martes, 24 de enero de 2012

El Océano Ártico se abomba por exceso de agua.

Los fuertes vientos que soplan en el Ártico podrían estar detrás del 'abombamiento' que se está produciendo en el Océano de esta zona del planeta, detectado por satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) destinados a la observación de la Tierra.

Los satélites han revelado que hay una gran aglomeración de agua dulce en el Océano Ártico que se ha ido formando a lo largo de los últimos 15 años. En concreto, desde el año 2002, la altura del altura del nivel del mar en esta zona se ha elevado cerca de 15 centímetros, y el volumen de agua dulce ha aumentado en 8.000 kilómetros cúbicos, es decir, en torno a un 10% de toda el agua dulce del Océano Ártico.

El trabajo, publicado ahora en la revista 'Nature Geoscience' ha sido realizado por investigadores del Centro Polar de Observación y Modelización (CPOM), del University College London, y del Centro Nacional Oceanográfico del Reino Unido, que han utilizado los datos enviados por los satélites ERS-2 y Envisat para medir el nivel del mar entre 1995 y 2010.

Los científicos están convencidos de que si la dirección del viento ártico actual cambiara, gran parte de ese agua se vertería en el Océano Atlántico, lo que enfriaría el clima en Europa.

Según sus conclusiones, la acumulación de agua se debe a que se está acelerando un gran sistema de circulación oceánica llamado Giro de Beaufort debido a los fuertes vientos árticos.

El cambio de su dirección, haría que ese agua pudiera alcanzar hasta el Atlántico Norte. Ello ralentizaría una corriente oceánica que es clave porque parte de la Corriente del Golfo, que es la responsable de que Europa disfrute de temperaturas relativamente suaves, comparado con otras áreas de latitudes similares.

Katharine Giles, investigadora del CPOM y autora de la investigación, señala que al observar los datos a escala anual comprobaron que los cambios tenían relación directa con el comportamiento del viento. "Una posibilidad es que el hielo marino actúe como una barrera entre la atmósfera y el océano. Así, con los cambios en la cubierta de hielo cambiaría también el efecto del viento sobre el océano", señala Giles en un comunicado de la ESA.

La investigadora señala que esta relación entre el hielo y la interacción entre la atmósfera y el océano debe ser confirmada, algo en lo que también serán necesarios los datos que llegan desde los satélites.

La ESA destaca que los radioaltímetros de satélites como Envisat y ERS-2 son muy útiles en la observación de áreas inaccesibles, como el Ártico. De hecho, Envisat, que cumple en marzo 10 años en órbita, ha sido de gran ayuda en estudios sobre el cambio climático.

El ERS-2 ya fue retirado en julio del año pasado, pero aún quedan muchos datos por analizar de los que recogió cuando estuvo en activo.

En los próximos años, ESA seguirá lanzando satélites de observación de la familia 'Tierra Sentinel', dentro del programa europeo de Monitorización Global para el Medio Ambiente y la Seguridad (GMES, siglas en inglés).

Fuente: ElMundo.es

lunes, 23 de enero de 2012

Nueve de los 10 años más cálidos han sido en el siglo XXI


Según el Instituto Goddard de la NASA
La temperatura media global de 2011 fue la novena más elevada en los registros meteorológicos modernos, continuando una tendencia de acumulación de gases de efecto invernadero que ha provocado que nueve de los 10 años más cálidos conocidos hayan ocurrido desde 2000, afirman científicos de la NASA.

La temperatura superficial global promedio para 2011 fue 0,51ºC más caliente que la temperatura media de base para el siglo XX, según afirman investigadores del Goddard Institute for Space Studies, informa Reuters. Los registros de temperatura de esta institución científica empezaron en 1880.

Los primeros 11 años del nuevo siglo fueron notablemente más calientes que la segunda mitad del siglo XX, según asegura el director del instituto, James Hansen, uno de los más destacados expertos mundiales en cambio climático. El único año no perteneciente al siglo XXI que se 'cuela' entre los 10 más cálidos es el cercano 1998.

Estas temperaturas globales tan altas ocurren incluso cuando hay situaciones coyunturales que llevan al enfriamiento, como es un fuerte fenómeno oceánico de La Niña, que enfría la temperatura del océano, y una baja actividad solar durante los últimos años.

Un comunicado de la NASA asegura que las temperaturas actuales son superiores a la media por las crecienntes concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, especialmente el dióxido de carbono. El dióxido de carbono es emitido por diversas actividades humanas especialmente por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo.

Los niveles actuales de dióxido de carbono en la atmósfera superan las 390 partes por millón, frente a las 285 partes por millón que había en el siglo XVIII y las 315 partes por millón que había en 1960.

Fuente: ElMundo.es