los antiguos. Es éstos se pueden poner paneles de pladur con fibras de vidrio o lana de roca en las paredes exteriores. Se reduce unos centímetros cúbicos el volumen de las habitaciones. Las ventanas se pueden sustituir todas por acristalamientos dobles. Hacer ésto reduce a un cuarto la energía necesaria para calefacción e incluso para refrigeración, y es barato y rápido y no exige ''obra'', o con una ''obra'' mínima.

Lo que tras el acondicionamiento térmico se necesita aún, se debe suministrar mediante calefacción eléctrica y refrigeración solar.

Transporte y necesidades térmicas pueden conseguirse de manera totalmente limpia con electricidad.  Y ésta, mediante técnicas solares: Fotovoltaica, solar térmica y eólica.

La excusa de los malos administradores sociales es que hacer todo eso ''cuesta mucho''.

¿Qué es el ''coste''?

Es preciso  estimar los intercambios de riqueza de una manera global.  Los españoles (y los indios y los chinos, por ejemplo)  derivan cantidades ingentes de riqueza hacia los países productores de hidrocarburos que realmente no la devuelven. Si se recoge toda la energía que un país utiliza a partir de sol y de su consecuencia, el viento, no se extrae riqueza del país, se la mantiene dentro.  Si no se disipa riqueza calentando el aire (es decir, con edificios bien aislados) toda la riqueza disipada queda dentro del país.

Si las personas están sanas, se reduce la disipación de riqueza que significa la enfermedad.

Si se organizan los transportes de una manera racional, se ahorra más de dos tercios de la disipación de riqueza que supone la disipación de energía.

Y hacer todo esto implica, durante décadas, trabajo intenso para cambiar de paradigma de funcionamiento social. Pleno empleo, realmente.

¿Por qué no se hace?

En primer lugar, por ignorancia. Y derivado de esa ignorancia la pereza de los que controlan los recursos, en este caso la energía, para buscar formas nuevas de funcionar.

Es como todos aquellos que aprendieron algo en su juventud y sólo quieren conocer aquello que aprendieron entonces, y se niegan a seguir aprendiendo, a aprender todos los días y a cambiar las formas de funcionamiento con cada cosa nueva que aprenden.

Hoy vemos a muchos islamistas que rechazan el mundo moderno y quieren estados medievales. Hemos visto a la mitad de los ingleses rechazar la realidad y querer refugiarse en la tribu anglo-sajona-normanda. Estamos viendo en los EEUU el miedo de muchas personas a una evolución hacia nuevas formas de vida, y un refugiarse en la tribu revieja. Rechazo a los extraños, a la tecnología, a la vida real, refugio en las armas para matar a todo el que no vista, hable, piense de la misma manera que cada tribu concreta.

Se puede eliminar la contaminación, como se puede frenar lo que queda de cambio climático y muchos de los estúpidos conflictos humanos. La solución es abrirse, sin miedo, al conocimiento y a la realidad, dejando de lado las imágenes falsas y los miedos castradores.

Podemos hacerlo.

¿Queremos?

Fuente: ElMundo.es
El por qué de las cosas.
Antonio Ruiz de Elvira
Catedrático de Fí­sica Aplicada en la Universidad de Alcalá de Henares. Su investigación se centra en la Fí­sica del Clima y de la Atmósfera de la Tierra. Es autor de "Quemando el futuro: clima y cambio climático" (ed. Nivola).

sábado, 29 de octubre de 2016

¿Por qué llueve... y por qué deja de llover?

La lluvia es vapor de agua que condensa en la atmósfera y cae al suelo a lo largo de un espacio considerable. El vapor condensado en superficie es lo que llamamos niebla.

En la atmósfera hay siempre vapor de agua, pero este no condensa hasta que el aire se satura. La saturación depende de la temperatura.  A 100ºC se necesitan casi 0.6 gramos por litro de aire para la condensación, mientras que a 0ºC  basta con casi nada, menos de una centésima de gramo para esa condensación. Por eso, en una mañana fría de invierno en un cuarto de baño con la calefacción sin poner, los espejos se llenan de gotitas de agua, mientras que esto no ocurre en verano,  o con los radiadores encendidos en invierno.

En verano, cuando el aire está mucho más lleno de vapor de agua que en invierno, pues lo emiten el suelo caliente, los ríos, embalses y sobre todo las plantas,  no llueve, pues el aire esta tan caliente que se necesitan más décimas de gramo por litro de lo que hay en la atmósfera. Solo cuando se produce una invasión de aire polar arrastrado por el ''chorro'' atmosférico el aire frío produce la condensación brusca y genera lluvias torrenciales.

De hecho, en verano, la máxima cantidad de vapor de agua en la atmósfera se sitúa sobre el Sahara, donde no llueve.

Llega el otoño, y empieza la secuencia de meandros del chorro polar que inyecta aire frío a la atmósfera encima de España,  Con el vapor de agua existente en la atmósfera y el aire frío, condensa el agua y empieza a llover.  Este mecanismo dura mientras hay agua en el suelo y ésta se evapora por el calor que aún retiene el mismo y la transpiración de los árboles que aún no han perdido las hojas.

El agua precipitada va enfriando el suelo, que evapora cada vez menos agua, y los árboles, con el frío, van perdiendo las hojas, con lo que transpiran cada vez menos.

A lo largo del otoño, y luego en el invierno, hay ya poco vapor de agua sobre la Península (al menos en su interior). Pero el Atlántico conserva el calor del verano, y evapora agua de manera constante. Cuando el chorro polar ha descendido hacia el sur en su oscilación anual, sus meandros implican arrastre de aire, ahora no polar, sino subtropical, del sudoeste hacia el noreste, con vapor de agua que entra en una península sobre la que el aire está frío: Al ascender el aire húmedo y caliente del Atlántico sobre una Península fría condensa y llueve.

Las lluvias, en la Península Ibérica (al menos al sur de la Cordillera Cantábrica) son una consecuencia del movimiento del chorro polar.

Éste, como ya saben los lectores habituales del blog, es una corriente poderosa de aire que circula en la parte alta de la atmósfera, generada por la diferencia de temperaturas entre el ecuador y el Polo Norte y por la aceleración de Coriolis, ésta última consecuencia del giro del planeta de Oeste a Este.

El chorro es un río de aire que circula entre el aire mas en calma como los ríos lo hacen entre los suelos de las montañas y llanuras.

Cuando la pendiente de las montañas es fuerte, la corriente es intensa y los ríos se mueven casi en línea recta. Cuando llega a las llanuras, la corriente se debilita y los ríos hacen meandros tanto mayores cuanto menor es la pendiente que recorren.

El chorro polar era intenso en invierno y verano hace décadas, pero ahora se ha debilitado, al calentarse el Polo norte y disminuir la diferencia de temperaturas entre el Polo y el Ecuador.

Los meandros actuales son intensos, y la posición media del chorro se ha desplazado hacia el norte. Eso implica que los veranos en nuestras latitudes (Portugal, España, sur de Italia, Grecia, ..., ) son cada vez más secos, es decir, que las temporadas sin lluvias se alargan poco a poco con el paso de los años, mientras que aumentan la invasiones repentinas de aire frío en altura en verano, que causan tormentas intensas y tornados.

Los meandros del chorro polar circulan alrededor del planeta girando de Oeste a Este, con escalas de tiempo de entre 7 y 10 días. Mientras, en invierno,  llueve cuando el meandro del chorro arrastra aire húmedo desde el Atlántico central en dirección noreste, entrando por el valle del Guadalquivir y propagándose hacia el centro de la Península, acumulándose la lluvia en las laderas de los montes españoles que dan al oeste  y dejando casi en seco el sotavento de esas cordilleras.

En la figura vemos las zonas de lluvia (manchas de color morado/rojo) que se mueven desde Cadiz y Huelva por el valle del Guadalquivir hacia la Serranía de Cuenca y hacia la Sierra del Segura, y cómo no hay lluvia a sotavento de estas sierras.

Hemos detectado que los meandros del chorro han disminuido en número entre Octubre y Abril, de forma que las lluvias de Noviembre son ahora más escasas y las de Abril se están desplazando hacia Marzo. 

Eso quiere decir menos meses húmedos y más meses secos, en España.

Aunque esta semana se ha premiado a la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático, y al Acuerdo de París, con uno de los premios Princesa de Asturias, y aunque ese acuerdo debe entrar en vigor el próximo 4 de Noviembre, no se detecta el más mínimo esfuerzo, ni en España, ni en el mundo, para limitar las emisiones de gases contaminantes hacia la atmósfera de nuestro planeta.

La racionalidad de tratar de frenar el cambio climático choca con la irracionalidad subyacente en el cerebro.

Sabemos por qué llueve, y sabemos que poco a poco España se va a ir secando.  Hemos visto que son los gramos de vapor de agua en cada litro de aire lo que genera la lluvia. Algunos de esos gramos los proporcionan los árboles.

En las montañas costeras del Mediterráneo se han deforestado sistemáticamente sus laderas: Por intereses comerciales, por desidia. Se han permitido los incendios forestales al no mantener totalmente limpio el sotobosque. Como ha explicado siempre el buen meteorólogo Millán Millán, las masas de aire con vapor de agua que entran desde el Mediterráneo ascienden por las laderas de las cadenas costeras, y precisan unas centésimas de gramo de vapor añadido a cada litro de aire mediante la evapotranspiración de los árboles para saturar en los ambientes cálidos y templados de las costas: Sin árboles no las reciben y vuelven al mar sin descargar lluvia.

Los bosques generan lluvia y los desiertos se auto-mantienen secos y extienden su sequía.

Los lectores de este blog saben que la naturaleza es no lineal, con retroalimentaciones positivas. Si destruimos los bosques aumentamos la falta de lluvia que hace aún más difícil que los pocos que vayan quedando sobrevivan.

Los desiertos, crecientes en extensión, almeriense y murciano, son consecuencia de la deforestación masiva de esas regiones españolas.

Ante lo que le estamos haciendo al planeta debemos, por nuestro propio bien, no ya por el de nuestros hijos, cambiar muchas de nuestras pautas de vida. Las consecuencias de seguir haciendo lo que hacemos están claras como la luz del día: En economía (crisis estructural indefinida), en sociología (envejecimiento sin paliativos), en el hogar en el que vivimos (un cambio climático que no se frena).

Necesitamos cambiar como lo necesitaba la sociedad francesa en 1879. Podemos cambiar de manera suave.

O mediante cataclismos.

Nosotros decidimos.

¡Delenda est pollutio!


Fuente: ElMundo.es
El por qué de las cosas
Antonio Ruiz de Elvira
Catedrático de Fí­sica Aplicada en la Universidad de Alcalá de Henares. Su investigación se centra en la Fí­sica del Clima y de la Atmósfera de la Tierra. Es autor de "Quemando el futuro: clima y cambio climático" (ed. Nivola).


El límite de temperatura aprobado por el Acuerdo de París no es seguro para los ecosistemas mediterráneos.

El objetivo de 2ºC de incremento no es seguro para los ecosistemas de la región.
El cambio climático podría haber apretado ya el gatillo que convertirá en las próximas décadas los ecosistemas del Mediterráneo en algo totalmente diferente a lo que conocemos. Según una investigación recién publicada en la revista Science, por encima de 1,5ºC de aumento de la temperatura global -marcado en el Acuerdo de París como el límite ideal de incremento para final de siglo al que habría que tender, aunque el límite oficial sean los 2ºC de incremento- los ecosistemas de la región mediterránea sufrirían cambios nunca vistos durante el Holoceno, es decir, en los últimos 10.000 años.A medida que aumenta la temperatura en prácticamente todo el planeta a consecuencia del cambio climático causado por el hombre, algunas regiones están padeciendo este incremento de temperaturas más que otros. En la actualidad, la región mediterránea está 1,3ºC por encima de la era preindustrial, es decir, que la media del periodo 1880-1920, mientras que el aumento a escala global es de 0,85ºC. Según los autores, dado que el Mediterráneo es uno de los espacios más ricos del mundo para la biodiversidad y que provee de servicios ambientales como agua, protección contra inundaciones o almacenamiento de carbono a millones de personas, este incremento de temperatura es crucial.Los investigadores Joel Guiot y Wolfgang Cramer, pertenecientes al Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) -el equivalente al CSIC español-, utilizaron el polen antiguo depositado en testigos de hielo y en sedimentos para obtener un dibujo lo más aproximado posible a la realidad de la vegetación y de los cambio sufridos en el Mediterráneo durante los últimos 10.000 años. Los autores aplicaron estos datos como base de comparación en modelos que permiten estimar el clima futuro y la vegetación que habría en función de los diferentes escenarios de temperaturas que maneja el IPCC, el panel científico de Naciones Unidas."La ventaja de este trabajo es que esta reconstrucción del Holoceno sirve como marco de referencia que permite ver a dónde vamos y si hemos sufrido cambios similares en el pasado cercano", explica a este diario José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla La Mancha. "Y lo que vemos es que por encima de 1,5 grados centígrados de aumento de temperatura global empiezan a aparecer los problemas", asegura.Tanto en el escenario más desfavorable -que contempla que no se hiciera absolutamente nada para frenar el cambio climático- como en el que se daría en el caso de que todos los países cumplan los compromisos de mitigación que han firmado a día de hoy y que contempla hasta la fecha el Acuerdo de París, los cambios en los ecosistemas del área mediterránea excederían en gran medida cualquier cambio sufrido en los últimos milenios. El trabajo refleja que, en el caso más desfavorable (y también muy poco probable) de business as usual, es decir, en el que no se toman medidas de mitigación, todo el sur de España se transformaría en un desierto, los bosques caducifolios invadirían los ambientes montañosos de altura y los matorrales reemplazarían a los actuales bosques de hoja caduca."Como el planeta se calienta de distinta forma según las regiones el calentamiento no es homogéneo. En el Mediterráneo nos calentamos más que en otros territorios", explica Moreno. "Pero lo que refleja el trabajo es un horizonte de cambio gradual, no ocurrirá de un día para otro. Lo que ocurrirá es que las especies vegetales sufrirán la presión de una temperatura que les dice que están en un sitio equivocado. Pero aunque el cambio se dispare en las próximas décadas, el cambio no se sabe cuándo se producirá, probablemente en un futuro más lejano", dice el experto español.El único escenario que mantendría la vegetación dentro de los ambientes conocidos durante los últimos 10 milenios es el que limita el incremento de temperatura global por debajo de 1,5ºC de aumento, y la mayor parte de los expertos coinciden en que ese escenario es prácticamente imposible alcanzarlo ya, a no ser que se apliquen técnicas de captura de carbono a gran escala.En un artículo que acompaña a la investigación firmado por la secretaria general de Naciones Unidas para la Convención Marco del Cambio Climático, Patricia Espinosa, la mandataria señala que aunque París fue un hito, la Cumbre del Clima de Marrakech que se celebrará en noviembre será igual de importante porque los países "tienen ahora que negociar los detalles". "Conseguir los objetivos marcados por el Acuerdo de París no es algo que pueda darse por hecho. Tendrá que ser un esfuerzo de varias décadas para revertir dos siglos de desarrollo mundial que ha sido basado en los combustibles fósiles", asegura Espinosa en su artículo.
Fuente: ElMundo.es

Los puntos clave del acuerdo en la Cumbre del Clima de París.

























 El acuerdo global alcanzado en la Cumbre del Clima, bautizado ya como el Acuerdo de París, supone un paso de gigante para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. La propuesta ha sido aceptada en el plenario por todas y cada una de las 196 partes presentes en las conversaciones. ¿Es un acuerdo ambicioso o se trata de un tratado descafeinado más? "Es una propuesta equilibrada y lo más ambiciosa que ha sido posible teniendo en cuenta la dificultad de satisfacer los puntos polémicos para cada delegación", asegura Teresa Ribera, directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) de París.Por supuesto que se han perdido matices y aspectos que le daban robustez al acuerdo, pero, en líneas generales, el texto contiene todos los elementos necesarios para abordar de una forma ambiciosa y revisable en el futuro la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El texto aprobado supone un marco legal en el que moverse y da una señal clara a la comunidad internacional y a los mercados sobre el mundo que viene en los próximos años.Activa de forma clara el proceso de reducción de emisiones con una primera valoración de dónde estamos en 2019 y una primera revisión en 2020 atendiendo a "la mejor ciencia disponible"; pone en marcha instrumentos de financiación necesarios para el "desarrollo sostenible" del planeta y pondrá el esfuerzo en "erradicar la pobreza". Bajando a lo concreto, el texto hace referencia al fondo climático de 100.000 millones de dólares que los países desarrollados movilizarán a partir del año 2020 y detalla que éste deberá ser revisado al alza antes de 2025.Pero también contiene aspectos que hacen el acuerdo más débil de lo que parecía en los anteriores borradores. Por ejemplo, la referencia a las aportaciones voluntarias de los países emergentes al fondo climático o la necesidad de alcanzar el pico de emisiones de cada país "lo antes posible". Además, el documento no habla ya de "neutralidad de carbono", como en el último borrador, y mucho menos de "descarbonización de la economía", una fuerte reivindicación de los grupos ecologistas y partidos verdes a la que se han opuesto frontalmente los países productores de petróleo, liderados por Arabia Saudí.Estos puntos, entre otros, han sido interpretados por científicos y ONGs como un movimiento hacia la inconsistencia, ya que el texto marca un objetivo claro de retener el aumento de la temperatura global "bien por debajo de los 2ºC" y de realizar esfuerzos globales para tratar de acercar dicho aumento a 1.5ºC, pero no marca en modo alguno la senda para lograrlo."De cerrarse el acuerdo, el compromiso sellado en París supone un histórico punto de inflexión que sienta las bases del cambio de rumbo hacia las energías 100% limpias que el mundo quiere, y el planeta necesita", aseguraba Emma Ruby-Sachs, directora ejecutiva en funciones de Avaaz, al conocer el borrador que finalmente ha sido aprobado. Para el director de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, este acuerdo "pone a la industria de los combustibles fósiles en el lado negativo de la historia"."Cuando vinimos a París, el objetivo de limitar el aumento de temperatura a 2ºC ni siquiera estaba en el texto y hoy estamos hablando de que cita una voluntad de trabajar para avanzar hacia un límite de 1,5ºC para 2100", ha asegurado en rueda de prensa celebrada en la cumbre la ministra de Medio Ambiente española, Isabel García Tejerina.Para el sector empresarial, también es un buen acuerdo. "Para las empresas el texto es muy positivo porque da una señal muy clara a la inversión a largo plazo con un objetivo muy ambicioso de 2° y incluso bajando a 1,5°", aseguran fuenes del Consejo Mundial de los Negocios para el Desarrollo Sostenible, que aúna a más de 150 empresas multinacionales.

Fuente: ElMundo.es

martes, 11 de octubre de 2016

¿Por qué son tan destructivos los huracanes?

Un hombre intenta cruzar un río desbordado por el huracán Matthew en Grand Goave (Haití). EFE
Y los tifones, y los tornados.

Los tres fenómenos son esencialmente lo mismo, siendo los tifones los huracanes del mar de la China, y los tornados, pequeños (espacialmente) huracanes que tienen lugar en tierra.

Los tres son columnas de vapor de agua que ascienden en la atmósfera,  desde una superficie (del mar o de la llanura) caliente hacia zonas altas de la atmósfera y  los tres son autoalimentados mientras haya agua en la superficie o cerca de ella, en el caso de los tornados.

El mecanismo es sencillo para huracanes y tifones: El agua del mar esta muy caliente a finales del verano y durante el otoño en las zonas tropicales, mientras que al ir retirándose el sol hacia el sur, entra aire frío en las capas medias y altas de la  atmósfera.

El vapor de agua sube en la atmósfera con el aire recalentado de la superficie. Al subir el vapor se enfría (porque hay menos presión) y al enfriarse se condensa en gotitas de agua, que son las nubes que vemos.

Al condensar desprende mucho calor, 2 kJ por gramo de vapor. Este calor mantiene el aire ascendiendo y debido al giro de la Tierra sobre su eje, girando en el sentido contrario al de las agujas del reloj. Alrededor del centro del huracán, el aire sube en una pared que señala una región central de aire en calma.

Los vórtices en la atmósfera no pueden llegar al centro, es imposible por las mismas leyes de la física. Pero los vientos a nivel del mar o del suelo si se acercan hacia ese centro con intensidades muy elevadas.

Pongan una lámina de agua en un plato, y con una pajita, absorban el agua de un punto con toda la fuerza posible. Al hacer esto mueven el líquido y disminuyen la presión en la parte baja de la pajita. El agua del resto del plato se apresura a acercarse a la misma con alta velocidad.

Cuanto más sube la columna de aire con vapor y agua, mayor es la diferencia de presiones entre la parte de fuera del huracán y su centro.

El huracán Matthew que ha destrozado, de nuevo, como otros muchos huracanes, Haiti, y ha causado daños de consideración en Florida, ha tenido una presión en su interior de 940 hPa.  La presión atmosférica normal es de 1013 hPa.

Imaginen un coche o una  vivienda cerrados con aire a la presión atmosférica normal. Por encima pasa el ojo del huracán con 940 hPa. La diferencia son 73 hPa. Un Pa (pascal) se define como un newton de fuerza por metro cuadrado.

Los seres humanos tenemos, en nuestros brazos o piernas, una fuerza de 700 Newtons.

73 hPa son 7300 Pascales o 7300 newtons por metro cuadrado.  7300 newtons es la fuerza para levantar a diez personas.  Normalmente esa fuerza es capaz de romper los vidrios de los coches.

Si el tejado de una casa tiene una superficie de 70 metros cuadrados, la fuerza de la diferencia de presiones es de 7300 x 70 =511.000 newtons: Una fuerza que levanta una masa de 50 toneladas.

Lo aconsejable, aunque entre agua, es dejar aberturas en las paredes de las casas (ventanas entornadas, persianas con rendijas), para que se equiparen las presiones dentro y fuera de los edificios, y lo mismo con las ventanas de los vehículos: Dejar rendijas abiertas.

En cuanto al viento: Un viento de 200 km/h equivale a 55,5 metros por segundo.

La presión de un viento así, al chocar con una pared, o una vela se puede calcular multiplicando la densidad del aire, 1.2 kilos por metro cúbico por el cuadrado de la velocidad: unos 18 hPa, que sobre un metro cuadrado nos dan 1800 Newtons: Dos veces y media la fuerza de una persona.

En los huracanes llueve. Llueve mucho, pero tambien llueve mucho en otras incidencias meteorológicas. Sin no hay vías de desagüe, si las casas están en las laderas o en las vaguadas, si no están algo elevadas como defensa contra inundaciones, ese agua, mucha agua, se lleva por delante vidas y posesiones.

La energía acumulada dentro de un huracán no es inmensamente alta, por unidad volumen. Pero el huracán tiene un gran volumen. La energía térmica de un huracán puede calcularse de varias formas. Si tenemos en cuenta la masa de vapor de agua que se convierte en agua líquida y  los 2000 Joules que se liberan en esta conversión, la energía de un huracán equivale a unos 52 millones de billones (españoles) de Joules al día, o 600 billones de watios, o 0.6 billones de kilowatios, 200 veces la potencia eléctrica humana.

Si se calcula como energía disipada por los vientos, las cantidades son 1.500 millones de kilowatios, la mitad de la potencia eléctrica de los seres humanos.

Estas cantidades inmensas de energía tienen un rendimiento termodinámico muy bajo:  La cantidad de energía térmica es 400 veces mayor que la de los vientos.

Los daños de los huracanes se deben, como en otros muchos casos, a las fuerzas de la naturaleza, pero también, y esto es muy importante,  al descuido de los seres humanos: Los edificios del sureste americano no están diseñados para soportar esas fuerzas que son grandes, pero no inmensamente grandes. Unos buenos edificios hechos en hormigón, o en madera tratada de forma moderna, resisten los huracanes.

El gran desastre del huracán Katrina se debió mucho más a la malísima calidad de los diques que drenan el delta del Mississippi y a la baja calidad de los edificios, que a las propias fuerzas de presiones y vientos del fenómeno, exactamente igual que los desastres de los terremotos se deben a unos edificios e infraestructuras que no están preparados para resistir esas fuerzas.

De la misma manera que no se aplica el principio de precaución respecto del cambio climático, no se aplica ese principio a las zonas de riesgo de huracanes, y en otro orden de cosas, de tornados en Oeste Medio de los EEUU.

De la misma manera que, como escribía hace un par de semanas, los ingenieros de caminos no diseñan las carreteras con arcenes muy amplios por donde puedan acudir policía y grúas en los casos de accidentes, las normas de construcción en las zonas de huracanes en los EEUU, México y Centroamérica, o en las Filipinas y las costas de China, o respecto a los terremotos, en las fallas geológicas de California y de toda la costa pacífica americana, son inmensamente defectuosas.

Es siempre mejor prevenir que tratar de curar (los muertos, por ejemplo, no tienen cura). Como con el cambio climático, o la acústica, la inversión productiva para prevenir los riesgos es porcentualmente muy baja.

Sin embargo, el ser humano, como los políticos españoles, prefiere tumbarse a la bartola y pensar que ''Ya se arreglará''.

No se arregla nunca, pero .... así somos: Vivimos dentro de un mundo de sueños con tal de no hacer un 10% de esfuerzo más del que hacemos, un esfuerzo adicional que nos devuelve una ganancia del 100% (dos veces) del esfuerzo normal.

¿Aprenderemos?

Fuente: ElMUndo.es
El Por qué de la cosas
Antonio Ruiz de Elvira

Catedrático de Fí­sica Aplicada en la Universidad de Alcalá de Henares. Su investigación se centra en la Fí­sica del Clima y de la Atmósfera de la Tierra. Es autor de "Quemando el futuro: clima y cambio climático" (ed. Nivola).

El Porqué de las Cosas es un proyecto divulgativo impulsado con la colaboración de Obra Social 'la Caixa'.   

lunes, 25 de julio de 2016

Un año en la Tierra visto a 1,6 millones de kilómetros de distancia.

En menos de tres minutos resume la evolución del lado iluminado de la Tierra a lo largo de todo un año, desde agosto de 2015. Pero lo más sorprendente del nuevo vídeo de la NASA es que se ha grabado a 1,6 millones de kilómetros de distancia, en una región del espacio conocida como Lagrange 1 donde la gravedad de la Tierra y el Sol ejercen fuerzas similares. El metraje es una rápida sucesión de 3.000 imágenes -un time lapse- tomadas por la cámara EPIC del satélite DSCOVR.
Desde su punto de vista, EPIC es testigo de la salida del Sol por el oeste y el ocaso por el este, al menos, 13 veces cada día. Tampoco pierde detalle de laniebla que aparece sobre la superficie terrestre y que se debe a la dispersión de la luz por parte de las moléculas de la atmósfera; el mismo fenómeno que hace que el cielo sea azul durante el día y rojo al atardecer. Durante ese año, además, ha captado la sombra de la Luna durante el eclipse solar del pasado marzo.
Con este tipo de herramientas, la NASA pretende estudiar los niveles de ozono y aerosoles presentes en la atmósfera, además de la altura y cambios en la cubierta de nubes que ayuda al balance térmico, la vegetación y cómo se refleja la radiación ultravioleta. EPIC viaja a bordo del satélite DSCOVR, que se lanzó en febrero de 2015. DSCOVR es una asociación de la NASA, la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA) y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Su objetivo es hacer un seguimiento del viento solar, aspecto de vital importancia para asegurar la precisión y la anticipación de las alertas y los pronósticos del tiempo espacial de la NOAA.
Fuente: ElMundo.es
Video: Info Set (Youtube)

viernes, 1 de julio de 2016

La capa de ozono empieza a recuperarse.

El agujero antártico se ha reducido en 4 millones de kilómetros cuadrados desde su máximo del año 2000

Han pasado tres décadas de incertidumbre desde que casi todos los países del mundo firmaron el protocolo de Montreal para prohibir los gases que destruyen el ozono atmosférico, y en octubre pasado hubo un susto cuando el agujero de ozono antártico batió un récord de inesperada gravedad. Pero las cosas han empezado a enderezarse. Los científicos han obtenido pruebas, por primera vez, de que la capa de ozono se está recuperando. Desde 2000, cuando alcanzó su máximo histórico (25 millones de kilómetros cuadrados), el agujero antártico se ha reducido en 4 millones de kilómetros cuadrados, más o menos la superficie de la Unión Europea (sin el Reino Unido).

Los investigadores también presentan evidencias de que la causa principal de la recuperación ha sido el protocolo de Montreal, es decir, la prohibición de los compuestos orgánicos clorados (clorofluorocarbonos, CFC) que se usaban en la limpieza en seco, la refrigeración y los aerosoles como desodorantes y lacas. La sustitución de estos compuestos por otros igual de eficaces pero inocuos para la atmósfera ha resultado, por tanto, de importancia capital.
También hay fenómenos naturales que dañan el ozono, como la temperatura en las capas altas de la atmósfera y, sobre todo, las erupciones volcánicas. Esto ha complicado mucho las mediciones hasta ahora. De hecho, el agujero de ozono récord que se registró en octubre pasado se debió, piensan ahora los científicos, a la erupción del volcán Calbuco, en el sur de Chile. Los volcanes no emiten CFC, pero sí una gran cantidad de pequeñas partículas que ascienden a la atmósfera y favorecen las reacciones que destruyen el ozono.

Susan Solomon, una geóloga del MIT (Massachusetts Institute of Technology, en Boston) que fue una pionera de la investigación sobre la destrucción del ozono hace 30 años, presenta los resultados en Science junto a colegas del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, en Boulder, y la Universidad de Leeds, en Reino Unido. El trabajo combina observaciones por globos y satélites con avanzados modelos matemáticos.

Solomon se muestra exultante. “Ahora podemos confiar en que las cosas que hemos hecho han puesto al planeta en el camino de la curación”, dice. “Eso dice bastante de nosotros, ¿no? ¿No somos asombrosos los humanos, que creamos una situación tras la que decidimos colectivamente, como mundo, que íbamos a eliminar esas moléculas? Las eliminamos, y ahora estamos viendo que el planeta responde”.
La pérdida de ozono tiene unos efectos directos sobre la salud, porque ese gas es, en las capas altas de la atmósfera, la protección natural más importante contra la radiación ultravioleta de la luz solar, que causa cáncer de piel, cataratas y daños en el sistema inmune. Naciones Unidas estima que el protocolo de Montreal evitará dos millones de casos de cáncer de piel desde su entrada en vigor hasta 2030. La pérdida de ozono afecta a todas las latitudes, pero es más grave en los polos, y sobre todo en la Antártida, que es donde se mide la magnitud del agujero.

El agujero de ozono se descubrió en los años cincuenta, y su gravedad se confirmó en los ochenta. Las mediciones se han tomado desde entonces en los meses de octubre, cuando la primavera austral genera las condiciones óptimas para la destrucción del ozono en las capas altas. Solomon y sus colegas muestran ahora las ventajas de medirlo en septiembre, poco después de que la Antártida empiece a salir del oscuro invierno austral. La luz es necesaria para las reacciones que dañan el ozono.

Fuente: ElPais.com

martes, 28 de junio de 2016

Así será el primer pueblo ‘autoabastecido’

Holanda prepara ReGen Villages, la primera ciudad capaz de crear energía limpia y autoabastecerse para compensar el cambio climático.

Un invernadero transformado en una residencia habitable capaz de producir alimentos y energía. O en otras palabras, la ciencia aplicada a la arquitectura de la vida cotidiana. Esta es la tarjeta de presentación del primer pueblo diseñado para reducir el impacto ambiental de las actividades humanas, en especial las basuras. Para autoabastecerse y gestionar el suministro de agua, en torno a una aldea de nuevo cuño que empezará a construirse este verano en la localidad holandesa de Almere, a 25 minutos de Ámsterdam. Diseñado por el estudio danés de arquitectura Effekt, el programa piloto de ReGen Villages contempla una primera entrega de 25 viviendas para 2017. Presididas por cristaleras rebosantes de los vegetales cultivados dentro, las fincas son casi una metáfora de la ansiada armonía con el entorno. Sobre todo teniendo en cuenta, que en el año 2050, la población mundial superará los 10.000 millones de habitantes.
Regen significa "regeneración", y tanto la maqueta del proyecto como su versión animada en vídeo brindan la imagen de una luminosa ciudad en miniatura. A partir de 250.000 euros, y con una capacidad media para tres o cuatro personas (de 300 a 400 personas para un total de 100 hogares) las casas parecen transparentes por la profusión de cristal. Dentro, los cultivos en vertical de los invernaderos conviven con huertos, unidades de acuicultura y paneles solares.

Con las torres de almacenaje de agua, granjas de animales, zonas de recreo y un aparcamiento para vehículos eléctricos. También hay un centro vecinal de reuniones, además de “espacios sociales”. Según los cálculos de Effekt, “una familia de tres personas necesitaría un área total de 639 metros cuadrados para valerse por sí misma. Una casa de tipo medio tiene 120 metros cuadrados, y a ello se añade un invernadero (40 m2); la acuicultura correspondiente (300 m2); un huerto de temporada (100 m2); la parte proporcional de la granja (25 m2); de los paneles solares (34 m2) y del agua acumulada (20 m2).

No se trata, de todos modos, de una ingenua vuelta a la naturaleza. Al contrario, aprovechando la tecnología actual y brindando el confort de la vida moderna, la comunidad en preparación pretende ser autosuficiente. Así lo ideó James Ehrlich, fundador de ReGen Villages, investigador de la universidad estadounidense de Stanford, y experto en aplicar tecnología y biodiversidad a la producción de alimentos.
Según sus datos, un 40% de la superficie del planeta se usa para producir nutrientes. Dicha actividad contribuye a la liberación de CO2 (parte del culpable de los gases de efecto invernadero), la deforestación y el consumo indiscriminado de agua potable. Entretanto, tiramos el 30% de la comida, mientras una de cada siete personas pasa hambre.

“Aunque esperamos ubicar a las primeras familias, incluida la mía, en la primavera de 2017, la producción de alimento y el manejo de los desechos llevará algo más de tiempo. La idea original fue construir en Dinamarca, pero el Gobierno tenía una idea algo menos ecológica del proyecto. Entonces nos llamó el ayuntamiento de Almere, y vimos que Holanda es el lugar adecuado para el estreno mundial de ReGen Villages. Aquí fundaremos nuestra compañía como una entidad de la UE”, asegura Ehrlich.

Las maderas empleadas proceden de bosques sostenibles de Escandinavia. Al resto de los materiales se incorporará la tecnología más avanzada para aprovechar al máximo la energía durante el día, y a lo largo de las estaciones. El bucle cerrado de abastecimiento propuesto permitirá que los desechos orgánicos de sus habitantes se transformen en biogás, y en alimento para los animales.
A su vez, los excrementos del ganado serán utilizados como estiércol para fertilizar los cultivos. Cualquier residuo susceptible de ser convertido en abono (compost) alimentará luego a moscas soldado, sustento adecuado para los peces de los viveros. Las heces de éstos tampoco se perderán: sirven para fertilizar el sistema de acuicultura destinado a producir frutas y verduras. El agua de lluvia, por fin, será canalizada para el regadío. En Effekt lo resumen en cinco pilares: “hogares con energía positiva; alimentos cercanos y de cultivo sostenible; producción y almacenaje de electricidad; reciclado de agua y basuras, y autogestión de los grupos locales”.

De tener éxito, la mezcla de agricultura permanente (permacultura), de cultivo en un entorno aéreo sin hacer uso del suelo y pulverizando las raíces con una solución acuosa (aeroponía), y el uso de semillas orgánicas de alto rendimiento, será probada luego en Suecia, Noruega, Dinamarca y Alemania.

Durante la presentación del proyecto, Ehrlich, ha señalado que espera “redefinir el concepto de zona residencial con este ciclo de cultivo orgánico y reciclado de basuras; no se puede seguir creciendo, y urbanizando, como lo hemos hecho hasta ahora”. Por eso piensa ya en zonas superpobladas y de climas duros para seguir expandiéndose. India, y África subsahariana encabezan la lista.

Fuente: ElPais.com

Pekín se hunde 11 centímetros al año por el bombeo excesivo de sus aguas subterráneas

Perjudica al distrito financiero de Chaoyang, que crece desde 1990
Ciudad de México ya se hundía ocho centímetros a final del siglo XX

La ciudad de Pekín, capital política y cultural de China que en los últimos años ha experimentado un extraordinario periodo de transformación y modernización similar al de otras grandes ciudades del país, es un gigante con los pies de barro. De acuerdo con un reciente informe, el bombeo excesivo de las aguas subterráneas que recorren su subsuelo está provocando el colapso de la ciudad, de tal manera que ciertas áreas -particularmente el distrito financiero- se están hundiendo hasta 11 centímetros al año.Son las conclusiones a las que llegó el estudio publicado en la revista científica Remote Sensing, que está basado en la utilización del sistema InSar, un tipo de radar que controla los cambios de altura del suelo y sirve para monitorizar entre otras cosas posibles desastres naturales como terremotos o deslizamientos de tierra. En su elaboración participó un equipo de siete científicos, incluido el español Roberto Tomás de la Universidad de Alicante, y se advierte de que un hundimiento continuado de la superficie supone una seria amenaza para la seguridad de esta ciudad de más de 20 millones de habitantes."Estamos llevando a cabo un análisis detallado sobre los impactos del hundimiento en las infraestructuras críticas (por ejemplo, trenes de alta velocidad) en la superficie de Pekín", declararon tres de ellos -Chen Mi, Li Xiaojuan y el español Tomás- al diario The Guardian. "Esperamos que a final de año se publique un documento que resuma nuestros hallazgos", añadieron.Crecimiento urbano vertiginosoPekín se asienta sobre una planicie seca donde el agua subterránea se ha ido acumulando durante milenios. Conforme se excavan pozos y el nivel freático disminuye, la tierra subyacente se comprime como si fuera una esponja seca. Pese a que el estudio demuestra que este fenómeno afecta a toda la ciudad, señala que perjudica de manera más pronunciada al distrito financiero de Chaoyang, que desde 1990 no ha cesado de crecer con la construcción de nuevos rascacielos, circunvalaciones y otras edificaciones.Además, se cree que hay decenas de miles de pozos de agua dentro de la ciudad y en sus alrededores, muchos de los cuales se emplean en labores de agricultura y jardinería. Aunque la administración pública tiene poder regulatorio sobre estas instalaciones, se considera que las autoridades no son consistentes en la aplicación de las normativas. "Hay ciertas reglas, pero su aplicación es dudosa", declaró al mismo diario británico Ma Jun, director del Instituto de Asuntos Públicos y Medioambientales de Pekín. Para él, no es sorprendente que el hundimiento afecte principalmente a Chaoyang, debido al vertiginoso crecimiento experimentado en las décadas recientes, y cree que el fenómeno se extenderá hacia el este de la ciudad dado que la urbe se está desarrollando en esa dirección.

La sed de Pekín

El hundimiento de Pekín fue documentado por primera vez en 1935. Desde entonces, numerosos estudios han relacionado el colapso de las tierras con el incremento en el bombeo de las aguas subterráneas, que según Greenpeace proporcionan dos tercios del suministro de agua corriente en una región que sufre una escasez acuciante del preciado líquido.
Con el fin de mitigar la crisis hídrica que padece Pekín, en 2015 se inauguró un megaproyecto de ingeniería destinado a calmar la sed de la capital. En esa fecha, se concluyó la construcción del gran canal de transferencia de agua sur-norte, una red de 2.400 kilómetros de canales y túneles diseñado para desvíar casi 4.500 millones de metros cúbicos de agua con destino a los grifos de los pequineses.
Por ahora, los expertos aseguran que es demasiado pronto para saber si este trasvase servirá para recargar los acuíferos de la zona y ralentizar el hundimiento de la ciudad. Mientras esperan tener más datos, otros estudios han emitido recomendaciones para minimizar posibles impactos negativos, como el que en 2015 aconsejaba que para evitar descarrilamientos se prohibiera la construcción de pozos de agua cerca de las líneas ferroviarias de alta velocidadya finalizadas.
Pekín no se encuentra sola ante este problema, y alrededor de todo el mundo, otras grandes ciudades experimentan situaciones similares causadas por el excesivo bombeo de agua u otros factores. El caso más llamativo es el de Ciudad de México, cuyo nivel desciende a unos 28 centímetros por año, mientras que en Asia, Yakarta presenta registros similares a los de Pekín. Otras urbes de la zona afectadas por este fenómeno son Manila, Ho Chi Min y Bangkok, que baja 12 centímetros al año según el último estudio publicado.
Fuente: ElMundo.es

domingo, 12 de junio de 2016

Una solución al cambio climático: convertir CO2 en roca bajo tierra.

El cambio climático supone uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la Humanidad. Prueba de ello es el éxito del llamado Acuerdo de París para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2ºC, que ha sido firmado por 195 países de todo el mundo. Pero a ningún experto se le escapa que para alcanzar ese objetivo no sólo es necesario reducir la cantidad de CO2 que la actividad humana emite a la atmósfera, también es preciso capturar ese dióxido de carbono antes de que llegue agravar el problema. La captura de carbono se debe convertir en uno de los principales aliados de la mitigación del cambio climático en las próximas décadas.El éxito del almacenamiento geológico de CO2 depende de la seguridad a largo plazo de su emplazamiento y de la aceptación pública, además de los factores económicos y la regulación política. Hasta ahora, los almacenes geológicos en pozos de combustibles fósiles abandonados que tuvieran una capa salina por encima que impidiese la fuga del gas se consideraba la mejor opción, pero minimizar la fuga del dióxido de carbono por debajo del 0,1% que se considera aceptable por los expertos aún supone un reto tecnológico.Ahora, un grupo de científicos e ingenieros ha demostrado por primera vez, trabajando en la mayor planta geotérmica del mundo en Islandia, que el dióxido de carbono emitido en la generación de electricidad puede inyectarse bajo tierra y reaccionar con los minerales volcánicos del subsuelo hasta convertirse en roca en pocos meses. La investigación ha demostrado la viabilidad de una vieja idea, pero los resultados obtenidos por los científicos de Reino Unido, EEUU e Islandia, principalmente, demuestran que es posible hacerlo en un tiempo radicalmente inferior a lo que se estimaba. Las conclusiones del estudio, recién publicado en la revista Science, indican que más del 95% del CO2 inyectado en el subsuelo junto a la planta geotérmica de generación eléctrica de Hellisheidi -situada a 25 kilómetros de la capital islandesa, Reikiavik- se mineralizó convirtiéndose en carbonatos en menos de dos años. Este hallazgo puede, según los autores, ayudar a erradicar los temores que se ciernen en torno a la captura de carbono: que el gas podría escaparse y volver a la atmósfera después de un gran esfuerzo financiero o incluso que podría llegar a explotar. En principio, la técnica utilizada en la planta geotérmica permite generar toda la electricidad que consume Reikiavik y parte de la usada en la industria cercana de forma limpia, sin emisiones de gases de efecto invernadero gracias al uso del calor procedente de la actividad volcánica islandesa. Pero el proceso no es del todo limpio. Junto con el agua a altas temperaturas utilizada procedente del subsuelo profundo ascienden también gases volcánicos como el dióxido de carbono o el ácido sulfídrico que le da el característico olor a los géiseres. Los científicos, a través del proyecto CarbFix, comenzaron en 2012 a mezclar los gases con el agua que manaba de las fuentes termales y a volver a inyectarlo bajo tierra. En la naturaleza cuando el basalto -una roca volcánica muy abundante en todo el planeta- entra en contacto con el dióxido de carbono y el agua se producen una serie de reacciones químicas que hacen que el carbono precipite en forma de mineral blanquecino. El caso es que nadie sabía cómo de rápido se producía ese proceso, aunque los expertos calculaban que podría llevar cientos e incluso miles de años."Nuestros resultados indican que entre el 95 y el 98% del CO2 inyectado se mineralizó a lo largo de un periodo de menos de dos años", asegura el autor principal de la investigación, Juerg Matter, de la Universidad de Southampton (Reino Unido). "Almacenar el CO2 como minerales de carbono mejora significativamente la seguridad de la captura, o que podría mejorar la aceptación pública del secuestro y almacenamiento de carbono como una tecnología útil para la mitigación del cambio climático", explica Matter en un comunicado.La pregunta que se abre es si podría convertirse en una técnica aplicable a gran escala. "Con los resultados publicados no se puede saber", asegura a este diario Roberto Martínez Orio, director adjunto de Investigación en Recursos Geológicos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y líder del Grupo de trabajo de Almacenamiento de CO2 de la Plataforma Tecnológica Española del CO2, quien no ha participado en el trabajo. Según este experto, es difícil de calcular debido a que se trata de reacciones químicas dependientes de las concentraciones de iones y cationes y de la superficie de contacto entre la roca, entre otras muchas reacciones y procesos, algo que no aclara el estudio. "Lo que demuestran es que en unas circunstancias concretas la cinética de las reacciones puede ser muy favorable, que es un paso importante, pero aún hay que avanzar para demostrar su aplicabilidad a escala industrial", opina Martínez Orio.

Fuente: ElMundo.es

jueves, 9 de junio de 2016

El ser humano ha acabado con todos los paisajes vírgenes de la Tierra.

Los paisajes 'vírgenes' simplemente no existen en ninguna parte del mundo en la actualidad y, en muchos casos, no han existido durante al menos varios miles de años. Una revisión exhaustiva -publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences- de datos arqueológicos de los últimos 30 años ofrece detalles de cómo se han formado los paisajes del mundo por la actividad humana repetida durante muchos miles de años. El trabajo revela un patrón de influencia humana significativa, a largo plazo, sobre la distribución de las especies a través de todos los continentes y las islas ocupadas de la tierra. El documento, realizado por la doctora Nicole Boivin, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, y el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Alemania, con investigadores del Reino Unido, Estados Unidos y Australia, sugiere que la evidencia arqueológica ha estado ausente de los debates actuales sobre las prioridades de conservación. Decir que las sociedades anteriores a la Revolución Industrial tuvieron poco efecto sobre el medio ambiente o la diversidad de especies es errónea, sostiene el documento. Se basa en el uso de nuevas bases de datos de ADN antiguo, isótopos estables y microfósiles, así como la aplicación de nuevos métodos estadísticos y computacionales. Esto demuestra que muchas especies vivas de plantas, árboles y animales que viven hoy en día son los que se vieron favorecidos por nuestros antepasados y que las extinciones a gran escala comenzaron hace miles de años debido a la caza excesiva o el cambio del uso de la tierra por los seres humanos. El documento concluye que a la luz de esta y otras evidencias del cambio antropogénico a largo plazo, tenemos que ser más pragmáticos en nuestros esfuerzos de conservación en lugar de procurar que estados "naturales" imposibles.Grandes cambios El documento identifica cuatro fases principales en las que los seres humanos dieron forma al mundo que les rodea con amplios efectos sobre los ecosistemas naturales: la expansión global humana durante el Pleistoceno tardío; la propagación de la agricultura neolítica; la era de los seres humanos colonizadores de islas; y la aparición temprana de las sociedades urbanizadas y el comercio. El trabajo basa en la evidencia fósil que muestra que el 'Homo sapiens' estaba presente en el este de África hace unos 195.000 años y que nuestra especie se había dispersado a todos los rincones de Eurasia, Australia y las Américas de hace 12.000 años. Este aumento de la población humana mundial está vinculado con una variedad de extinción de especies, con la reducción en alrededor de dos tercios de las 150 especies de 'megafauna' o grandes bestias entre hace 50.000 y 10.000 años entre las desapariciones más significativas, según el documento, con efectos dramáticos sobre la estructura del ecosistema y la dispersión de semillas. La segunda fase, el advenimiento de la agricultura en todo el mundo, puso nuevas presiones evolutivas en las plantas y los animales que tuvieron una duración sin precedentes y efectos sobre la distribución de las especies, según el informe. Los datos muestran que la domesticación de ovejas, cabras y vacas se produjo inicialmente en Oriente Próximo hace 10.500 años y llegó a Europa, África y Asia del Sur pasados unos pocos milenios. Los pollos, domesticados originalmente en el Este de Asia, llegaron a Gran Bretaña en la segunda mitad del último milenio y ahora superan en número a las personas en más de tres a uno a nivel mundial, dice el documento. También destaca que las investigaciones muestran que la domesticación de los perros que ocurrió antes de la aparición de las sociedades agrícolas, con alrededor de entre 700 millones y mil millones de perros en el mundo actualmente. En contraste con los animales domesticados, el porcentaje de vertebrados silvestres que permanecen hoy en día como resultado de estos procesos a largo plazo se describe como "extremadamente pequeño". En tercer lugar, el documento expone los efectos de la colonización humana de las islas. Los investigadores observan que el movimiento resultante de especies fue tan común que los arqueólogos hablan de paisajes transportados. Con los humanos llegaron nuevas especies, el fuego, la deforestación y las amenazas a animales depredadores y aves indígenas. Por último, el documento señala los efectos de la expansión del comercio desde la Edad del Bronce en adelante, con un periodo de intensa agricultura en respuesta a la creciente población humana y mercados emergentes en todo el Viejo Mundo. En Oriente Próximo, el bosque indígena se volvió en cultivo con la introducción de cultivos como los de oliva, uva e higo. Alrededor del 80-85 por ciento de las áreas adecuadas para la agricultura se cultivó en Oriente Próximo hace 3.000 años, según un estudio destacado en el documento. El análisis también muestra que las plantas en los bosques antiguos en Francia estaban fuertemente vinculadas con lo que creció una vez en los sitios romanos y cita una estimación reciente de que al menos 50 nuevos alimentos vegetales --principalmente frutas, hierbas y vegetales-- se introdujeron a los británicos sólo en el periodo romano.

Fuente: ElMundo.es

viernes, 6 de mayo de 2016

Los terremotos destructivos y las grandes fallas de la corteza terrestre.

El terremoto destructivo que afectó el pasado día 16 de abril a Ecuador ha conmovido a la opinión pública, como ocurre cada vez que se produce uno de estos eventos, y ha puesto en evidencia la necesidad de prevenir este tipo de catástrofe natural y de estar preparados para paliar los daños y proteger a la población. Actualmente no es posible predecir, con suficiente grado de certeza cuándo se va a producir un terremoto. Por ello, para controlar el riesgo sísmico se trabaja en abordar la prevención, caracterizando los terremotos esperables en una zona en términos de localización, máximas magnitudes y periodos de recurrencia. Para lograr esos datos es necesario no sólo disponer de los registros instrumentales de los terremotos sino también el conocimiento científico de los factores geológicos de las fuentes de los terremotos.Ecuador es un país sometido a una alta sismicidad porque se encuentra localizado al lado de la zona de contacto entre dos placas de la litosfera, la placa de Sudamérica y una de las placas del Pacífico, la Placa de Nazca. Ambas convergen en esta zona a una tasa de unos 61 milímetros al año, de forma que la segunda se introduce hacia el interior por debajo de la placa de Sudamérica en un fenómeno denominado subducción. El foco de este terremoto se ha situado a 19,2 kilómetros de profundidad, en la superficie de contacto entre ambas placas, que es un plano inclinado unos 16 grados hacia al Este. Se trata por lo tanto de un terremoto interplaca de subducción en el que ha roto un área que alcanza unos 160 kilómetros de longitud.Las zonas de subducción similares a la de Ecuador han producido muchos de los mayores terremotos registrados, como el de Valdivia (Chile), de 1960 y magnitud 9.5; el de Tohoku (Japón), de 2011 y magnitud 9.0, y el de Sumatra, de 2004 y magnitud 9.1. La magnitud del terremoto de Tohoku, que provocó la crisis de la central nuclear de Fukushima, fue mucho mayor que la de terremoto de Ecuador, porque rompió un área de 400 x 200 kilómetros.Pero gran parte de los terremotos superficiales, con el foco a menos de 60 kilómetros de profundidad, se generan por deslizamientos bruscos a lo largo de fallas que rompen la relativamente fría corteza terrestre. El modelo de movimiento en fallas y la generación de terremotos fue desarrollado para explicar el terremoto de San Francisco de 1906. Aquel terremoto, de magnitud 7.9, se produjo al romper a lo largo de más de 432 kilómetros la falla activa de San Andrés, que separa las placas Pacífica y de Norteamérica. La rotura en grandes fallas activas ha producido en las últimas décadas importantes terremotos destructivos: el de Izmit (Turquía), de 1999 y de magnitud 7.4, se produjo por un deslizamiento en la falla de Anatolia; el de Katmandú (Nepal), en 2015, fue debido a una falla situada en la base del Himalaya. Más próximo a nosotros el terremoto de Lorca de 2011, de magnitud 5.1, se produjo en la falla de Alhama de Murcia, causando sorprendentemente importantes daños.Una serie de nuevas especialidades de la geología, como la tectónica activa y la paleosismología, están cambiando nuestra percepción de las relaciones entre fallas y terremotos. Las fallas activas se investigan mediante la excavación de zanjas en las que se observa cómo estas estructuras rompen suelos y sedimentos, se detectan sismos prehistóricos y se calcula su cinemática, los periodos de recurrencia de paleosismos y su magnitud. Nuevas metodologías, como la interferometría de radar, las medidas de las deformaciones del suelo mediante observaciones con GPS, la geomorfología tectónica y la arqueosismología, dan datos muy precisos y valiosos.En nuestro país hay registro de grandes terremotos históricos destructivos y la inmensa mayoría son debidos a fallas activas, salvo alguno de foco profundo. Dada la importancia del cálculo de la peligrosidad sísmica de las fallas activas en la Península Ibérica, han progresado en los últimos quince años los estudios de tectónica activa y de paleosismología, y en varias universidades e instituciones existen grupos de investigación especializados que han aportado, en varios congresos con el título Iberfault, sus conclusiones sobre la paleosismicidad y las fallas activas de la península. Un resultado de estos trabajos ha sido la creación y gestión de una base pública de datos de las fallas ya estudiadas, denominada Base de datos de fallas activas cuaternarias de Iberia (QAFI), que ha sido promovida y que gestiona el Instituto Geológico y Minero de España. Todos estos nuevos conocimientos científicos se están aplicando ya en los estudios de riesgo sísmico en varias comunidades autónomas y en el nuevo Mapa de peligrosidad sísmica realizado en 2012 por el Instituto Geográfico Nacional.

Fuente: Ramón Capote (Catedrático Universidad Complutense de Madrid) - ElMundo.es