martes, 28 de julio de 2009

Cuando Manhattan era verde.


Un geógrafo reconstruye la historia natural de la 'Gran Manzana' Revela cómo era hace 400 años, cuando la habitaban los indios Lenape.

Los castores abrevaban en Times Square. Los osos negros campaban a sus anchas por los altos de Harlem. Y los pumas y los lobos acechaban a los 5.000 indios Lenape que se abrían paso a duras penas en la fronda selvática de Mannahatta, la isla de «muchas colinas».

Así era la Gran Manzana, emparentada en la lejanía con el jardín del Edén, cuando la vislumbró por primera vez Henry Hudson en 1609. Y así la ha reimaginado cuatro siglos después Eric Sanderson, en ese fascinante proyecto que recupera el nombre y el espíritu original de Manhattan, increíblemente reverdecida ante nuestros ojos.

"Como Henry Hudson, vine a Nueva York buscando algo, pero una vez aquí he encontrado algo distinto, algo que no esperaba", confiesa Sanderson, ecologista del paisaje, que ha logrado trazar un puente inaudito entre la jungla de asfalto y el bosque impenetrable de robles y castaños.

Primero fue un libro, 'Mannahatta', un canto ecológico y poético, deudor de Henry David Thoreau y Walt Whitman. La idea se desborda ahora en una de las exposiciones imprescindibles del verano, en el Museo de la Ciudad de Nueva York de la Quinta Avenida y la calle 103. Aunque el prodigio visual llega hasta internet, donde cualquier neoyorquino puede ver cómo era la vida en su manzana hace 400 años con un simple click .

"En Mannahatta había 627 especies diferentes de plantas, 233 variedades de pájaros y una biodiversidad por hectárea superior a la de Yellowstone o Yosemite», asegura Sanderson. «Si hubiera subsistido como tal, la isla sería hoy en día la auténtica joya de los parques naturales».

Los propios indios Lenape, con los incendios controlados y la agricultura incipiente, fueron los primeros en alterar el paisaje con prácticas que hoy se considerarían 'sostenibles'.

El Bajo Manhattan encajó en el siglo XVII la huella de la civilización, encarnada en los pioneros de Nueva Ámsterdam. Los británicos arrasaron gran parte de la isla y la convirtieron en fortín durante la Guerra de la Independencia. Pero el golpe de gracia llegó en 1811, con la rejilla urbana que convirtió la isla en una lacónica sucesión de calles y avenidas.

A golpe de dinamita, se allanaron gran parte de las 500 colinas. Hasta lo que hoy es Central Park pasó por un meticuloso proceso de reducción topográfica. Con el tiempo llegarían los rascacielos, anclados en la roca granítica.

Destrucción de la vida silvestre

"No hemos llegado a matar la naturaleza en Manhattan, pero es cierto que la vida silvestre ha estado mortificada por las decisiones urbanísticas", admite Eric Sanderson. "Se han cegado los cauces naturales, se han rellenado los humedales, se le ha ido ganando terreno al río Nueva York está enclavada en un estuario, en un ecosistema muy delicado y muy expuesto a los efectos del cambio climático".

Sanderson se rebela contra la idea de la jungla de asfalto que enfrenta a la naturaleza contra la creación humana: "Las ciudades no pueden crecer de espaldas a la naturaleza. Los arquitectos y los urbanistas hablan cada vez más de la biomímesis y de cómo debemos construir la ciudades como si fueran econsistemas, imitando a la naturaleza. La gente se está dando cuenta además de que vivir en una ciudad es mucho más eficiente y sostenible desde el punto de vista ecológico". Sin ir más lejos, la huella de CO2 del neoyorquino (7,1 toneladas métricas al año) es tres veces inferior a la del norteamericano medio (24,5 toneladas).

La tierra recuerda, y la diversidad cultural de la isla donde se hablan más de 100 lenguas es de algún modo el reflejo de "la increíble biodiversidad que existía hace cuatro siglos".

Sanderson empieza a ver señales muy claras del espíritu redivivo de la vieja Mannahatta: del Parque High Line inaugurado sobre los raíles elevados de Chelsea a los bosques de Inwood, que han sobrevivido milagrosamente intactos al norte de la isla. "Creo que las semillas están ya plantadas bajo el asfalto", afirma Sanderson, que culmina su libro con una visión utópica de Nueva York en 2409, cuajada de tejados verdes: "Los neoyorquinos amamos tanto esta ciudad que es muy posible construir una versión aún más sostenible de Manhattan".


Fuente: Elmundo.es

viernes, 24 de julio de 2009

No habrá multas para los que no cumplan con la lucha contra el cambio climático.

Europa está en contra de imponer multas a los países que no cumplan con la lucha contra el cambio climático como India y China, según se desprende del encuentro informal de Ministros de Medio Ambiente celebrado en la ciudad sueca de Are.

El ministro sueco del ramo, Andreas Carlgren, pidió dejar fuera todo aquello que pueda poner en peligro las actuales negociaciones sobre el clima y criticó de forma dura los intentos de "un proteccionismo verde". "Los países en vías de desarrollo verán eso como una amenaza", advirtió. Y añadió: "Esperamos más de los países desarrollados", dijo.

Sin embargo, Suecia quiere abrir un debate sobre la introducción de un impuesto "medioambiental" dentro en la UE para los vehículos que consumen gasolina. En Alemania los consumidores ya pagan un "impuesto ecológico" que va directo a la caja de pensiones.

El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas abogó por que los ingresos de los impuestos "medioambientales" vayan al fomento de tecnologías con menos emisiones de carbono.

Los planes de Estados Unidos de gravar los productos de países con niveles ecológicos más bajos han desatado la ira en China. Pekín ya ha amenazado con una guerra comercial.

También Francia se había manifestó a favor de un impuesto con estos fines, pero el ministro Medio Ambiente, Jean-Louis Borloo, dio marcha atrás en Are al afirmar que para Francia no era una exigencia concreta.

Desde el Ministerio de Medio Ambiente alemán se ha advertido de un problema con la Organización Mundial del Comercio (OMC). Además, consideran que este tipo de propuestas "no ayudan mucho" a las negociaciones en marcha sobre el cambio climático.

"La señal para los países en vías de desarrollo es que se trata de un nuevo ecoimperialismo, que cerramos nuestros mercados a sus productos", explicó el secretario de Estado alemán Matthias Machnig. Y añadió: "Ya hay suficiente desconfianza".

Stavros Dimas, señaló: "No negociamos con amenazas sino generando confianza". Y abogó por introducir un impuesto especial en los productos que más C02 emiten, como los todoterrenos. "Los precios de los productos deberían reflejar los costes para el medio ambiente", dijo el comisario griego, para quien lo "fundamental", dijo Dimas, es modificar el comportamiento del consumidor. Dimas destacó la dificultad de elevar las tasas ahora dentro de la Unión Europea. En el ámbito de los impuestos los países de la UE sólo podemos cerrar acuerdos de forma unánime, pero "recomendamos hacerlo a nivel de países", señaló.

A nivel nacional, sin embargo, se encuentran más voces a favor del impuesto "medioambiental". Suecia ya impuso en los años 90 un impuesto medioambiental y, a pesar de ello, ha registrado un fuerte crecimiento económico.

Carlgren destacó que el impuesto "medioambiental" puede venir bien también en momentos de crisis económica, para tapar los agujeros del presupuesto. "En el debate queremos exponer que se puede actuar en ambos frentes a la vez, en el del déficit y en el de la protección mediambiental", añadió.

Los expertos calculan que las medidas en todo el mundo costarán anualmente una suma de varios miles de millones. Carlgren avisó: "Estamos dispuestos a pagar. Sabemos que sin dinero no habrá trato", pero los países en vías de desarrollo tienen que poner sus objetivos mínimos sobre la mesa. "Sin reducción no habrá dinero".

En diciembre se decidirá a nivel internacional en Copenhague un nuevo acuerdo para la lucha contra el cambio climático, que sustituirá al Protocolo de Kioto, que expira en 2012.


fuente: Elmundo.es

imagen: mural.ve.es

jueves, 23 de julio de 2009

Un terremoto acerca Australia y Nueva Zelanda 30 cm.


  • El terremoto de 7,8 en la escala de Richter no provocó ninguna muerte
  • Sólo generó un pequeño tsunami con olas de un metro
  • Nueva Zelanda se sitúa encima de la unión entre dos placas tectónicas

El terremoto de 7,8 en la escala de Richter ocurrido en el mar de Tasmania el pasado 16 de julio ha provocado que la distancia que separa a Australia y Nueva Zelanda disminuya 30 centímetros.

Ken Gledhill, director de Geo Net (el sistema de información terrestre de Nueva Zelanda), ha señalado que este terremoto tan potente habría causado graves daños en cualquier otra parte, pero que "Nueva Zelanda es muy afortunada" y lo que ha hecho el seísmo ha sido sólo acercar más este país a Australia.

A pesar de que el seísmo de la semana pasada fue el más fuerte de todos los registrados en 78 años en Nueva Zelanda, apenas provocó daños materiales en algunos edificios, y sólo generó un pequeño tsunami con olas de un metro que se dejaron sentir en las costas suroccidentales de Nueva Zelanda. Además, la población de esta zona ya había sido alertada.

Pero mientras la costa del suroeste de la Isla del Sur se ha movido 30 centímetros, la costa este sólo se ha desplazado un centímetro hacia el oeste, explicó Gledhill en declaraciones recogidas por la prensa local.

Los seísmos son muy habituales en esta zona del planeta debido a que Nueva Zelanda está situada justo encima de la unión entre dos placas tectónicas, la australiana y la del Pacífico.

El epicentro se localizó en Dusky Sound, en la esquina suroeste de la Isla Sur y a 30 kilómetros de profundidad. El terremoto se produjo al empujar la placa australiana a la del Pacífico, sobre la que descansa Fiorland, el Parque Nacional más grande de Nueva Zelanda, con más de tres millones de acres.

Una de las razones por las que fue menos peligroso de lo esperado para uno de esa fuerza se debe a que el movimiento en vez de ser brusco fue de tipo oscilante, más lento y con una menor frecuencia de sacudida.

Al ver el registro de los terremotos más intensos que ha sufrido la población de Nueva Zelanda se puede ver que no fueron hechos aislados, sino que venían acompañados de otros de igual o menor intensidad. Por tanto, la probabilidad de que otro seísmo sacuda el país es mayor ahora que ya ha habido uno, que hace dos semanas. También hay que recordar que no tiene por qué ocurrir en esta misma zona.


fuente: Elmundo.es

miércoles, 22 de julio de 2009

El espacio de la educación.

El espacio geográfico es el objeto de estudio de la Geografía, la cual es la ciencia que estudia la interrelación entre el hombre y el medio. El espacio en Geografía es la epidermis de la Tierra donde se localizan factores naturales y sociales. Desde la óptica de la Geografía Humana se puede decir que el espacio es el lugar donde se desenvuelve el ser humano, por lo tanto es una construcción social.
Ya los griegos tenían erigido un concepto de espacio, lo que ellos llamaban la Ecúmene o mundo conocido, es decir el mundo habitado en contraposición con el mundo desconocido o Anecúmene que era otro espacio diferente.
Hoy en día el concepto de espacio desconocido es prácticamente nulo y se habla de un espacio globalizado en lugar de la antigua Ecúmene, a la vez y como contracara de aquel espacio surgen los espacios regionales o locales que tienen su propia identidad.
Si se dijo que el espacio es una construcción social y que hay distintos espacios locales, se puede determinar que cada comunidad o institución es un espacio, como por ejemplo la escuela que es el espacio particular que se analizará en ésta oportunidad.
La escuela no solo ocupa un espacio físico, sino que también es un espacio formado por el concepto de comunidad donde intervienen distintos elementos propios de toda sociedad como la convivencia, el respeto mutuo, la familia, los valores, la ética, el saber etc. La institución escolar ocupa un espacio primordial otorgado por la Ley de Educación Nacional siendo el pilar fundamental en la formación del ciudadano que será quien tenga la tarea de construir el espacio del futuro.
El espacio geográfico es histórico ya que los elementos que lo conforman, sean naturales o sociales, están en constante dinámica por lo tanto dicho espacio va a evolucionar o involucionar con el transcurso del tiempo por medio de la intervención del ser humano. En ese sentido y siguiendo con la analogía con el espacio que ocupa la Institución Escolar se puede decir que ese espacio ha evolucionado en nuestro país.
Desde la organización del Estado la educación y la escuela han ido creciendo gradualmente de acuerdo a las necesidades de cada época, así después de la declaración de independencia la urgencia era enseñar a leer y escribir a los niños sin aún haber organizado un sistema educativo como se conoce hoy. Hacia fines del siglo XIX ya con la Ley de Educación Común Nº 1420 sancionada y con un país que se colmaba de inmigrantes a la vez que se consolidaba como agro-exportador, era necesario en primer lugar lograr asimilar al inmigrante a la cultura local y también formar al ciudadano en materia tecnológica de la época que requería ya una mano de obra con mayor especialización de acuerdo al empuje económico que estaba viviendo el país.
Más de cien años después, la Ley 1420 cargaba sobre sus espaldas el peso del Positivismo y el Conductismo siendo difícil poder lograr resultados esperados en el ser humano y habiendo moldeado al individuo con un icono particular. La escuela era el espacio donde se formaba al ciudadano bajo una receta preestablecida resultando dificultosa la articulación con el resto del espacio social ya que la escuela solo era el lugar donde se daba y recibía conocimiento.
La Ley de Educación Común dejó una fuerte impronta en la estructura social argentina, así se llega a fines del siglo XX con la sanción de la Ley 24195 o Ley Federal de Educación que reemplazó a la anterior donde la estructura de la educación y por lo tanto del espacio institucional cambió radicalmente.
La Ley Federal planteaba cambios estructurales que fueron difíciles de asimilar después de haber tenido más de un siglo de educación con el viejo sistema. La escuela vio en pocos años implementar cambios diferentes al anterior sistema, se tomó como base el Constructivismo, se privilegió la democratización de la institución por sobre todas las cosas donde se ponían a un mismo nivel directivos, docentes, alumnos y padres teniendo voz y voto en las decisiones inherentes al espacio educativo.
Más allá que todos coinciden que el objetivo fundamental de la nueva ley era positivo, los resultados sugirieron otra cosa. Se afirma que la pluralidad de contenidos que pregonaba la ley conllevó a un vaciamiento de los mismos ya que se incrementó el currículum pero se siguió con la misma carga horaria que anteriormente, por lo tanto se recortaron los espacios de la mayoría de las materias para darle lugar a las nuevas que se implementaron. En muchos casos los nuevos contenidos no eran significativos agravado en el sentido que la carga horaria que se recortó correspondía a materias primordiales para el desarrollo del individuo como actor principal del espacio social en el cual se insertaría cuando egresara.
Otra falencia es que se desconoció prácticamente por completo el espacio correspondiente a la Educación Técnica tan necesaria para el progreso de una sociedad en vías de desarrollo y un país inserto en un espacio global que requería especialistas en distintas áreas de la producción y el desarrollo.
Si se suma el hecho que espacios tan importantes dentro de la educación como la Educación Técnica y la carga horaria de materias primordiales además de la política de perjuicio a la industria nacional y la apertura a la importación con el agregado que la ley 24195 fue aprobada de manera apresurada se puede inferir que determinados intereses políticos (se presume externos con obsecuencia  del gobierno nacional) influyeron, para desculturar a la sociedad.
Por ende, la Ley Federal prometía ser una panacea que resultó siendo una caja de Pandora, por un lado se habían ganado ciertos espacios, pero por otro se perdieron muchos más. En el medio estaban los actores principales; los alumnos que tuvieron acceso a un conocimiento superficial y el docente que vio diezmado su fuente laboral.
El docente perdió su espacio tradicional, debió dar más importancia a reunir la mayor cantidad de puestos posibles a la vez que debía perfeccionarse (no siempre eficientemente porque el mismo sistema no lo permitía) para poder acceder a esas fuentes, por consiguiente debió priorizar otros espacios en detrimento del espacio escolar ya que estaba impedido de dedicar tiempo extra a afianzar el conocimiento en los alumnos y establecer lazos de relación con la institución en sí y sus actores.
Transcurridos los primeros años del siglo XXI se derogó la Ley 24195 y se sancionó la Ley 26206 o Ley de Educación Nacional que en un principio apunta a subsanar las falencias de la anterior para lo cual se cambiaron las estructuras nuevamente pero afianzando las bases del Constructivismo que hace pensar en un espacio institucional en armonía con las necesidades de la sociedad actual.
No se puede permitir que la educación siga perdiendo el espacio que le corresponde, solo la misma permitirá el desarrollo posible que toda sociedad avanzada debe alcanzar.

Lic. Juan Pablo García Ruiz

martes, 21 de julio de 2009

Menos lluvias en la Península Ibérica.

¿Han cambiado las contribuciones mensuales de precipitación al total anual en la cuenca mediterránea? Investigadores del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) han valorado los cambios observados desde 1950 en la evolución de las lluvias y han predicho menores contribuciones para mediados del siglo XXI, en un escenario con un aumento de la emisión de gases de efecto invernadero.

"A partir de datos observados (1950-2006) y simulados por distintos modelos climáticos (2040-2060), hemos analizado si la contribución mensual al total anual ha variado en las últimas décadas y si se espera que lo haga en un futuro a medio plazo", señala a SINC Juan Ignacio López-Moreno, autor principal del estudio.

La investigación, publicada recientemente en Geophysical Research Letters, se engloba en el estudio de la variabilidad y el cambio climático en la región mediterránea. Según los científicos, ha habido cambios significativos en esta zona que afectan de forma desigual a lo largo del año, y se han detectado "áreas homogéneas" en la evolución temporal de las lluvias. Para López-Moreno, además de las alteraciones de la cantidad de precipitación caída, "los modelos climáticos sugieren nuevos cambios para las próximas décadas".

Menos lluvias en marzo

Entre los patrones más significativos, el estudio refleja que en el oeste de la cuenca mediterránea, en concreto en la Península Ibérica, ha habido un descenso del 8% de las precipitaciones en los meses de marzo de 1950 a 2002, y un aumento del 3% en abril y mayo en el mismo periodo. Los investigadores apuntan también a un ligero aumento de las lluvias de agosto a diciembre.

En toda la cuenca mediterránea, los científicos prevén una disminución significativa de las lluvias, sobre todo en primavera y verano. Sin embargo, las observaciones de los últimos 50 años y las predicciones para las próximas décadas no muestran cambios en los patrones estacionales de la distribución de las lluvias.

El equipo de investigación señala que "los cambios observados no son suficientes para alterar el patrón general de la distribución de las precipitaciones a lo largo del año, a pesar de haber localizado la importancia".

Según López-Moreno, las incertidumbres asociadas a los modelos climáticos y las respuestas de los sistemas hidrológicos a los cambios del clima dificultan la presentación de conclusiones inmediatas.


fuente: Elmundo.es

lunes, 20 de julio de 2009

“La educación ambiental debe ser una prioridad, no algo accesorio”


Su amor por la naturaleza y su pasión por las montañas resultan contagiosas. Este profesor que abrió camino en la Universidad de La Laguna al área de Geografía es uno de los más respetados especialistas en cuestiones medioambientales, y también alerta sobre los terribles efectos ya visibles del cambio climático.

S.C. DE TENERIFE.– Eduardo Martínez de Pisón es catedrático de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid, labor que durante unos años ejerció en la Universidad de La Laguna, con la que mantuvo durante mucho tiempo el vínculo, lo mismo que con la isla de Tenerife, a la que regresa con frecuencia. En esta ocasión ha sido con motivo de la presentación de un libro junto a Sebastián Álvaro, con el que vuelve a poner de manifiesto su conocimiento y su amor por las montañas y por la naturaleza. No en vano recibió en 2001 el Premio Nacional de Medio Ambiente..

Pregunta.—Desde que llegó por primera vez a Tenerife han cambiado muchos las cosas en lo que se refiere al territorio y al medio ambiente. ¿Qué es lo que más le llama la atención?

Respuesta.—Aquí han cambiado las cosas como en España y como en todas partes. La isla de Tenerife está más densificada y existe un poco de sensación de agobio, pero también está más desarrollada y mejor.

P.—¿Y no le queda un poco de sensación de pena por el daño ambiental y territorial que ha provocado en algunos casos ese desarrollo?

R.—Desde luego me da pena la pérdida de una cultura territorial, porque el territorio es escaso, y más tratándose de unas islas de gran relieve donde no abunda el suelo. Es necesario que exista una mayor conciencia cultural que evite el uso indiscriminado del suelo. Por ejemplo, ahora cuando veo La Orotava no la reconozco, todo son casas. Todo tiene un límite, y estamos en una situación difícil que necesita de más autorregulación. Es cierto que es un fenómeno que se da en todas partes, pero en una zona continental parece que no se nota tanto porque hay una continuidad territorial. Pero aquí el mar es un límite claro, y eso hace que la situación produzca más angustia.

-¿Existe suficiente cultura territorial, ambiental y paisajística para evitar que esta situación se mantenga?

-Es una cuestión clave, y los profesores deben inculcarla desde los colegios. Hay que dar a la educación ambiental un relieve primordial, debe ser algo prioritario y no un simple accesorio, algo habitual y normal en las escuelas. Y también a través de otros instrumentos como los libros, la televisión y, desde luego, los medios de comunicación. Hay que transmitir una cultura territorial, ambiental y paisajística y hay que darle el valor que se merece, porque el paisaje no es sólo una tarjeta postal, es mucho más. Es donde un pueblo encuentra sus referencias y sus señas de identidad. En todo caso, aquí hay un cariño especial a la tierra y eso produce un cierto mimo en el trato al territorio. Pero todo eso hay que regularlo.

P.—¿Estamos a tiempo?

R.—Sí, y la prueba es que hay cosas que están mejor que cuando llegué a Canarias por primera vez. El bosque está mejor. Ha crecido la laurisilva y el pinar. En El Teide también ha aumentado la vegetación y La Laguna está muy cuidada. Pero cuando uno mira y compara también hay cosas que se han perdido y da nostalgia. Quizás el mundo rural antiguo, que era más sencillo que ahora con tanto trasiego. Se ha funcionalizado la vida y se ha perdido encanto.

P.—¿Cómo percibe el cambio climático una persona tan ligada a la naturaleza?

R.—En montañas y glaciares los datos son estremecedores. No hay que ver la desaparición de los glaciares del Pirineo. Ellos son los altavoces de un calentamiento, hacen que se vea claro, lo denuncian. El tema del cambio climático en este momento es un asunto que ya ha desbordado el mundo de la ciencia y es mediático y político, y ese campo está lleno de minas. Además, debemos ver su correlación con otras cosas terribles que pasan como la urbanización de las montañas que se está produciendo en la Península, donde se está trasladando el modelo del Mediterráneo a la montaña. Es terrible.

P.—Entonces, ¿cree malo que haya últimamente tanto lío político y mediático con lo del cambio climático?

R.—No es necesariamente político, porque el eco social de un científico es pequeño y necesita un cierto revulsivo social y cultural para que se mueva. Cuanto más se hable del tema puede conseguir que el hombre recapacite y que cambie su actitud con la naturaleza y evite seguir echando piedras sobre su propio tejado. La naturaleza no puede ser un cajón de residuos sin control.

P.—¿Y usted sí que percibe mayor conciencia social sobre todos estos aspectos?

R.—Se nota en la gente que tiene más conciencia. Otra cosa es que los responsables hagan algo.

P.—Usted es un gran defensor de la montaña. ¿Cómo hay que acercarse a ella?

R.—Lo importante no es acercarse a la montaña, sino la forma de hacerlo. Lo importante son los modelos de comportamiento. Si la llenas de artificios como carreteras, edificios o funiculares la desnaturalizas. Lo bueno es el acercamiento a cuerpo limpio, convivir con ella. Eso tiene un gran efecto revitalizador. Estar a la altura de la montaña y no poner a la montaña a tu altura.

P.—¿Y no es un problema que cada vez haya menos contacto directo con la naturaleza?

R.—Hoy en día la gente es cada vez más urbana y es un problema. Es como un amigo mío, que dice que lleva a sus hijos al campo para que sepan que las gallinas no funcionan a pilas. Es necesario fomentar el contacto con la naturaleza, y para eso es fundamental la educación. Para aprender a ser personas el contacto con la naturaleza es muy benéfico.

“Espero que nunca desaparezca la belleza de El Teide y que no se pierda el temple canario”
“Cuando vengo a Tenerife siempre me pongo en un asiente de ventanilla. Así, cuando estoy cerca puedo buscar la primera imagen de El Teide; siempre me emociona y si no lo veo me llevo una decepción. Luego, cuando voy a las Cañadas se produce una inversión y ya no soy yo quien busco a El Teide, sino que creo que es El Teide el que me ve a mí”. De esta forma tan poética resume Eduardo Martínez de Pisón su amor por el Parque Nacional. Su lugar preferido, además, es el cráter de Pico Viejo: “Es magnífico”, subraya alguien que ha visto muchas montañas alrededor de todo el mundo. Además de El Teide, asegura tener una especial fascinación por los montes de Anaga: “Su bosque es extraordinario”, dice. Cuando habla del futuro, Martínez de Pisón tiene dos cosas claras que espera encontrar siempre en Canarias: “Espero que nunca desaparezca la belleza de El Teide y que no se pierda el temple canario”.

E. CRESPO

fuente: La Gaceta de Canarias
imagen: portaldelmedioambiente.com

domingo, 19 de julio de 2009

Las lenguas de Europa...y Europa.


Es una misión casi imposible hablar de lenguas y lingüística a un público amplio. La lengua está entre los hombres todos y entre todos y el mundo. Es como nuestra piel, de tan próxima a nosotros.
Y cuando hablo de la lengua no me refiero a esta o aquella. Me refiero a todas.
Pero este no es mi tema hoy, hablo sólo de Europa. La cuestión es esta: Europa ha sido desde el comienzo hasta hoy una geografía creciente. Grecia, la Helenidad mediterránea, Roma y su imperio, el Norte medieval de los Alpes al Báltico y el Atlántico, se añadió Rusia hasta los Urales. Una geografía que poco a poco se hizo cultura. En ello intervinieron sus lenguas.
De las más antiguas sabemos muy poco. Pero sí sabemos de la gran rama lingüística que vino del Asia Central y penetró en varias oleadas, en el quinto milenio, luego el tercero antes de Cristo. Se fragmentó después poco a poco hasta crear un mosaico de lenguas.
Son, ya se sabe, las lenguas indoeuropeas. Pero hay que añadir cosas. Primera, que el Indoeuropeo también salpicó a Asia, piensen en el Irán o la India. Segunda, que no todo es Indoeuropeo en Europa. Con ellos se mezclaron los portadores del finés y del húngaro, también venidos de Asia. Y los del vasco.
O sea: Europa no es geografía, tampoco política, es cultura. Sus lenguas son parte de ella, en la medida en que se han aproximado y se han hecho más o menos semejantes. Es un hecho cultural. Todo a partir de un tronco central, el indoeuropeo, vivo en Europa y Asia y que admitió a su lado troncos minoritarios. Unos y otros se escindieron en muchas lenguas y dialectos.
Y hubo influjos recíprocos. Un proceso cultural, repito, que llegó a todas, en la medida que sea, y como parte del proceso creador de la cultura europea, con sus variantes. Un proceso que creó Europa como un conjunto de culturas y lenguas más o menos armónicas. ¿En qué medida intervino la política? Este es un segundo tema.
Pero el primero es que Europa es, fundamentalmente, cultura, reflejada también en sus lenguas: cultura implantada dentro de una geografía creciente y, en su núcleo más amplio, no el único, en varias lenguas indoeuropeas.
Ahora bien salimos a Europa o, simplemente, leemos u oímos sus lenguas, ¡y nos parecen tan diferentes! Pero hay el estudio científico, lingüístico. Habría que hablar, en la comparación de las lenguas, de dos planos.
En el primero, las lenguas indoeuropeas (las otras son una excepción, luego se aproximaron a aquellas dentro de una cultura en lo esencial común), las lenguas indoeuropeas, repito, a primera vista o primer oído son muy diferentes entre sí: piénsese en las románicas o germánicas o eslavas, etc. No las entendemos. Ni tampoco las variantes indoeuropeas de Asia. Oímos el inglés, el ruso, el hindi, etc. y no entendemos -salvo que hayamos hecho estudios profundos.
La evolución fonética de las lenguas ha acentuado las diferencias, rompe la comprensión. Pero, por debajo de esos sonidos poco comprensibles, hay estructuras gramaticales de las lenguas indoeuropeas que son muy semejantes. Hay un mundo de diferencia respecto al chino o las lenguas semíticas o las amerindias. Son estructuras que, además, se han modificado con el tiempo en el sentido de la convergencia. Pero esa estructura más o menos común es más que de Europa (recuerdo el Indoeuropeo de Asia) y menos que de Europa (recuerdo el finés, el húngaro y el vasco).
Imposible entrar aquí en el detalle: el resumen es que el inglés o el español o el griego o el ruso tienen, aunque no lo parezca, una estructura muy semejante, semejanza que ha crecido con el tiempo.
Este es el nivel antiguo de nuestras lenguas dentro de la geografía europea. Pero desborda a Europa, que Europa a su vez ha recibido otras lenguas.
Pero hay un segundo nivel, el que realmente ha hecho a Europa y es mi tema de hoy: el nivel cultural europeo. El que ha creado una unidad no sólo en las lenguas, también en otras cosas mil.
Insisto en que afecta a todas las lenguas de Europa. Se diferencian así sus lenguas indoeuropeas de las de Asia. Se aproximan en Europa las lenguas indoeuropeas y las no indoeuropeas.
Son influjos que vinieron primero de los griegos, luego de los latinos, luego de los cristianos que se expresaban en griego o en latín o, más tarde, en las demás lenguas. Según las fases y épocas. Pero no sólo esto. Hubo los influjos de las distintas lenguas de Europa unas sobre otras: del español, del italiano, del francés, del inglés, etc. Del griego en el eslavo, del griego y el latín en todas las lenguas posteriores. Y estos influjos han alcanzado también a las lenguas no indoeuropeas, las han hecho europeas. Vasco bake «paz» es el latino pacem, atxeter «médico» es griego (como alemán Artz), independentzia es castellano, euzkadiko tiene un -iko indo-europeo (y la raíz pasó a izquierda).
Por supuesto, las lenguas europeas así conformadas se han extendido por gran parte del mundo.
¿Qué influjos, me dirán? Muchos. Por ejemplo, todos los alfabetos de las lenguas de Europa vienen del griego (también el latino, también el eslavo). Toda la sintaxis compleja de la prosa europea, casi todos los géneros literarios vienen de los griegos y latinos. Casi todo el léxico culto, casi todo el léxico científico viene, directa o indirectamente, del griego y el latino. Estoy hablando de las lenguas en cuanto instrumento de cultura escrita, más allá del intercambio hablado.
Así, sobre una base en parte común, se ha ido creando o reforzando la aproximación de nuestras lenguas, más en el fondo que en lo oído, apenas a veces entendido. De todas las lenguas de Europa. Entre otras cosas, hay un vocabulario internacional común a todas ellas. Prueben con «democracia» o «Universidad» y vean.
Pero hay otro factor a considerar. En el presente lingüístico de Europa, y desde hace siglos, hay lenguas que destacan entre la infinita multiplicidad de las que existen. Son las grandes lenguas comunes, que llegan mucho más allá de sus hablantes nativos: el español, el francés, el ruso, las demás. He hablado aquí de ellas no hace mucho. Son las que mayoritariamente dominan el paisaje lingüístico de Europa.
No vienen directamente del Indoeuropeo o de otra raíz antigua, vienen de la difusión, entre y sobre un grupo de dialectos y aún de lenguas, de esas lenguas que llamamos comunes, usadas para entenderse todos. Son un producto ya de la evolución histórica, ya de la cultural, ya de ambas.
Quedan a su lado lenguas minoritarias, a veces conviven unas y otras. Y pueden convivir. Aunque a veces hay también una lucha que debería llevar a una tregua inteligente. No siempre es así.
Desde comienzos del XIX hay una promoción, por grupos políticos, de algunas lenguas minoritarias: el irlandés, el galés, el bretón, el provenzal, las que sabemos de España, tantas más. En el límite, aspiran al monolingüismo, con daño para las lenguas comunes y sufrimiento para todos. A la larga es una batalla desesperada. ¿Cómo van a competir lenguas con pocos millones de hablantes con otras de cientos de millones y con una historia cultural inigualada?
En fin, Europa es una aproximada unidad cultural que ha crecido desde los griegos a través de etapas conocidas. Se refleja en las lenguas, entre otras cosas.
Esto es lo que ha habido y hay, nunca una unidad política. Eso sí, Europa ha conocido terribles enfrentamientos y guerras. Han pasado, la unidad cultural se afirma. La política ha sido varias veces un intento fracasado. Ahora, ¿quién sabe? Aspiramos a que, en todo caso, no rompa tradiciones respetables.

FRANCISCO RODRÍGUEZ ADRADOS
de las Reales Academias Española y de la Historia

fuente: ABC.es
imagen: Wikipedia

sábado, 18 de julio de 2009

Cartografia: El principio de la geografía general:

Introducción
Un poco de historia.
¿Geografía o geografías?
El concepto de región se introduce en la geografía
Corrientes actuales del pensamiento geográfico
Conclusión:
Bibliografía:
La idea de que la tierra es un todo, cuyas partes se encuentran coordinadas, suministra a la geografía un principio metódico cuya fecundidad se aprecia mejor a medida que su aplicación se extiende progresivamente. Porque nada existe aisladamente en el organismo terrestre, porque las leyes generales tienen repercusión en todas las direcciones, de suerte que no se puede tocar una parte sin provocar todo un encadenamiento de causas y de efectos, la tarea del geógrafo asume un carácter diferente del que a veces suele atribuírsele. Cualquiera sea la porción de la tierra que se estudie no se puede encerrar en ella. En toda investigación local se introduce un elemento general. En efecto no hay región en la cual la fisonomía no dependa de influencias múltiples y lejanas cuyo origen importa determinar. Cada región actúa sobre su vecina y a la vez es influida por ella. Aun fuera de esa relación de vecindad, la acción de las leyes generales se traduce en afinidades de formas o de climas que sin alterar la individualidad propia de las regiones, las señala con un gran parecido. Estas semejanzas desde que el hombre a comenzado a dominar el conjunto de los fenómenos terrestres le han llamado su atención. Algunas podrían ser solo aparentes pero otras son reales; estan fundadas no en puras coincidencias exteriores, si no en relaciones de origen y causas.

Es dentro de este espíritu que son tratadas mas y más, en nuestros días, las cuestiones geográficas. Este punto de vista supone suficientemente avanzada para estar en estado de captar lo que hay de regular en los mecanismos de los agentes físicos y para seguir la acción sobre la mayor parte, sino sobre la totalidad del globo.

I: INTRODUCCIÓN

El saber geográfico, es seguramente, tan antiguo como la vida reflexiva del hombre. Este siempre se ha demostrado bien dispuesto para recordar, calificar, nominar y, también, representar gráficamente los nuevos lugares que visita. , La caudalosa difusión de la literatura geográfica, especialmente la de viajes, indica, por otra parte, el arraigado interés que en todos los tiempos ha existido por el conocimiento directo de la tierra, en particular por el de los paisajes lejanos, de sus peculiaridades, de sus rarezas. La geografía, como saber organizado sobre la superficie terrestre, se ha nutrido en ese interés y lo ha alimentado bastamente.

Pero para poder ingresar al tema, creo yo, es necesario ver que nos dice el diccionario de esta palabra:

Ciencia que estudia la distribución y disposición de los elementos de la superficie terrestre. La palabra Geografía fue adoptada en el siglo II A.C. por el erudito griego Eratostenes y significa "descripción de la tierra".

El estudio geográfico comprende tanto el medio físico como la relación de los seres humanos con ese medio físico. Es decir, los rasgos propiamente geográficos como el clima, suelos, relieve, agua, formaciones vegetales junto con los elementos que estudia la geografía humana como las cantidades de población, las diferentes culturas, las redes de comunicaciones, y otras modificaciones realizadas por el hombre en el entorno físico. Se trata de una ciencia interdisciplinaria que utiliza información propia de otras ciencias como la economía, historia, biología, geología y matemáticas entre otras.

Ahora si, sabiendo a que nos referiremos en las próximas paginas, podemos comenzar a desarrollar el por que de este trabajo de investigación, es decir aproximarnos hacia un concepto de geografía actual.

III: UN POCO DE HISTORIA.

El saber geográfico, nació con las primeras manifestaciones de la vida reflexiva del hombre; esta protocolizado en los poemas homéricos (canto XVIII de la lliada), en los libros sagrados, en el Coran y la sabiduría árabe, según la cual la geografía es ciencia agradable a Dios. Se ha afirmado que el hombre prehistórico tenían por objeto representar mímicamente accidentes de la superficie terrestre, vale decir eran mapas rupestres.

Hasta el siglo XIX se escribieron infinidad de obras de geografía que eran accesibles a cualquier clase de lector, con lenguaje corriente, y sin conceptos científicos especializados.

Los mapas solo marcaban las costas, los ríos, las ciudades y los caminos, con innumerables acotaciones sobre episodios de leyenda (animales de maravilla y rarezas). El relieve del suelo no se representaba.

La geografía no conocía mas que la dimensión superficial; nada del interior de la corteza, de la profundidad del mar, ni de la altura de la atmósfera.

Algunos nombres que no podemos dejar de nombrar en la antigua geografía:


Estrabon, nacido en Asia Menor hacia el año 64 A.C. , supo discernir que en el relato geográfico pueden instalarse ciertas virtudes que atañen el escenario terrestre y la dignidad de la condición humana. Por ello es llamado el "padre de la geografía".

Humboldt (1769-1859) fue un explorador prusiano que recorrió a fines del siglo XVIII los países de Europa occidental, luego viajan hacia América Sus investigaciones geográficas pusieron el asento en aspectos de las ciencias naturales y la historia. Por ello no se limito a describir los objetos o fenómenos observados en la superficie terrestre, sino que procuro explicarlos, desentrañar el complejo mecanismo de sus causas y extenderse hasta sus consecuencias. Introdujo razonamiento, problematicidad y juicio en la disciplina. Incluyo en forma sistemática la tercera dimensión del mapa –altura y profundidad- y añado a ello la figuración de ciertos caracteres valorativos del complejo geográfico, como son las líneas isotermas (ideadas por él), que agregan a la cartografía la representación de los fenómenos del océano atmosférico. Humboldt acredito meritos fundamentales en la conformación de la nueva geografía que nació en su época, de tal suerte que es justo considerarlo como un fundador.

Buache geodesta y cartógrafo había introducido en su mapa la idea de las divisiones regionales generadas por las cuencas geográficas que fueron tomando gran importancia para resolver los conflictos de limites entre los países. Escribió una notable memoria sobre los nuevos aspectos del estudio físico de la tierra, una geografía basada en la división natural de la tierra. Cabe destacar que no podría comprenderse en su real significado el nacimiento de la nueva geografía sin mencionar el papel que en ello cupo al auge de las ciencias que estudian aspectos particulares sistemáticos de la tierra, las que se suelen llamar "auxiliares de la geografía" cada una de ellas considera un sistema de objetos homogéneos de lso que componen la complejidad del espacio terrestre: Geodesia, Geología, Hidrografia, Zoología, Botánica, etc. A ellas debe agregarse, la Astronomía que estudia la tierra como astro.

V: ¿Geografía o geografías?

Se habla de muchas geografías, de sus divisiones y modalidades. Pero en cuanto al estudio se ciñe al objeto fundamental de la geografía, es decir: al estudio de la superficie terrestre y a las condiciones especificadas por el método de esta ciencia, no cabe duda que existe unidad en esta disciplina, que al estudiar áreas constituidas por elementos muy heterogéneos admite la existencia de muchos aspectos diversos y modalidades; las divisiones y modalidades de la geografia,; no constituyen aisladamente "la geografía", si bien llevan, a justo titulo, por cierto el nombre de esta ciencia, que ha elaborado y afinado suficientemente sus criterios y normas como para que pueda aceptarse su concepto de unidad, la realidad de su objeto propio y la posesión de un método integrado.

Según el criterio adoptado para emprender el estudio de la realidad terrestre existen diversas modalidades de la geografía:

Geografía descriptiva: Es el estudio de un espacio de la superficie terrestre en la totalidad de sus caracteres físicos, biogeográficos, y antropogeograficos. Es la forma tradicional de la geografía. Por la extensión abarcada en el estudio descriptivo la geografía puede titularse universal o con el nombre de un continente, o país, o provincia, o región.

Geografía general: Es una modalidad que encara la investigación sobre el conjunto de fenómenos y procesos por los cuales se manifiesta la vida de la superficie terrestre y la actividad humana. Las divisiones de la geografía general guardan ciertas correspondencias con las ciencias sistemáticas y en determinado aspectos se confunden las fronteras de unas y otras. Esas divisiones son:

A – Geografía astronómica y matemática

B – Geografía física: comprende el estudio de la superficie sólida en cuanto a su relieve (geomorfología), en cuanto a las masas de agua (en todas sus formas océanos, ríos, lagos, etc.), en cuanto a la atmósfera (climas)

C – Biogeografía y Zoogeografía: comprende la geografía de las plantas y de los animales

D – Estudio del hombre y Act. Humana: comprende las siguientes subdivisiones:

Demografía
Geografía Política
Geografía Económica

Geografía sistemática: Encaran aspectos particulares de la realidad terrestre siguiendo un aspecto estrictamente especifico. Cualquier particularismo de la superficie puede ser objeto de estudio de la geografía sistemática. La única condición para que en ellos sea legitimo el empleo de la palabra geografía es que se encare el objeto desde el punto de vista de la distribución en el espacio.

IV: El concepto de región se introduce en la geografía

En el proceso de evolución de la Geografía, es posible visualizar los numerosos esfuerzos realizados con el fin de dividir la superficie de la Tierra en unidades que faciliten su labor de análisis. De tal forma que, dentro del desarrollo del pensamiento geográfico, el término "región" ha ocupado una posición central entre las distintas corrientes de pensamiento.

De las numerosas definiciones que existen hoy día acerca del concepto de región, predomina el criterio de: unidad formal y homogénea. A partir de este punto, las definiciones van evolucionando con el tiempo de acuerdo con las distintas formas de enfocar el pensamiento geográfico. Paul Vida de la Blache, basado en la idea de región como un espacio homogéneo, define la materia objeto de la Geografía a través del estudio de la región. Nace así toda una escuela geográfica que tuvo mucha influencia durante el siglo pasado y primera parte del presente y está representada por la labor de síntesis como el objeto último del que hacer geográfico. Este mismo concepto de homogeneidad fue tomado también por los naturalistas alemanes, entre los que destaca Alexander Von Humboldt quien definió como verdadero objetivo de la geografía el estudio de áreas o partes de la superficie de la Tierra que tuvieran características similares. De este modo, existen diferentes tipos de regiones, de acuerdo con las características del espacio geográfico.

Región Homogénea: Es un espacio geográfico continuo, en el que cada unidad que lo integra, posee características lo más semejantes posibles entre sí. Este tipo de región presenta sus elementos naturales o físicos, demográficos, de poblamiento y económicos muy similares en todo su territorio.
Región Polarizada: Es un espacio geográfico dinámico, complejamente organizado en torno a ciudades que operan como polos de desarrollo. En la región polarizada, sus áreas constitutivas son interdependientes y están internamente jerarquizadas, pues tanto la capital regional como los centros de tamaño intermedio y los pequeños pueblos, van cumpliendo ordenadamente sus roles y sus diversos flujos (personas, bienes y servicios) hacia y desde sus áreas de influencia.
Región Fronteriza: Es un espacio geográfico limítrofe, donde se enfatiza la acción planificadora del desarrollo en áreas de significación geopolítica o estratégica.
Región Plan: Es un espacio geográfico planificado, cuyas diversas partes que lo forman están subordinadas a una misma decisión de planificación. La región plan se transforma en un instrumento de planificación, en manos de la autoridad, para lograr en ella, las metas y objetivos propuestos, a través de la aplicación de políticas, estrategias, planes y programas de desarrollo. Esta región constituye un marco espacial óptimo para la planificación del territorio.
VI: Corrientes actuales del pensamiento geográfico

La Geografía se concibe inicialmente como la descripción de la Tierra. A partir de Humboldt y Ritter se desprenden dos tendencias, el determinismo y el posibilismo. Con la división entre posibilismo y determinismo se genera una oposición de métodos y objetos de conocimiento, que va en contra del espíritu de Humboldt y Ritter: la geografía física y la geografía humana. Un intento de superar esta división lo representa Vidal de la Blache, cuando introduce el concepto de región en esta ciencia. Mientras tanto, la Geografía como ciencia será impulsada por Ratzel y Dickinson, cuyo determinismo les hace creer en unas leyes naturales que guían la acción del hombre en el espacio. Frente a ellos están Eliseo Reclús y Piotr Kropotkin. Reclús hace famosa la frase: «la Geografía es la Historia en el espacio, y la Historia es la Geografía en el tiempo», es toda una declaración de intenciones, una pretensión de superar las divisiones y de aglutinar saberes, y marca la tendencia más progresista de la geografía actual. Pero es durante el siglo XX cuando la Geografía, aparentemente despolitizada, sirva para someter con mayor eficacia a los pueblos, ya que los instrumentos que utiliza para el análisis del espacio son más eficaces. Nuevas ciencias sirven como modelo para explicar los fenómenos geográficos; como la Sociología en la escuela de Chicago. Aparecen los modelos de Thiunen, Weber, y Christaller. Los datos se convierten en la esencia de la Geografía y esta se vuelve cuantitativa. Los geógrafos cuantitativos. Pero la geografía cuantitativa dejaba fuera a la sociedad, como constructora del espacio. Aparece la geografía de la percepción. La geografía radical, es un fenómeno estadounidense que hunde sus raíces en la tradición de Humboldt y Ritter, y en la geografía revolucionaria de Kropotkin y Reclús. Los geógrafos radicales más destacados serán precisamente algunos de los geógrafos cuantitativos, son los que comienzan a dar signos de vitalidad. La geografía social es una postura casi idéntica a la geografía radical, En Europa. Hoy en día, Milton Santos es uno de los geógrafos más destacados y propone una nueva Geografía integral, y comprometida con la sociedad y el medio.

Conclusión:

En llos ultimos tiempos la ciencia geografica ha salvado la etapa que impuso la teoria vigente a principios del siglo pasado, la cual se inspiraba con mayor énfasis a la geografia física y dejando en un segundo plano a la geografía humana, la cual se fue enriqueciendo en diversas direcciones en lo que concierne a economia, geopolítica, demografía, etc.

Estos cambios, recien mencionados producen una verdadera revolucion en la ciencia geografica, pero al seguir utilizando las mismas estructuras esenciales, metodos y objetivos, creo, que esta mal hablar de una "nueva geografia", me parece mas correcto hablar de "geografia actualizada".

Gracias a este enriquecimiento de la temática geografica, me parecen indispensables ciertos contenidos que no pueden faltar en la enseñanza al alumno de esta disciplina, y que apuntan mas que nada al análisis, reflexion y comprensión de las cosas.

Los temas a los que apuntaba anteriormente son los siguientes:

Trabajos comparativos de los procesos que terminaron marcando desarrollo y subdesarrollo de las poblaciones.

Estudios sobre la percepción del medio que el hombre transforma

Teorias, condiciones necesarias, y consecuencias de la división política y economica de los paises.

BIBLIOGRAFÍA:

FEDERICO DAUS– Que es la geografia (marzo 1978)

P. H. RANDLE – Teoria de la geografia (febrero 1984)

DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO LAROUSSE

ENCICLOPEDIA TEMÁTICA ENCARTA

INTERNET: www.unrc.edu.ar

http.rree.com

www.orbita.starmedia.com

www.clubtelepolis.com

www.ub.com.es

www.hiru.com (imagen)

Autor: Javier Bernal

javierber79@hotmail.com

viernes, 17 de julio de 2009

El calentamiento global pronto puede cambiarse en enfriamiento.


Oleg Sorojtin, Instituto de Oceanografía, doctor en Física y Matemáticas. Mi consejo es categórico y bien simple: como dicen los rusos, "abastézcanse de botas de fieltro y ropa de abrigo en general".

Ahora presenciamos el punto máximo de uno de los calentamientos temporales que empezó ya en el siglo XVII, cuando aún ni se hablaba de la influencia antropogénica que sobre el clima ejercen las emisiones de gases de efecto invernadero. La subida de la temperatura tiene origen natural bien manifiesto y no depende del "efecto invernadero" ni de gases invernadero. Las causas verdaderas del cambio climático se deben a la irregularidad de la radiación solar, a presesión (cambio del eje) del movimiento de rotación terrestre, a la inestabilidad de corrientes oceánicas, a la desalación y salinización de aguas superficiales del Océano Glacial Ártico, etc. Pero la principal causa radica en la actividad y luminiscencia solar. Cuanto más alto es este índice, más alta es la temperatura.

Los astrofísicos que estudian la actividad solar, han descubierto dos variantes de sus ciclos: uno es de 11 años y el otro, de dos siglos. Estos ciclos son determinados por el cambio del radio y el área de la superficie radiante del Sol. A juzgar por datos recientes (me sirvo de los datos facilitados por Habibullah Abdusamátov, director del laboratorio de investigaciones espaciales en el Observatorio de Púlkovo), el punto máximo de calentamiento acaba de pasarse ya, y ahora bastante pronto, ya hacia el año 2012, la temperatura comenzará a descender de forma sensible. Las fases del mínimo de actividad solar, acompañadas de un considerable descenso de temperatura, deben esperarse hacia 2041. El clima frío se mantendrá durante 50-60 años como mínimo.

Los ecologistas no comparten esta opinión mía y propugnan la teoría de los llamados "gases de efecto invernadero". Según la opinión general, estos gases, concretamente el bióxido del nitrógeno, calientan la atmósfera, deteniendo el calor cerca de la superficie del planeta. Semejante idea fue expresada ya a finales del siglo XIX por el físico-químico sueco Svante Arrenius, Premio Nobel, y desde entonces se cree en ella a pie juntillas, sin que se haya comprobado seriamente. Este punto de vista prevalece también en nuestros días, y en el mismo se basan las decisiones y documentos de las más serias organizaciones internacionales, incluido el Protocolo de Kioto del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU, firmado por casi 150 países. Es un ejemplo ilustrativo de cómo una hipótesis científica puede pasar a prevalecer poco a poco en el área política y económica. Quienes elaboraron el Protocolo de Kioto y lo propugnaron se basaron en ideas falsas. Y como resultado, los gobiernos de los Estados desarrollados se ven obligados a gastar sumas astronómicas para combatir el efecto antropogénico sobre la atmósfera. ¿En qué medida todo eso está justificado? ¿No estamos luchando contra molinos de viento?

La culpa del "efecto de invernadero" de que la temperatura suba es dudosa; en todo caso, no está demostrada científicamente. La variante clásica de "calentamiento invernadero" es demasiado simple para corresponder a lo que en realidad sucede. En realidad, en la atmósfera, especialmente en sus capas densas, se producen procesos mucho más complicados. Por ejemplo, el calor en el cosmos no se irradia tanto sino se traslada por los flujos de las masas aéreas, siendo este hecho ya otro mecanismo absolutamente distinto que no provoca elevación de la temperatura global.

La independencia de la temperatura de la troposfera (la parte inferior y más densa de la atmósfera) respecto a la concentración de gases de efecto invernadero ha sido demostrada no sólo en teoría sino que se confirma empíricamente. El estudio de las muestras del manto glacial de Antártida (los testigos de los taladros abiertos fueron tomados en la zona de la estación rusa "Vostok") no desmiente la relación de principio entre tales parámetros como la cantidad de gas carbónico en la atmósfera y el cambio de su temperatura. Es importante saber, sin embargo, qué es la causa y qué, su efecto.

Queda aclarado que la curva de oscilaciones de temperatura siempre se ha adelantado un poco al cambio de la concentración de dióxido de carbono (СО2). Por consiguiente, la subida de la temperatura es un fenómeno primario. El calor calienta la capa superior del océano, que es el deponente principal del ácido carbónico (lo contiene 60-90 veces más que la atmósfera), y de ahí resulta un "efecto champaña". Si la botella está caliente, de ella se escapa un chorro, y si está enfriada el gas se porta de manera pasiva.

Al calentarse, el océano comienza a emitir más ácido carbónico que sube a la atmósfera. Su presencia aumenta el factor antropogénico (no se puede negarlo rotundamente), mas su proporción es muy insignificante y, por tanto, no cuenta mucho. En todo caso, dadas las emisiones industriales de СО2, cuya cantidad llega a 5-7 mil millones de toneladas anuales, la temperatura en la Tierra no cambiará prácticamente hasta 2100. Y aun cuando la concentración de gases de efecto invernadero se duplica, el hombre no va a sentirlo.

El gas carbónico no sólo no ejerce ninguna influencia negativa sobre el clima, sino incluso es útil, estimulando el desarrollo de la vida sobre la Tierra, siendo el "pan" de las plantas. Lo evidencia en particular, "la revolución verde": un brusco aumento universal de la eficiencia de los cultivos agrícolas a mediados del siglo XX. Los datos que indican la relación proporcional directa entre el rendimiento de la agricultura y la cantidad de СО2 en el aire, han sido confirmados mediante muchos experimentos.

La influencia que el ácido carbónico ejerce no se manifiesta en el cambio del clima sino, más bien, en la actividad sinóptica. СО2 absorbe la irradiación infrarroja lo que es hecho probado. Supongamos que en las capas adyacentes al suelo el aire se ha calentado hasta que el gas carbónico que el aire contiene ha absorbido la irradiación infrarroja. Como resultado, la radiación se pierde, y su energía se comunica a los movimientos oscilatorios del gas, lo que provoca la ampliación y pérdida del volumen. El aire sube a la estratosfera y de allí bajan flujos fríos, es decir las capas se entremezclan. La temperatura prácticamente no cambia, pero circula la actividad sinóptica, a saber: se aceleran ciclones, anticiclones, etc. A ello se deben fenómenos naturales como huracanes, tormentas, tornados y otros. Su intensidad puede depender en cierta medida del grado de concentración de СО2, de manera que en la lucha contra estos cataclismos la disminución del gas carbónico en la atmósfera podría surtir un determinado efecto.

El gas carbónico no tiene nada que ver con el cambio climático global. Al menos porque la actividad solar por su energía es miles de veces más fuerte que toda la energía que la humanidad genera. En general, el efecto antropogénico significa para la naturaleza menos que la picadura de mosquito para el hombre.

En principio, en la Tierra no puede haber una catástrofe climática. De todos los planetas del Sistema Solar solamente la Tierra posee atmósfera única que garantiza un clima favorable para el desarrollo de formas superiores de vida. Esto se debe a un favorable concurso de muchas circunstancias: al hecho de que el Sol es una "estrella quieta" y a que la Tierra está situada a una óptima distancia de ella, a que nuestro planeta tiene un satélite macizo como la Luna, etc. Las condiciones climáticas confortables en nuestro planeta se han formado también gracias a los enlaces recíprocos entre la evolución de la biota terrestre y el desarrollo de la atmósfera.

Estos enlaces recíprocos reguladores son los más diversos, siendo de notar que el principal funciona a través del albedo (la capacidad de reflejar la radiación) de la Tierra que actúa como regulador original del régimen térmico de nuestro planeta. Supongamos que el clima se ha hecho más cálido (como ahora). De ahí que aumenta la capacidad de evaporización del océano, aumenta el manto nuboso que frena la energía solar y, por consiguiente, baja la temperatura. Y por el contrario.

¿Cómo asumir una actitud razonable hacia el problema del clima? Aceptar con tranquilidad y pragmatismo la realidad que la naturaleza nos ofrece. No vale la pena entregarse al pánico a propósito del "rápido deshielo" (con la consiguiente desaparición) del Océano Glacial Ártico. Los investigadores del polo afirman, por cierto, que los casquetes glaciales de Ártico y Antártico sólo aumentan. En perspectiva el futuro de la Tierra promete ser afectado por un nuevo período glaciario que, según muestran los cálculos físico-matemáticos, será aun más severo que el del pasado. Europa se helará, el glaciar bajará hacia una zona al Sur de Moscú. Pero todo esto no ocurrirá antes de que pasen 100 mil años.

Mas de momento quisiera tranquilizar a los europeos mediante el hecho de que el Gulf Stream sólo desviará de su curso en caso de que por alguna obra de magia se le quite su energía y no le alcancen fuerzas para llegar a las zonas del Norte. Pero es poco probable que la naturaleza lo permita.

Oleg Sorojtin

Oleg Sorojtin es el autor de más de 300 estudios científicos, 9 monografías y varios libros de los que el último, que se titula "Evolución y pronóstico de los cambios climáticos en la Tierra", fue publicado en 2006. Es científico benemérito de la Federación Rusa. Participó en varias expediciones antárticas y oceanográficas y es especialista en el campo de la evolución global de la Tierra y el desarrollo de los océanos y el clima.


Fuente: RIA NOVOSTI