martes, 18 de diciembre de 2012

La venganza de la Geografía.

¿Por qué Europa es rica y Africa pobre? Un razón clave es que la primera reúne condiciones para buenos puertos (tanta línea de costa como mide la circunferencia de la Tierra, mayor ratio costa-masa terrestre que cualquier otro continente o subcontinente) y cuenta con ríos navegables; la otra no. ¿Por qué EEUU se debate siempre entre aislacionismo e intervencionismo? Porque da a dos océanos, que al mismo tiempo que le separan, le dan acceso. Estas y otras ideas son las que desgrana Robert Kaplan en su último libro, ‘The Revenge of Geography’, probablemente la contribución más sugerente de todas las novedades bibliográficas de 2012 sobre política internacional; una obra maestra en geopolítica.
Cuando dimos por llegada la globalización, además de finiquitar la historia, también hubo quien enterró la geografía. ‘La Tierra es plana’ (2005), de Thomas Friedman, fue el título que simbolizó esa interconexión del mundo. Pero los conflictos internacionales continúan haciendo aflorar constantes históricas, muchas basadas en la geografía. Esta se está cobrando la venganza, como sentencia Kaplan. “La geografía es el factor más poderoso en las relaciones exteriores de los estados porque es lo más permanente”, dice. Sin ser dogmático en el valor de los mapas, es lo suficientemente ‘realista’ para comprender que la voluntad humana está condicionada. Defiende una “modesta aceptación del destino, basado en última instancia en los datos geográficos, para contener un excesivo celo en la política exterior. Cuanto más contengamos ese celo, más éxito tendrán nuestras intervenciones”
La globalización, en realidad, da mayor valor al mapa. “La geografía no desaparece, sino que es más crucial”, porque las potencias están más cerca y ya no encuentran espacio para expandirse. En sus milenios de civilización, India y China no han sido particularmente enemigos; hoy el encogimiento del mundo las convierte en disputadas vecinas. Si Europa tiene una larga historia de conflictos en parte es porque diversas potencias estaban amontonadas. El odio EEUU-URSS era frío y abstracto; ahora, con CNN y pantallas de plasma, todo es más próximo y personal. Lo que sigue son algunas de las ‘verdades’ geográficas que comenta Kaplan:
#Alemania no tiene fronteras naturales a este y oeste, no tiene montañas que la protejan. Eso le ha llevado a “patologías”, del militarismo a un pacifismo también extremo. Gran Bretaña, con fronteras claras y resguardadas, pudo desarrollar la democracia. Egipto, circundado de desierto, desarrolló una civilización, sin necesidad de puño de hierro interno.
#La evolución y la innovación históricamente se han comunicado en la misma latitud, no norte-sur.
#La selva del Amazonas hace como el Sahara en Africa: parte América del Sur en dos, con una parte norte volcada al Caribe y sin gran comunicación con los países subamazónicos (quienes tampoco tienen unidad: los Andes marcan otra separación).
#Buenos Aires y Rio de Janeiro están más cerca de Lisboa que de Nueva York.
#Los estados medios y pequeños no pueden absover el mismo grado de castigo que los grandes, por lo que les falta credibilidad en sus amenazas. Eso hace que estados pequeños rodeados de enemigos, deben ser particularmente pasivos o particularmente agresivos -como Israel- para sobrevivir (Morgenthau)
#Rusia se extiende a lo largo de 170 grados de longitud (once husos horarios), casi la mitad del globo. Las potencias terrestres son perennemente inseguras.
#La mayor parte del territorio de Rusia se encuentra en un clima adverso, por encima del paralelo 50 (la frontera Canadá-EEUU está en el 49), sin que su gran litoral del norte le dé acceso a mar abierto.
#China cubre similares latitudes que EEUU: Manchuria=Maine, Pekín=Nueva York, Shangai=Nueva Orléans, sur de China=Florida.
#La “manera agresiva” con la que China está discutiendo la soberanía en el mar es “sorprendente”, porque el poder naval suele ser más benigno que el poder en tierra. Ello se debe a que China aún no ha alcanzado un cierto nivel de autoconfianza.
#En Oriente Medio confluyen Eurasia y Africa, Irán es donde se produce esa universal juntura.
['The Revenge of Geography. What the Map Tells us About Coming Conflicts and the Battle Against Fate', Robert Kaplan. Random House, Nueva York, 2012. 403 páginas]

Fuente: ABC.es

lunes, 17 de diciembre de 2012

Geografía Física y Medio Ambiente.


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“La Geografía tiene entre sus objetivos el estudio de las estructuras espaciales y la organización  del espacio resultante. Debe explicar los elementos y factores que fundamentan el orden interno de dicho espacio. En este sentido la Geografía ambiental,  se ocupa de interpretar y valorar las estructuras que conforman los distintos espacios. Los elementos que los integran, los factores que los animan, las funciones que desempeñan y la evolución histórica que han experimentado y que explican su situación actual”.
En coincidencia con los conceptos vertidos por Capitanelli (Capitanelli, 1998) no se puede hablar de Geografía Física sin antes hacerlo de Geografía en sí; porque nuestra ciencia desde los albores de su concepción se presentó disgregada por una parte en una Geografía General más cuantitativa y física y por otro lado en una Geografía Regional mas descriptiva y humana; todo ello conllevó a un marcado dualismo en la ciencia que perduró por dieciocho siglos. Tal fue la decadencia que en el siglo XVII las ciencias auxiliares de la Geografía estuvieron a punto de disputarle el lugar a la Geografía.
Es con Humboldt y Ritter que la Geografía toma su verdadero carácter de ciencia ya que éstos unieron en una sola la Geografía General y la Geografía Regional. Desde finales del siglo XIX tomó fuerza una nueva corriente en Geografía partiendo con Vidal de la Blache con su Geografía Regional que dio pie a lo que después sería la base para una Geografía Humanista con marcado acento en el hombre y dejando de lado en muchas ocasiones el entorno físico.
En los últimos tiempos la Geografía Física ha sido descuidada por lo geógrafos, que tal vez seducidos por la amplia gama de estudio y teorías  ideológicas, en muchos casos sin un sustrato científico valedero, han olvidado casi por completo el entorno físico que posibilita el desarrollo de las actividades del hombre, por o que sin estos dos elementos no habría Geografía posible.
Algunos geógrafos consideran que la única forma de poder hacer Geografía es aplicando la Teoría General de Sistemas ya que ésta (Capitanelli, 1998) es un nuevo cuerpo de ideas que representa un retorno al uso de principios basados en el racionalismo. Cada parte del sistema es estudiada de acuerdo con su papel dentro del mismo e intenta llegar a decisiones no solo para los elementos individuales, sino para su total ordenamiento a través de pasos organizados y lógicos.
Con ésta teoría se busca una  solución  para la complejidad del mundo real. La descompone en estructuras simplificadas pero subjetivas. El objeto último son las vinculaciones que las estructuras simplificadas guardan entre sí.
La Teoría General de Sistemas tiene por objeto el análisis de la manera en que los componentes de cada sección del mundo real están estructurados (organizados, vinculados o relacionados) y de cómo cada sección se vincula a las otras estructuras, es el tema central de los estudios sistémicos. Son éstas estructuras organizadas a las que se llama sistema; el que también se puede considerar como a aquel formado por un grupo de elementos que están relacionados entre sí y tienen una interacción final, con entrada y salida de materia, información  ó energía.
La Geografía responde al carácter de unidad el cual le asigna un papel definido en el amplio espectro de los estudios ambientales; el de la visión holística. No se puede definir una Geografía ambiental independiente de otras Geografías como la económica o política a pesar de su campo particular de estudio.
La Geografía ambiental es un enfoque dentro de la Geografía. Su perspectiva es la de las relaciones y su ángulo de interés es detectar rasgos y función de las conexiones entre factores. El énfasis geográfico está puesto en la localización espacial de éstas relaciones.
La Geografía ambiental se encuadra dentro de la escuela ecológica. Esta línea de pensamiento geográfico concibe al espacio como un plexo de permanente acción y reacción donde la forma deja paso a la función, donde resulta más importante lo que pasa que lo que se ve. Tiene sus orígenes con el hombre primitivo compenetrado con el medio que habitó, el cual  fue evolucionando con la civilización.
Es por ello que el enfoque sistémico resulta de utilidad  en cualquier investigación de índole geográfica, por su carácter holístico,  ofreciendo la posibilidad de arribar a conclusiones válidas.
El grado de evolución y modernización del espacio está estrechamente relacionado con el conocimiento de los suelos, la capacidad técnica, la inversión de capitales y el sistema socioeconómico de la sociedad que lo ocupa. Resulta relevante la posibilidad que brinda el estudio del espacio desde la óptica geográfica cuando se intenta modificar las áreas degradadas con el objeto de incorporarlas al sistema productivo.
Las problemáticas ambientales son complejas y deben ser reconocidas y analizadas en función de diversas escalas. Varias de ellas afectan no solo a las sociedades que las provocan o a los lugares donde se originan, sino que sus efectos se expanden a todo el planeta. La Geografía también se encarga del estudio de éstas problemáticas pues en el ámbito de la relación hombre – medio existen múltiples facetas en las cuales el hombre produce un sinnúmero de desajustes.

Fragmento GARCIA RUIZ, Juan Pablo “Recuperación de suelos en el Sudeste del Departamento Rawson” FFHA, UNSJ 2005
Fuente consultada:
CAPITANELLI, Ricardo “Geografía Física y Medio Ambiente” Ecogeo Mendoza, 1998.


 


jueves, 6 de diciembre de 2012

Analogías docentes.


Cuando tuve mi primera suplencia, mi primer trabajo como docente, mi materia estaba conformada por cuatro horas áulicas de las cuales una de ellas coincidía con el primer medio módulo de manera que el restante correspondía a otro profesor.
El timbre sonó indicando la finalización de mi hora y sin ningún minuto de retraso el otro profesor aguardaba afuera del aula. Así fue que mientras me despedía de los alumnos hasta la próxima clase entablé una conversación formal con el docente recién llegado a manera de presentación cordial mutua.
Mi horario terminó y me marché. Pero como lo que uno hace durante el día casi siempre aparece como remolino por la cabeza durante las noches de insomnio, es que haciendo alarde de mi condición de profesor de Geografía, que estrenaba con el pecho inflado de orgullo, recordé aquellos conceptos que mi docentes de la carrera se encargaron de grabar a fuego en la médula de los entonces alumnos del profesorado de Geografía que sería de ahora en más nuestro norte. Es que tenemos bien en claro que la nuestra es una ciencia de relaciones donde elementos del medio físico y humano conforman el sistema holístico llamado Geografía.
Y así es que se los transmito a mis alumnos, quizá para engancharlos en el tema bajándolos de esa nube de la adolescencia o quizá para hacer didáctica mi clase pero lo cierto es que hago proselitismo geográfico diciendo que todo es Geografía. Y les pongo ejemplos de la vida cotidiana para que los alumnos relacionen y asocien conceptos.
Pues resulta que me he tomado en serio eso que todo es Geografía y volviendo a las noches sin dormir como la que estoy escribiendo estas líneas, pensé en aquella presentación amena con el profesor de la hora siguiente. Nuestras materias eran para los alumnos dos temas distintos a escuchar, otros cuadernos a escribir o dos viejos a escuchar hablar sonseras (porque para los alumnos no hay tema agradable).
Mi clase terminaba y empezaba la del otro docente, y ese cambio, ese pasaje de lo anterior a lo actual, de lo pasado a lo presente, lo traduje en lenguaje geográfico y afirmé muy convencido que nuestras materias eran limítrofes. Es que sí, esa línea que divide territorios y que llamamos límite me servía de analogía para convencerme aún más que todo es geografía. Y porqué no decir también que cada medio módulo era un hemisferio, en fin.
Contento con mi audacia nocturna, no lo dejé todo ahí. Porque así como yo soy un enamorado de mi materia pensé que los docentes de las demás materias también deberían serlo de las suyas.
Así la misma situación, si el docente que llegaba a hacerse cargo de la clase fuese de Matemática para él nuestras materias serían adyacentes. Y si fuera de  Lengua serían sílabas y el módulo una palabra. O el de Historia diría que son una línea del tiempo, o lo relacionaría con una asunción presidencial. Para el de Biología las materias en cuestión conformarían una simbiosis y para el de Química el módulo sería una molécula. El de Psicología afirmaría que el módulo es esquizofrénico y el de Idioma una clara traducción. Un docente de Música diría variación y el de Arte notaría un cambio cromático. Para el de Educación Física no sería otra cosa que un salto. No me quedan dudas que el de Física diría que es acción y reacción y es posible que el de Filosofía se haga el desentendido diciendo que solo sabe que no sabe nada.
Y es así, para ser docente hay que ponerle pasión en lo que se hace, hay que zambullirse en las máximas profundidades de la materia para dar lo mejor de sí y lograr empapar también a los alumnos en ese maravilloso mar que es enseñar a ser.
Mis dotes de poeta improvisado, o quizá frustrado poeta del pasado devenido en geógrafo, afortunado geógrafo y profesor, me permitirían suponer cientos de epílogos para ponerle un broche a este escrito que para algunos será interesante, chistoso o tonto; pero vuelvo a la realidad que debo madrugar y entonces trataré vencer el insomnio para al menos soñar con mis clases.

Juan Pablo García Ruiz
Profesor de Geografía