lunes, 3 de julio de 2017

¿Por qué hay desiertos en el planeta?

Miren ustedes un mapa de la Tierra en una proyección Möllweide, que es la única que representa correctamente el tamaño de los continentes. Señalen en el mapa los desiertos: el Sáhara continuado por Arabia, el sur de Persia, el Gobi, el sur de California, Sonora en México, en el norte; con el Kalahari, Australia y Atacama en el sur.

¿Cómo es así que los desiertos están todos en una banda que rodea el Globo entre las latitudes de 14ºN/S y 35ºN/S?

El vapor de agua sobre el Sáhara es un máximo en el verano boreal. Pero no llueve. Para que llueva, el aire cargado de vapor de agua debe ascender para que, al bajar la presión con la altura, baje la temperatura y el vapor se condense.

En la Tierra, el aire asciende hacia la tropopausa sobre el ecuador, puesto que éste es esencialmente agua y es la zona del planeta que recibe mayor energía en forma de radiación solar. Hay enormes corrientes de convección que llegan hasta esa tropopausa. Una vez alcanzan ésta no pueden seguir subiendo, la gravedad domina sobre la convección. Si el aire no puede seguir subiendo, debe desplazarse hacia los polos, pues al Este y al Oeste de cada torre convectiva hay otras también subiendo. El único camino que queda es hacia el Norte y hacia el Sur.

Ahora bien, la velocidad horizontal del viento que sube es la correspondiente a su latitud de partida, en este caso el Ecuador, y su sentido el del giro de la Tierra , es decir hacia el Este. Pero cuando el aire ha llegado a, digamos, la latitud 20ºN/S, la superficie de la Tierra por debajo de los  vientos va más lenta que estos mismos: El aire se desplaza hacia el Este respecto a esa superficie. El aire al ir subiendo se enfría, hasta que, en vez de convección, el aire comienza a descender. El vapor de agua que queda en el aire deja de estar saturado a temperaturas cada vez más altas y acaba como aire seco en la superficie.

Ésta es la razón básica para que los desiertos se encuentren casi todos en la misma latitud, con la corrección del Gobi en Asia central debido a la presencia de los Himalayas, y las regiones de América del Norte y del Sur debido a la presencia de las cordilleras costeras de la Sierra Nevada y los Andes.

La extensión de los desiertos varía con la extensión de la capa de hielo en los Polos. En el Carbonífero, hace unos 300 millones de años, esa capa de hielo llegaba a las costas africanas. En aquella época, no había desierto y la banda entre -30S y 30N era muy húmeda y cálida, con una enorme producción vegetal que fue lo que llevo a la generación del petróleo. En esa época, el Sáhara era una región llena de agua y totalmente verde. Esto mismo ocurrió hasta hace unos 6.000 años mientras duró la última glaciación.

Los desiertos actuales están donde están y están desplazándose hacia el norte en el hemisferio boreal debido a la disminución constante de hielo en el Polo Norte, debida ésta al cambio climático de origen humano. Al alejarse el hielo hacia el norte, se alejan las lluvias que sólo descargan de manera puntual y en forma de grandes inundaciones que no mojan el suelo ni recargan los acuíferos. 

El aire que baja sobre los desiertos cuando llega al suelo ha cambiado su dirección horizontal 180º respecto del aire que subía y ahora va hacia el Oeste. Son los vientos alisios o del comercio que soplan desde Canarias hacia el Caribe de forma constante casi todo el año. Estos alisios son los que permitieron el descubrimiento primero y la colonización de América, después, de forma que desde los ingleses a los noruegos tenían que primero bajar a la latitud de las Canarias para coger los vientos que les llevasen hasta América. El viaje de Londres a Boston era vía las Canarias hacia Jamaica y de ahí costeando hasta Nueva York o Boston.

El viaje de vuelta era mucho más fácil. Los barcos se montaban en la corriente del Golfo que sale del Estrecho de Florida entre este estado de los EEUU y la isla de Cuba, y que llega hasta cerca de Coruña y sigue hacia Inglaterra por una rama, y Escocia y Noruega por la otra.

La corriente del Golfo se bifurca al noroeste de Coruña y baja hacia el sur por las costas de Portugal, lo que utilizaban los galeones para llegar a Sevilla y posteriormente a Cádiz sin casi problemas.

Claro, los piratas ingleses y holandeses no tenían que buscar a los galeones por todo el Atlántico. Las vías de ida y retorno eran como las autovías actuales. Los barcos iban todos por el mismo sitio y volvían cargados de plata y algo de oro todos juntos por la misma autopista marina. Era muy fácil encontrarlos. No tanto abordarlos pues se defendían bien. La Escuadra de Galeones sólo dejó de llegar a España dos veces en unos 200 años por los ataques de los piratas. 

El aire que baja sobre los desiertos está muy seco, con humedades relativas del 20% o menores. Esto, y su proximidad al Ecuador los hace especialmente adecuados para instalar en ellos centrales solares con casi 340 días de Sol al año e incidencia casi vertical, sin nubes. El problema es esencialmente político. ¿Cómo garantizar la inversión en una zona del mundo dedicada a la tarea medieval de tratar de ver qué tribu domina sobre otra vía el signo totémico de cada cual, en vez de dedicarse a llegar a ser ricos? Los árabes con sus desiertos y los persas con los suyos pueden conseguir toda la energía que necesiten y la que quieran exportar, sin necesidad de matarse unos a otros por un petróleo que acabará desapareciendo antes de mediados de siglo, y de demostrar cuál de los tótems es el ''mejor''.

Los desiertos, que han sido algo inútil en el planeta, representan hoy una riqueza gigantesca para quien la quiera y pueda aprovechar.

Fuente: ElMundo.es
Antonio Ruiz de Elvira
El Porqué de las Cosas es un proyecto divulgativo impulsado con la colaboración de Obra Social 'la Caixa'. Los lectores curiosos pueden enviar sus preguntas a ciencia@elmundo.es

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