jueves, 30 de septiembre de 2010

Vivir hacinados es más 'verde'.

La ciudad vertical respeta más el medio ambiente - ¿Y si Benidorm no estaba tan mal?

Vive usted en una casa unifamiliar de dos plantas. Tiene un perro, una piscina, un jardín y una barbacoa para hacer chuletones los fines de semana. Allí, al aire libre y sobre el césped recién recortado, tiene la sensación de alejarse un poco del asfalto, de estar más en contacto con la naturaleza. Enhorabuena, ha alcanzado el sueño de muchas familias españolas, el sueño americano de Annette Bening en American Beauty. El problema de ese sueño es que es el mismo de millones de personas en todo el mundo, el mismo que tienen sus vecinos de la casa adosada y los de un poco más allá. Y no parece que sea demasiado ecológico, según señalan los expertos.

Porque ese sueño implica que las ciudades crezcan a lo ancho y no a lo alto, que las viviendas se desparramen por un suelo cada vez más escaso y que el gasto energético de sus habitantes afecte de forma más directa al cambio climático. Solución: todos a Nueva York, a Shanghai o, ya puestos, a Benidorm. A los ojos de la mayoría, las colmenas de turistas de la ciudad alicantina pueden parecer una agresión a cualquier sentido de la estética, pero para algunos arquitectos representa un modelo mucho más sostenible que el de las urbanizaciones que se expanden por la periferia. "Benidorm es genial", asegura el arquitecto Luis Fernández-Galiano. "Es una ciudad densamente poblada, pero construida en vertical, lo que supone muchos menos problemas medioambientales que los que causan las urbanizaciones de la sierra de Madrid. Puede que sea un sueño para muchos vivir en una casa en lugar de en un edificio, pero un sueño multiplicado por dos millones es una pesadilla".

En España, el problema de la expansión horizontal de las ciudades se ha definido con el nombre de ciudad dispersa, pero el término más utilizado es el de sprawl, que en inglés significa extenderse o repantigarse. Dentro de los retos planteados para luchar contra el cambio climático, el tema de la expansión horizontal de las ciudades quizá haya sido uno de los más olvidados. Un informe de la Unión Europea sobre 2006 se titula precisamente El reto ignorado (Urban sprawl in Europe. The ignored challenged), y señala que en los últimos 20 años se ha asentado un desarrollo urbano de baja densidad en la periferia de las ciudades. La expansión a lo ancho necesita que se construyan infraestructuras para que la zona recién habitada sea accesible e implica un mayor uso del transporte. En síntesis: supone un ingente gasto de recursos. "El consumo de hormigón en España", apunta el estudio, "ha aumentado un 120% desde 1996, llegando a un nivel de 51,5 millones de toneladas en 2005".

Ésa es la verdad incómoda de arquitectos como Luis Fernández-Galiano. En una conferencia organizada por la Fundación BBVA, el catedrático de proyectos arquitectónicos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid aseguraba que la planificación de las ciudades es la solución a los problemas del clima. "Mi verdad incómoda es compatible con la de Al Gore. Él no trató este tema, pero es igualmente importante. Han pasado ya 20 años del Panel Intergubernamental del Cambio Climático y ahora toca preguntarnos cómo ocupamos este planeta. El modelo de ciudad americana se está extendiendo, pero tenemos que abandonar esas utopías agrarias y concentrarnos en las ciudades", explica el arquitecto.

El modelo de la ciudad americana se asienta donde se amasa el sueño de la nación, en la California cinematográfica de las grandes urbanizaciones. Es ese mundo nuevo, lleno de ilusiones, donde todo parece fácil y accesible, el que impone una familia tradicional viviendo feliz en su casa-jardín. "Es una utopía de cuento de hadas", comenta Fernández-Galiano, "al estilo de El show de Truman. Y esa ciudad se ha extendido a Europa, África y Rusia. Pero ese sueño se ha acabado. No sirve para atajar los problemas medioambientales a los que hacemos frente. La palabra clave es densidad. Por eso defiendo lugares como Barbate o Benidorm, porque permiten concentrar a la población para poder dejar el resto del territorio salvaje".

La imposición de estos paisajes de casas bajas viene impuesta a veces desde los propios gobiernos europeos. El caso más actual y el que ha despertado las críticas de los arquitectos es el de la Comunidad de Madrid. La Ley de Medidas Urgentes aprobada recientemente por el Gobierno de Esperanza Aguirre limita a cuatro alturas (tres pisos más un ático) los edificios que se levanten a partir de ahora en la región. La norma ha levantado sarpullidos en los arquitectos de Madrid. "Esta ley supone una ruptura del modelo cultural", comenta Pedro Ortiz, portavoz de urbanismo del Colegio de Arquitectos de Madrid. "Es la sustitución de la ciudad, del urbanismo latino por el modelo anglosajón. No es una lectura de la ley. Éste ha sido uno de los argumentos dados por Esperanza Aguirre para justificar su ley. Quiere una ciudad anglosajona. Quiere que Madrid se parezca a Inglaterra".

La Comunidad de Madrid se defiende asegurando que la sostenibilidad de un barrio no tiene por qué definirse por la altura de sus edificios, sino por una correcta ordenación del territorio. "Los modelos de desarrollo de este tipo son escandinavos, de países que suponen un modelo ecológico y sostenible. Lo importante es que las casas estén bien orientadas, que exista una gestión de residuos correcta y un aprovechamiento de las aguas pluviales", explica un portavoz de la Consejería de Medio Ambiente y Urbanismo.

Pero las cifras de Madrid no hablan precisamente de sostenibilidad. El informe de la UE mencionado anteriormente dedica un apartado especial a la comunidad titulado Región de Madrid. Un crecimiento económico rápido y un débil sistema de planeamiento: el estudio explica que el suelo urbano creció un 50% en los años noventa, mientras que la población sólo creció un 5,4%. Una de las razones de ese extraordinario desarrollo urbano se produjo por la demanda de segundas viviendas.

En conclusión, para combatir el cambio climático, gastar menos combustible y ahorrar en infraestructuras, lo mejor es viajar en ascensor. En este debate no hay sólo un trasfondo ecológico, sino sociológico. La ciudad densa al estilo de Nueva York facilita el contacto con la gente, tiene mayores posibilidades de encuentros fortuitos y genera un mayor tráfico de ideas que el que se logra en los barrios residenciales. El sociólogo Mario Gaviria, otro defensor de Benidorm como lugar turístico ("pese a que a muchos les parezca una horterada"), insiste en la defensa de la ciudad mediterránea "compacta, densa y continua. Lo demás es el más allá". "En lugares como Benidorm se va a todos sitios a pie, las aceras suelen ser anchas, se utilizan piscinas colectivas y en un mismo lugar se encuentran todo tipo de mezclas, desde el lupanar hasta la iglesia, desde el gimnasio hasta la tienda. Todo está en el mismo sitio. Esto desaparece en las urbanizaciones de adosados, donde toda esa mezcla se ha sustituido por el centro comercial", expone.

Gaviria define el interés por el jardín de casa como la "ideología de la clorofila", y señala las contradicciones de un ecologismo mal entendido que se contenta con tener algo verde cerca de los ojos. "En España estamos infrapoblados todavía. Tenemos que hacer ciudades para unos quince millones de personas más dentro de 20 años. Las nuevas tendrán que seguir ese modelo mediterráneo, proporcionar agua y energías renovables. Así haremos ciudades sostenibles de verdad y no yéndonos a las afueras con una parcelita de césped", concluye.

Aun así, los ecologistas no tienen muy claro que Benidorm sea un ejemplo de nada y opinan que el problema no ha de centrarse en la altura de los edificios, sino en la ordenación del territorio. "Hay distintos modelos dependiendo del lugar donde se construya, pero no me parece que una ciudad como Benidorm, a pie de playa, sea sostenible en sí misma", matiza Juan López de Uralde, director de Greenpeace España.

En eso están de acuerdo todos, en la importancia de planificar las ciudades, sobre todo las de nueva construcción. A miles de kilómetros de aquí, el arquitecto Norman Foster proyecta en la capital de Emiratos Árabes Unidos, Abu Dabi, una nueva ciudad salida de la nada. Se trata de Masdar, una superficie de seis kilómetros cuadrados pensada al milímetro, cuya energía sólo provendrá de fuentes renovables y cuyos canales interiores aportarán la sombra necesaria en el desierto.

Para muchos, el proyecto es un ejemplo de una ciudad pensada para los nuevos tiempos compatibles. Desde la ética resurge el debate sobre qué tipo de lugares han de construirse para que los seres humanos ocupen el suelo sin dañar el medio ambiente. La solución está en manos de los gobernantes. "Son ellos los que determinan cómo hacemos las ciudades", señala Fernández-Galiano. "Es muy raro que los arquitectos renuncien a un encargo por razones éticas". El catedrático matiza sus palabras recordando una frase del arquitecto Miguel Fisac, fallecido en mayo de 2006: "Mis obras más importantes son las que no he hecho".


Fuente: ElPais.com
2007

viernes, 24 de septiembre de 2010

La expansión urbana descontrolada en Europa.

Europa es uno de los continentes más urbanizados de la Tierra. Alrededor del 75 % de su población vive en zonas urbanas. Sin embargo, el futuro urbano de Europa es una cuestión que suscita gran inquietud. Más de una cuarta parte del territorio de la Unión Europea se puede considerar suelo urbano.
En 2020, aproximadamente el 80 % de los europeos residirá en zonas urbanas. En 7 países, la proporción será del 90 % o más. En consecuencia, se agudiza la demanda de suelo en las ciudades y sus alrededores. Día tras día, todos somos testigos de cambios rápidos, visibles y conflictivos en los usos del suelo, que modifican los paisajes y afectan al medio ambiente de las ciudades y de su entorno como nunca antes.
Las ciudades se extienden y se reducen las distancias entre ellas y el tiempo que se tarda en pasar de una a otra. Esta extensión de las ciudades tiene lugar por toda Europa, impulsada por los cambios en el estilo de vida y las pautas de consumo, y se conoce generalmente con el nombre de «expansión urbana descontrolada». Los datos disponibles demuestran de manera concluyente que la expansión urbana descontrolada ha acompañado al crecimiento de las ciudades europeas durante los últimos 50 años.
Se habla de expansión urbana descontrolada cuando la tasa de cambio del uso del suelo de rústico a urbano es superior a la tasa de crecimiento demográfico de una determinada zona durante un período determinado. La expansión urbana descontrolada debería considerarse, con razón, uno de los principales retos comunes a los que debe hacer frente la actual Europa urbana.
Un reciente estudio de ámbito europeo revela que las ciudades crecen rápidamente y sin freno: más del 5 % en un decenio equivalente a tres veces la superficie de Luxemburgo. Las zonas donde más se aprecian los efectos de la expansión urbana descontrolada están en países o regiones que registran una elevada densidad demográfica y un nivel elevado de actividad
económica (Bélgica, los Países Bajos, Alemania meridional y occidental, el norte de Italia o la región de París) y/o un rápido crecimiento económico (Irlanda, Portugal, Alemania oriental o la Comunidad de Madrid). La expansión urbana descontrolada se pone especialmente de manifiesto en los países o regiones que se han beneficiado de las políticas regionales de la UE y de su financiación. También se observan nuevas pautas de desarrollo, en torno a pequeñas ciudades o en el campo, a lo largo de los corredores de transporte y de muchas zonas del litoral que suelen estar conectadas a valles fluviales.
En Europa, el crecimiento de las ciudades ha estado impulsado históricamente por el aumento de la población urbana. Pero en la actualidad, a pesar de la escasa o nula presión demográfica, existen diversos factores que siguen impulsando la expansión, cuyo origen está en el deseo de llevar un nuevo estilo de vida en el extrarradio, lejos del centro de las ciudades.
Entre las causas que generan estas tendencias, hallamos las socioeconómicas, tanto micro como
macro. La calidad de los sistemas de transporte, el precio del suelo, las preferencias individuales en materia de vivienda, las tendencias demográficas, las tradiciones y limitaciones culturales y el atractivo de las zonas urbanas existentes son factores que influyen en la forma en que se desarrolla un área urbana. Otra de las causas principales es la aplicación de políticas de ordenación en el ámbito local y regional. Incentivada por los Fondos de Cohesión y por los Fondos Estructurales de la Unión Europea, que financian el desarrollo de las infraestructuras, la expansión descontrolada se ha acelerado en respuesta a la mejora de las conexiones de transporte y el aumento de la movilidad personal. Las ciudades son por naturaleza lugares donde se concentran grandes cantidades de personas en pequeñas superficies. Esto presenta ciertas ventajas evidentes para el desarrollo económico y social. En algunos aspectos, puede incluso ser beneficioso para el medio ambiente. Por ejemplo, el uso del suelo y el consumo de energía tienden a ser menores en las áreas urbanas en comparación con las áreas de población dispersa. El tratamiento de los residuos y de las aguas residuales se beneficia de economías de escala. De este modo, los problemas tradicionales de salud ambiental derivados de un agua potable que presenta riesgos, unos saneamientos inadecuados y unas viviendas deficientes básicamente han desaparecido de las ciudades de la Unión Europea. No obstante, la población urbana todavía sufre problemas ambientales severos y localizados, como la exposición al ruido, episodios de contaminación atmosférica de gran repercusión, la gestión de los residuos, las restricciones de agua potable y la falta de espacios abiertos.
Sin embargo, la actual tendencia hacia la creación de nuevas áreas urbanas de baja densidad está generando un aumento del consumo. En los últimos 50 años, la cantidad de espacio por persona en las ciudades europeas ha aumentado más del doble. En los últimos 20 años, la superficie construida en muchos países de Europa occidental y oriental ha aumentado un 20 %, mientras que la población sólo ha crecido un 6 %. En particular, el transporte (es decir, la movilidad) sigue siendo un reto crucial para la ordenación urbana. Las infraestructuras de transporte tienen muy diversos efectos sobre los paisajes, como el sellado del suelo, que agrava las consecuencias de las inundaciones, y la fragmentación de los espacios naturales, por mencionar tan sólo dos de ellos.
La movilidad y la accesibilidad son factores clave para la cohesión territorial de Europa. También son elementos esenciales para mejorar la calidad de vida de las comunidades. Se cree que los kilómetros recorridos por carretera en áreas urbanas aumentarán un 40 % entre 1995 y 2030. El parque de automóviles de la UE 10 todavía no ha alcanzado los niveles de la UE 15, lo que indica que todavía cabe esperar un mayor crecimiento.
Si no se hace nada al respecto, es previsible que la congestión de las carreteras aumente de forma significativa hasta 2010 y que los costes que acarrea se eleven hasta aproximarse al 1 % del PIB de la Unión Europea. Sin embargo, las infraestructuras de transporte implican algo más que ir añadiendo kilómetros de carretera y ferrocarril. Dichas infraestructuras deben formar parte de un enfoque global, que tenga en cuenta el verdadero impacto de las inversiones dirigidas a crear y sostener las economías urbanas locales. Debe ser parte de un desarrollo equilibrado y policéntrico, que reduzca los daños al medio ambiente.
Pero las estrategias e instrumentos para controlar la expansión urbana descontrolada dependen en gran medida de la realidad actual de Europa, donde existen varios niveles de gobierno interrelacionados, desde el ámbito local hasta el europeo. Esto es así especialmente en el caso de los importantes flujos financieros que moldean los presupuestos de ordenación. En la actualidad, las políticas de ordenación suelen ser reflejo de la lógica del mercado. Sería mejor que reflejasen una visión del desarrollo urbano, en la cual se integrasen plenamente las consideraciones ambientales y sociales en las políticas de ordenación territorial en todas las fases del ciclo, desde la identificación del problema y la formulación de las políticas hasta su aplicación y posterior evaluación. Esto podría comportar varios beneficios, como por ejemplo:
• coherencia en todas las fases del ciclo político;
• mayor cooperación entre organismos en todos los niveles de responsabilidad;
• un uso efectivo de los Fondos Estructurales y Fondos de Cohesión a escala comunitaria, combinados con la normativa ambiental, a fin de evitar y paliar la expansión urbana descontrolada;
• corrección de los fallos del mercado que favorecen la expansión urbana descontrolada, mediante estímulos relacionados con el precio del suelo en y entre zonas urbanas, así como en su entorno;
• comparación e intercambio de buenas prácticas para desarrollar ciudades más compactas;
• creación de zonas verdes en las ciudades.

Referencias
EEA (2006), Urban sprawl in
Europe — the ignored challenge,
Informe nº 10/2006 de la AEMA,
Agencia Europea de Medio
Ambiente, Copenhague.


Fuente: Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA Briefing, 2006) ISSN 1830-2254

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cinco países se disputan el Ártico.

Los Estados limítrofes negocian el reparto del Polo, rico en petróleo y vital para las comunicaciones.


Cinco países iniciaron en 2008 conversaciones para repartirse el Ártico, una de las últimas zonas de la Tierra que aún no tiene como dueño a ningún Estado y que se calcula que alberga bajo el hielo una cuarta parte de las reservas mundiales de petróleo (consulte el gráfico). Dinamarca, anfitriona de la cumbre, quiere que Estados Unidos, Noruega, Canadá y Rusia acaten las reglas de juego establecidas por Naciones Unidas en 1982 para llevar a cabo un eventual reparto. "Esta reunión es el principio de un proceso que puede durar años", afirma en una entrevista telefónica Lars Kullerud, presidente de la Universidad del Ártico, una red internacional de universidades con sede en esa región.

"Es el principio de un proceso que puede durar años", afirma un experto.

Están en juego 1,2 millones de kilómetros cuadrados de fondo marino que han ganado atractivo para algunos gracias al cambio climático. El deshielo facilita un mayor acceso a las bolsas de hidrocarburos y abre nuevas rutas marítimas, que permiten un ahorro de hasta 8.600 kilómetros en un viaje entre Tokio y Hamburgo. Los cinco países limítrofes quieren asegurarse cuanto antes una parte del pastel y sus ministros presentarán sus demandas durante la cumbre de tres días que ayer empezó en Ilulissat, una pequeña ciudad de Groenlandia que tiene el mayor glaciar del mundo.

Las bases para un acuerdo están sentadas. "Se trata de un paso importante, porque las partes se sientan en la misma mesa para reconocer que existe un desacuerdo, para cooperar en algunos ámbitos y, quizá, empezar a encontrar una solución al problema de la soberanía", dice Pablo Pareja, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pompeu Fabra y autor de un estudio sobre el Ártico. "El Ártico es un espacio todavía no asignado. Tradicionalmente ha sido considerado alta mar", añade.

La región ártica, en la que viven sobre un enorme casquete de hielo entre dos y cuatro millones de personas, se ha convertido en los últimos años en objeto de disputa. El derecho internacional, plasmado en la Convención sobre el Derecho del Mar de Naciones Unidas, establece que los países con salida al mar tienen derecho a extender su zona de soberanía hasta 200 millas naúticas (370 kilómetros) desde la costa. Pero este límite se puede ampliar si un país demuestra que su plataforma continental, que es el lecho marino anexo al continente, va más allá de esa distancia.

Esta salvedad abrió las puertas a las reclamaciones. Para probar que sus demandas están fundamentadas, varios países han organizado expediciones cartográficas para reivindicar el mayor territorio posible. El momento más tenso se produjo en 2007, cuando un equipo ruso en submarino plantó una bandera del país en el fondo marino.

La resolución al conflicto puede durar años, entre 10 y 15, según el Gobierno danés. Estados Unidos no ha ratificado todavía el tratado de la ONU (se firmó en 1982 y entró en vigor en 1994) y, hasta que no lo haga, el litigio no se cerrará. "Una vez adoptado el tratado, hay 10 años de plazo para plantear reivindicaciones y, aunque Washington lo firme en breve, como parece probable, todavía tendrá esa década para protestar", explica Lars Kullerud.

"Todo el mundo está esperando a Estados Unidos", concluye el presidente de la Universidad del Ártico. Uno de los objetivos de la reunión de Ilulissat es que todos se comprometan a respetar dicho tratado.

En un mundo que explota al máximo sus recursos naturales, el Ártico es una de las pocas zonas que permanecen vírgenes. Un 25% de las reservas desconocidas de petróleo y gas están bajo estas aguas. Excavar para llegar hasta el crudo no ha estado hasta ahora al alcance de las petroleras, pero el cambio climático ha hecho más fina la capa de hielo, mientras la tecnología ha mejorado mucho. La operación puede ser, pese a todo, muy cara, pero con el barril de brent a 130 dólares extraer crudo del Ártico puede resultar rentable.

El oro negro no es la única ventaja de ser propietario de una porción de esta zona. "Con el deshielo se puede abrir una vía de navegación permanente por el norte y tener acceso a una vía como ésta es clave para países como Estados Unidos, que ahora tienen que llegar al otro lado del mundo a través del estrecho de Malaka (en Asia), el cabo de Agujas (en Suráfrica) y el cabo de Hornos (en América Latina)".

Hay dos pasos, el del noreste (no navegable), y el del noroeste, que se abrió durante unos meses por primera vez en 2007. Los investigadores calculan que los barcos podrán utilizar este último paso todo el año a partir de 2050 por el cambio climático.

Las ONG han pedido que los países limítrofes lleguen a un acuerdo que dé garantías medioambientales al Ártico, una propuesta con la que coinciden algunos países que están fuera de la disputa, como Francia y España.


Comercio y riqueza

- Reservas de crudo Un 25% de las reservas de petróleo y gas natural por descubrir está en el Ártico.

- Rutas comerciales El paso del Noreste no es navegable, mientras el paso del noroeste ya está abierto varios meses al año, y se prevé que a partir de 2050 esté en funcionamiento durante todo el año. A través del paso del

noroeste, entre Tokio y Nueva York hay 14.000 kilómetros; si el recorrido pasa por el canal de Panamá, son 18.200.- Población. En el Ártico viven entre dos y cuatro millones de personas, repartidas entre Canadá, Dinamarca, Noruega, Rusia y EE UU, incluidos más de 20 grupos indígenas.


Fuente: ElPais.com

(España, 2008)

martes, 21 de septiembre de 2010

Más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades.

La Cruz Roja advirtió sobre los riesgos de una rápida e improvisada urbanización del planeta.

NAIROBI (EFE).- Más de la mitad de los 6.800 millones de personas que forman la población mundial vive ya en las ciudades, según la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), que hoy alertó de los riesgos de una rápida e improvisada urbanización del planeta.

El Informe Mundial de Desastres 2010, presentado hoy en Nairobi por Matthias Schmale, vicesecretario general de la FICR, advierte de que "2.570 millones de habitantes urbanos en los países de ingresos bajos y medios están expuestos a niveles inaceptables de riesgo".

Entre esos riesgos destacan el consumo de comida rápida, la urbanización acelerada, el mal gobierno local, el crecimiento demográfico de las urbes, la asistencia sanitaria deficiente y la creciente violencia urbana.

El cambio climático también puede aumentar los riesgos de desastres, en un mundo donde nunca antes había habido una cantidad de población tan elevada en barriadas insalubres, ya que la pobreza urbana y los riesgos de catástrofes están estrechamente vinculados, según el informe.

Entre las medidas que pueden evitar desastres figura un mejor gobierno urbano para evitar la marginación o la aceleración del cambio climático.

También se destaca la mejora de los servicios sociales o la implicación de la comunidad internacional y organizaciones no gubernamentales (ONG) frente a la desigualdad entre ciudades equilibradas y aquellas peor gestionadas.

Los representantes de la FCIR y de Naciones Unidas aseguraron que una mayor atención a los suburbios habitados por personas con un menor número de recursos se convierte en pieza clave para minimizar los riesgos frente a posibles desastres.

Fuente: LaNacion.com.ar

jueves, 16 de septiembre de 2010

El río Amazonas, en riesgo de secarse.

El más caudaloso del mundo

Los pilotos de las aerolíneas y turistas que llegan hasta Leticia, sur de Colombia, son los más sorprendidos. El río Amazonas, considerado el más caudaloso del mundo está reducido a enormes playas de arena. Gran cantidad de agua desapareció y el intenso verano que sacude al país amenaza con extinguir lo que queda.

Desde el aire se divisan los estragos de la sequía. En la tierra el problema es aún mayor. Los pobladores no ven la lluvia desde hace dos meses y han tenido que presenciar la desaparición del río Amazonas al que adoran y exhiben a nivel mundial.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), lanzó una voz de alarma y advirtió que el Amazonas pasó de 13 y 15 metros de profundidad a seis metros en sólo dos semanas en áreas donde tienen estaciones de control, un bajonazo nunca antes visto, según las autoridades ambientales del sur de Colombia.

Lo preocupante es que enormes embarcaciones cargadas con enlatados, cerveza, víveres y demás no pueden llegar hasta el puerto de Leticia, capital de Amazonas, porque quedan ancladas por falta de profundidad.

La mercancía es sorteada por expertos nadadores que ganan dinero transportándola hasta el muelle porque los barcos llegan a 300 metros distancia. Los braceadores (nadadores), han encarecido el transporte de la mercancía y movilizarla se ha convertido en un dolor de cabeza.

Y es que a Leticia sólo se llega por barco y avión. En la región no hay carreteras y la mayoría de los pobladores, en su mayoría de escasos recursos, tienen que moverse por vía fluvial porque resulta más económico.

Más de 100 toneladas de alimentos están represadas y no han podido ser movidas desde distintas regiones del Amazonas a espera de las lluvias, la creciente del río y el retorno de las embarcaciones.

Jairo Jimeno López, quien nada en el Amazonas desde hace 35 años, dice que jamás había visto tan reducido el río. "Los peces se ven por encima, desde las canoas se alcanza a ver la profundidad cuando eso no sucedía", dice con cara de asombro.

Lo mismo repite Olbar Andrade, gobernador del Amazonas, quien se muestra alarmado por la noticia. "El problema no es nuevo, desde hace varios años veo como el agua desaparece, pero este año la situación ha empeorado. Veíamos que el río corría con fuerza y hoy no sucede lo mismo", expresa al destacar que le preocupa la gran cantidad de peces y animales acuáticos que puedan morir como consecuencia de la sequía.

Ricardo José Lozano, director del Ideam en Colombia dijo a ELMUNDO.es que aunque en Colombia la situación del río Amazonas es alarmante, en Perú y Ecuador es peor.

Y cita el periódico El Comercio de Perú donde se informa que el bajonazo en el caudal del afluente contempla un racionamiento de agua potable en Iquitos ya que el Instituto de Hidrología y Meteorología de Perú Senamhi reporta que el afluente más caudaloso del mundo se reduce de 15 a 25 centímetros día.

El otro problema que surge con la sequía es la perdida de encanto turístico del Amazonas. Decenas de turistas llegaban hasta Leticia a contemplar los chorros de agua, la espesa vegetación y enormes embarcaciones que cruzaban de un lado hacía otro. Hoy el panorama es distinto.

"Esperamos que el río se recupere con la llegada de la temporada invernal", dice Margarita Forero, inversionista del sector turismo quien critica que el famoso muelle de Leticia es hoy un nido de lodo, basura y tierra.

El Ideam promete que las lluvias retornarán en octubre, el comercio sigue perdiendo dinero, los barcos están parados y los alimentos se siguen perdiendo.

Los dolientes del río buscan limpiar basura, plásticos y residuos arrojados a orillas del Amazonas ya han sacado 54 toneladas de residuos inservibles. Aunque prometen descontaminarlo, las ayudas son paños de agua tibia porque lo que se busca es agua.


Fuente: ElMundo.es

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El aumento de las temperaturas hace accesible la riqueza energética del Ártico.


* Hasta hace poco, el hielo impedía explotar los recursos del Ártico
* El cambio climático hará posible extraer gas, petróleo y metales preciosos
* El hielo marino del Ártico es clave para regular el clima mundial
* Los científicos advierten que la capa de hielo es cada vez menor

Hasta hace muy poco, el hielo impedía explotar la extraordinaria riqueza energética y mineral del Océano Ártico. Sin embargo, el deshielo provocado por el aumento de las temperaturas va a hacer posible lo que durante muchos años era impensable: extraer gas, petróleo y metales preciosos así como navegar por rutas que históricamente han estado congeladas. Quizás sea esta la razón por la que, tras 40 años de disputa, Rusia y Noruega han decidido que ya era hora de resolver el conflicto por la soberanía de esta zona rica en combustibles fósiles.

El tratado firmado este miércoles pone fin al enfrentamiento entre estos dos países bañados por las aguas del océano helado y abre la puerta a la exploración de sus recursos. Sin embargo, no son los únicos países involucrados en el conflicto. Canadá, EEUU y Dinamarca también reclaman parte de este territorio que, a diferencia de la Antártida, no está protegido.

Que el Ártico será muy pronto accesible lo ha demostrado recientemente la empresa británica Cairn Energy. Para disgusto de los ecologistas, este verano comenzó a abrir pozos en Groenlandia. A finales de agosto anunció el hallazgo de gas y petróleo, una noticia a la que la organización Greenpeace respondió con una acción de protesta que logró frenar temporalmente la extracción de gas.
Creciente deshielo

El Océano Ártico está cubierto por una capa dinámica de hielo marino. Crece cada invierno y disminuye en verano, debido al aumento de las temperaturas, de manera que su mínimo anual suele registrarse en septiembre. El año pasado, por ejemplo, la capa de hielo alcanzó su mínimo grosor el 12 de septiembre. El nivel de hielo fue el tercero más bajo desde 1979, el año en el que la NASA empezó a realizar mediciones vía satélite.

Aún se desconoce el nivel mínimo que se alcanzará en 2010 pero las imágenes difundidas el pasado 3 de septiembre por el satélite de la NASA Aqua 3 indican una importante reducción de la capa de hielo. En la fotografía se observa toda la costa norte de Rusia transitable, lo que facilitaría la apertura de la deseada ruta marítima desde Europa a China a través del Ártico. El interés comercial de esta nueva ruta es evidente ya que el sector del transporte de mercancías ahorraría mucho tiempo y dinero.
Regulador del clima mundial

En la misma línea, un estudio hecho público hace unos días por el Instituto Alfred Wagner de Investigación Polar y Marina (AWI) advierte del aumento gradual del deshielo debido al calentamiento global. Según las mediciones llevadas a cabo por este centro, el registro de este año es el tercer peor dato desde 1972.

El hielo marino del Ártico es clave para regular el clima mundial, pues enfría el planeta al reflejar la luz solar hacia el espacio. Asimismo, influye en la circulación oceánica mediante la conversión de las cálidas aguas del Pacífico que fluyen hacia el Ártico en agua fría, más salada, que después desemboca en el Atlántico.

Por ello, los científicos han mostrado su preocupación por la rápida disminución de la capa de hielo registrada durante los últimos años. Las regiones polares son particularmente sensibles a los efectos del cambio climático pero las consecuencias podrían afectar a todo el planeta.

Fuente: ElMundo.es