martes, 7 de julio de 2009

Las regalías regaladas.


En el mes de julio de 2008 el gobierno de la Provincia de San Juan hizo uno de los tantos anuncios rimbombantes a los que está acostumbrado a través de los medios de comunicación donde se dio a conocer que el gobierno provincial cobraría a todas las empresas que prestan servicios mineros o realizan exploraciones y explotaciones mineras en territorio sanjuanino una retención del cuatro por mil de la facturación mensual de las empresas para crear un fondo destinado a fomentar y difundir el beneficio de la minería, capacitar, educar y hasta ayudar a entidades culturales y sociales o a clubes deportivos que compitan en torneos nacionales por lo cual se recaudará la suma de $ 3.500.000 al año. La minúscula cifra del 0,004 por mil es eclipsada por la supuesta cifra cuantiosa que distintas entidades de bien público de la provincia recibirá como uno más de los beneficios que brinda la panacea llamada minería. Sin embargo detrás de dicha cifra se esconde otra que el gobierno nunca anuncia en sus publicidades y es el hecho que si el cuatro por mil mensual representan $3,5 millones al año entonces el total de las recaudaciones que embolsan las empresas es de $ 730.000.000 por año. Teniendo en cuenta que una explotación minera tiene una vida útil en promedio de 20 años solo hay que multiplicar los $ 730.000.000 por 20 años para obtener la exorbitante cifra de $14.600.000.000 Hay que destacar que de acuerdo al artículo 22 de la Ley de Minería 24196 sancionada durante el gobierno menemista el máximo posible de regalías que cada una de las provincias mineras puede cobrar a las empresas que llevan a cabo una explotación es del 3% sobre el valor en “boca de mina” donde están incluidos gastos de operatividad, es decir que el 3% corresponde sobre el volumen de roca en bruto la cual contiene diversos minerales ya que los mismos nunca pueden encontrarse individuales. Sin embargo de cada tonelada de roca en bruto se obtiene 1,5 gramos de oro además de plata, cobre y otros minerales. Solo Veladero tiene una capacidad productora de 550.000 onzas de oro al año (17.106,65 kg) y Pascua Lama cuando esté en su mayor productividad tendrá una capacidad de 1.200.000 onzas de oro y 45.000.000 onzas de plata, siempre recordando que cada 1.000 kg de roca extraída se puede procesar 1,5 gramos de oro. Así mismo, la Ley 24196 en sus artículos 12, 13 y 17 exime de pagar impuestos por un plazo de 30 años a las empresas explotadoras de un recurso minero deducibles en concepto de gastos realizados por las empresas en investigación, estudio, exploración e inversión. La misma Ley en el artículo 21 faculta a toda empresa minera a importar insumos sin abonar impuesto alguno. Por lo tanto, las empresas explotadoras solo aportan a la economía nacional y provincial con un máximo del 3% calculado sin moler ni procesar la piedra. Dicho porcentaje es deducido en base a costos de transporte, flete y seguros hasta la entrega del producto logrado, menos los correspondientes al proceso de extracción del mineral hasta boca de mina, costos de trituración, molienda, beneficio y todo proceso de tratamiento que posibilite la venta del producto final, costos de comercialización hasta la venta del producto logrado, costos de administración hasta la entrega del producto logrado, menos los correspondientes a extracción, costos de fundición y refinación a la boca de mina y no del producto final comercializado (Leyes 24196 y 25161). Dicho con otras palabras significa que el Estado argentino le otorga la concesión de explotación de un recurso no renovable a una empresa privada por el plazo de 30 años sin pagar impuestos, subsidia el proceso de operatividad de dicha empresa por lo cual la misma retribuye el 3% de la roca en bruto mientras que el producto elaborado la empresa lo vende a precios internacionales sin abonar regalía alguna al Estado argentino. Por ende, los beneficios de la minería no son redituables para la provincia teniendo en cuenta que se trata de un recurso no renovable con el consiguiente impacto ambiental negativo que implica dinamitar la montaña en la alta cordillera con sus respectivos glaciares, fuente de agua para el oasis sanjuanino, además del siempre latente riesgo de contaminación que la actividad genera por más que se pretenda llevar a cabo medidas de control y prevención. Sumado a esto, los supuestos beneficios actuales serán reversibles cuando se haya agotado el recurso, dejando una provincia fantasma y con una economía debilitada. Como se dijo al principio, las empresas embolsarán una cifra estimativa de $ 14.600.000.000 que corresponden al patrimonio de todos los sanjuaninos, por lo tanto si esa cifra se repartiese entre las 150.000 familias que según el Censo de población 2001 viven en la provincia se podría pagar a cada una la suma de $ 97.333 en 20 años, es decir $ 4866,65 por año o $ 405,56 por mes; parece poco pero es lo que cuesta aproximadamente la canasta básica en Argentina para doce días según los datos oficiales proporcionados por el cuestionado INDEC. No se pretende decir que el total de las ganancias de las empresas explotadoras de los recursos deban ser repartidas entre las familias sanjuaninas; pero si un cuatro por mil es significativo para fomentar distintas actividades sociales y culturales, es desconsolante el hecho de pensar lo que podría hacer la provincia y cómo sería el nivel de vida de los sanjuaninos con un justo y eficiente reparto de las regalías mineras. Hasta el momento se ha hablado de la provincia de San Juan, pero no es la única provincia que posee recursos mineros por lo que las cifras que recaudan las multinacionales tienden a ser monstruosas sin contar otros recursos no renovables como el petróleo y el gas.
A ésta altura no es necesario exponer cifras para demostrar que solo un 3% como máximo en concepto de regalías mineras es prácticamente un robo del patrimonio argentino avalado por los funcionarios que en su momento sancionaron la Ley 24196 y por sus sucesores que propician dicho despropósito, agravado por el hecho que las empresas explotadoras de los recursos no renovables son en su mayoría extranjeras las cuales volatilizan los capitales del país.
Argentina y su contexto latinoamericano es una región aún en desarrollo con altos niveles de marginalidad económica de la población, sin embargo toda América hace más de 500 años que ve sangrar sus recursos mientras se desvanece en la anemia de la pobreza. Hace cinco siglos fueron espejitos de colores, hoy es demagogia publicitaria que fogonea a la fábrica de pobres que aseguran votos a cambio de algún plan social que remedie el día a día mientras pasa el tren de las oportunidades sin poder alcanzarlo y sin saber que va cargado con las regalías que les pertenecen.

Lic. Juan Pablo García Ruiz

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